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Trincheras de Sangre (Rol)
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- Roxanne Rivaille
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Re: Trincheras de Sangre (Rol)
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- ZetoZeigler
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Re: Trincheras de Sangre (Rol)
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- alex_wesker
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Re: Trincheras de Sangre (Rol)
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Decisión difícil, pero me quedo con esta
En cuanto a las armas, uhm...me quedo con el cuchillo de cocina XD[/color]
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"Una vez que se descarta lo imposible, lo que queda es la verdad por improbable que parezca".
- Azrael
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Re: Trincheras de Sangre (Rol)
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Tira
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Re: Trincheras de Sangre (Rol)
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Según Sandra hay que jugarse por:
Que hacen falta armas/municiones.
Y se lleva la escoba xD
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Y se lleva la escoba xD
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Re: Trincheras de Sangre (Rol)
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Me decanto por ir al bloque no señalizado, ademas me voy a dejar uqe mis compañeros elijan todas las armas, yo vere como me lio.
Pd.ya tenngo claro en qeu agujero voy a meter esos penes de goma rosados y violetas.
Pd.ya tenngo claro en qeu agujero voy a meter esos penes de goma rosados y violetas.
- Alegotica12
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Re: Trincheras de Sangre (Rol)
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Re: Trincheras de Sangre (Rol)
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Elijo
Y luego, aparte del cuchillo de combate, escojo el tenedor en caso de que nadie más quiera un arma. Si alguien lo quiere lo puede coger.
Oculto:
Y luego, aparte del cuchillo de combate, escojo el tenedor en caso de que nadie más quiera un arma. Si alguien lo quiere lo puede coger.
- Vicious
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Re: Trincheras de Sangre (Rol)
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Re: Trincheras de Sangre (Rol)
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Danika cogió el hacha de incendios pues pensó que iría mucho mejor que su cuchillo para abrir cráneos zombificados, mientras que Kanjiru tomó la barra de metal, Demian cogió el cuchillo de cocina, Sandra tomó la escoba y Beatrice el tenedor. Los demás llevaban ya armas cuerpo a cuerpo consigo, sí que tras reunirse todos salieron al patio, cerraron la entrada al edificio de administración para evitar sorpresas al volver y se dirigieron a las puertas que daban al bloque sin señales. Los muertos de los bloques de celdas parecían poder olerlos, pues en pocos segundos empezaron a oír cómo se agolpaban en las puertas del bloque B y algunos salieron a su encuentro por las del bloque A.
- Tenemos compañía-. Dijo Beatrice.
Un zombi trató de agarrarla por delante, pero con un ágil movimiento lo atrapó y le clavó su cuchillo de combate en la nuca, "matándolo" de nuevo. Xavier, Massimo y John intentaron abrir las puertas, que estaban cerradas, para finalmente cargar contra éstas para echarlas abajo aunque fuera. Unos quince zombis salieron al patio siguiendo al primero, menguando cada vez más las posibilidades de sobrevivir del grupo. Beatrice siguió destrozando nucas con su cuchillo y sólo recurrió al tenedor cuando el cuchillo se quedó por unos momentos atascado en la columna de un no-muerto. John Stathman cargó contra dos zombis que estaban cerca y derribó a ambos, destrozándoles el cráneo a pisotones al mismo tiempo que le cubría la espalda Danika decapitando zombis con el hacha de incendios y Kanjiru golpeaba con brutalidad multitud de cabezas con la barra de metal. Demian también se estaba defendiendo con su cuchillo y Matt y Sandra luchaban codo con codo como podían, pero el patio empezaba a llenarse de presos y guardias zombificados y no quedaba mucho tiempo.
- ¡Abrid esa puerta de una puta vez!-. Gritó Sandra partiéndole la escoba a un zombi en la cabeza, quedando ambas inservibles.
Xavier, Massimo y John cargaron a la vez contra la puerta y la tiraron abajo, cayendo los tres como pesos muertos contra el suelo y dejando paso a los demás. Sin embargo, el problema se había agravado, pues si bien habían conseguido entrar en el edificio una de las dos hojas de la puerta estaba arrancada en el suelo y los zombis, que se arremolinaban en el patio rodeando a los caídos, podrían entrar tras ellos. Entre unos cuantos cogieron la hoja de la puerta e intentaron colocarla de forma chapucera, poniéndose ellos mismos de barricada mientras los demás corrían a buscar algo con lo que apuntalar la puerta y evitar que los zombis entraran. Beatrice, Danika, Kanjiru y Massimo se adentraron en la oscuridad del edificio en busca de ficheros u otras cosas pesadas para usar de barricada mientras el resto de quedaba haciendo fuerza para evitar que los no-muertos entrasen en el bloque, que en un principio parecía estar vacío. Beatrice y Danika encontraron una pequeña biblioteca con varios archivadores que podían mover sin dificultad, así que los arrastraron hacia las puertas para colocarlos. Kanjiru y Massimo tuvieron más suerte todavía y encontraron el gimnasio de la prisión, en el que sólo había los zombis de dos antiguos vigilantes de la penitenciaria que liquidaron sin problemas y varios juegos de pesas y otras máquinas que también arrastraron hacia la entrada. Parecía que la pequeña barricada improvisada aguantaría un tiempo, pero tenían que encontrar otra forma de regresar al edificio de administración tras saquear la armería. Con las pocas linternas con las que contaban recorrieron las dos plantas del edifico, pasando por una pequeña videoteca y unos baños con duchas que podrían usar para asearse si conseguían asegurar la zona.
Finalmente llegaron a la armería, situada al fondo de la segunda planta, pero la puerta también estaba cerrada, hecho que hizo que John gritase furioso y estampase una silla que había cerca contra la pared. Sin embargo, Sandra descubrió enseguida que la puerta estaba realmente abierta, pues al no haber corriente en ese ala de la prisión la cerradura electrónica de la armería no funcionaba. Los ojos se les iluminaron al ver que dentro de la armería aún había muchas armas, equipo antidisturbios, granadas de gas, porras y suficiente munición para pistolas de 9mm, escopetas y rifles de asalto. Para empezar solamente recargaron las armas que pudieron (Sandra, de paso, tomó una porra al haber roto la escoba) y se llevaron un par de cajas de diez balas/cartuchos cada uno, por si acaso las necesitaban. Cuando salieron de la estancia vieron que la barricada ya había caído, pues unos cuantos zombis aparecieron por la esquina directos a por ellos.
- Caballeros-. Empezó a decir Xavier.- Por si acaso no salimos de ésta quiero que sepan que fue un placer.
Casi todos abrieron fuego al instante, oyéndose solamente por encima de el sonido de las armas disparando el de los zombis gruñendo al recibir balas perdidas en el cuerpo y tiros en la cabeza. Los zombis seguían llegando y llegando, parecía que era una ola de muerte sin fin mayor que la habían liquidado dentro del comedor de la penitenciaria, pero eso ya era demasiado, no era posible que hubiese tantos presos y guardias en la cárcel al mismo tiempo, no a menos que las prisiones de los condados situados más en el interior del continente enviasen allí a sus presos mientras la infección zombi avanzaba hacia la península de San Lorenzo, el lugar del país que más tardó en caer.
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Hacía ya un día que Yuri, Alice y Melisa habían dejado atrás la penitenciaria y se habían dirigido a la frontera que daba al continente atravesando el bosque cercano a la penitenciaria, adentrándose entre los árboles y sin salirse del camino. No hablaban mucho, pues a ninguno le interesaba relacionarse con otras personas, pero cuando se encontraban algún zombi rezagado cooperaban para quitarlo de en medio lo antes posible.
Bordearon la autopista al salir del bosque y avanzaron por campo abierto, donde difícilmente podrían ser sorprendidos. A medio camino se encontraron con una pequeña granja en la que entraron para saquear, pero sólo encontraron despensas y depósitos de agua vacíos y una familia entera, probablemente los residentes de aquella granja, ejecutada en el salón de ésta; el que parecía ser el padre aún tenía una escopeta, descargada, en las manos. Yuri insistió en que debían seguir moviéndose antes de que cayera la noche, y si bien Alice y Melisa no llevaban muy bien lo de seguir recibiendo órdenes lo siguieron hasta la frontera. La salida del condado de San Lorenzo estaba situada entre dos sistemas montañosos de considerable tamaño, situándose una aduana en el pequeño hueco que dejaban entre ellos. A varios kilómetros de la aduana encontraron el primer cordón militar, obviamente superado por los no-muertos y arrasado completamente, si bien en los camiones pudieron encontrar un par de granadas y munición de pistola. Había muy pocos muertos por la zona, la mayoría civiles que se habían transformado en zombis, lo que hacía fácil imaginarse qué había pasado con los efectivos militares. Cuanto más se acercaban a la aduana más desolador era el paisaje, lleno de cadáveres tiroteados o demasiado devorados como para poder reanimarse y volver a la vida, pero eso no los hizo retroceder; fue lo que encontraron en la aduana lo que sí les hizo replantearse su estrategia:
Había centenares de zombis esparcidos por todas partes, la mayoría bloqueando el acceso a la aduana, todo estaba destrozado o en llamas y no había rastro alguno de vida más allá de la reanimada. Alice vio un camión de bomberos aparentemente intacto y se le ocurrió utilizarlo para abrirse paso a través de la frontera, a lo que Melisa y Yuri asintieron. Yuri trepó hasta la parte superior del vehículo y se apostó ahí para cubrir a sus compañeras con el rifle de francotirador mientras ellas subían a la cabina para ponerlo en marcha. Por suerte las llaves estaban puestas y había suficiente combustible, así que Yuri se colocó en la parte trasera del camión, justo al lado del depósito de agua para la manguera, y arrancaron. Las sirenas del camión saltaron de pronto al darle al contacto, lo que atrajo la atención de prácticamente todos los no-muertos que aún no se habían percatado de la presencia de carne fresca en el entorno.
- ¡Mierda!-. Gritó Alice mientras buscaba la forma de apagar las sirenas. Yuri, sin dudarlo, disparó con la pistola y las destrozó al instante, pero aún así los zombis siguieron acercándose a ellos.
Al camión le costó arrancar al principio, dando tiempo suficiente para algunos zombis para alcanzarlo e intentar llegar hasta sus ocupantes, pero Yuri se encargó de ellos rápidamente.
- ¡Venga, písale!-. Le gritó Melisa a Alice mientras intentaba evitar que un caminante abriera la puerta del copiloto para alcanzarla.
El camión de bomberos aplastó a todo zombi que se le puso por delante y arrasó con las barreras que el ejército había colocado anteriormente, llegando a la aduana y pasando por encima de los cadáveres andantes y salieron de San Lorenzo, adentrándose en el continente sin saber que acababan de salir de la sartén para caer en las brasas...
[center]-----------------------[/center]
El grupo de la penitenciaria había conseguido acabar todos los zombis que habían salido del bloque A, dejando el pasillo que llevaba a la armería sembrado de cadáveres. La munición que habían tomado había sido usada, dejando solamente de nuevo todo el arsenal en la armería. Examinaron el bloque entero de una punta a la otra para asegurarse de que todo estaba bien, aunque no había corriente.
- ¿Cómo puede ser que no haya corriente si la compuerta principal de la penitenciaria se cerró por sí misma?-. Preguntó Danika.
- El complejo entero debía estar ya funcionando con un generador de emergencia cuando llegamos y se habrá agotado ahora el combustible que lo alimentaba-. Contestó Demian.- Habrá que buscarlo e intentar reiniciarlo para poder tener luz.
- Podemos usar de momento el combustible que nos queda-. Sugirió Kanjiru.- Llenamos los depósitos de la furgoneta y de la moto por si acaso hay que huir con prisas y usamos el resto para alimentar el generador.
- No me parece una mala idea, podemos encenderlo solamente cuando necesitemos utilizarlo y apagarlo por la noche cuando no nos haga falta, si cada uno duerme en una celda cerrada desde dentro no habrá riesgo de que mientras dormimos nos descuarticen y nos coman-. Dijo Xavier.
- Si hay un generador estará en los niveles subterráneos de la penitenciaria-. Dijo John Statham.- Un grupo debería bajar para reiniciarlo mientras otros limpian el edificio de cadáveres y otros exploran el bloque A ahora que parece estar vacío.
- Bien, habrá que dividirse equitativamente para estar todos en igualdad de condiciones-. Dijo Xavier.
Todos excepto Yuri, Alice, Melisa, Francis y Aaron pueden participar en esta situación, eligiendo quiénes deberían formar parte de cada grupo tal y como se hizo en la segunda situación, siendo los más votados en cada grupo los que se encargarán de llevar a cabo cada una de las tareas designadas. Tened en cuenta los puntos fuertes y débiles de cada personaje, pues si en un grupo hay exceso de Rambos o de aficionados a las armas alguien puede resultar herido, ser mordido o algo peor. Y no olvidéis que si alguien no sigue las situaciones al menos tres veces seguidas perderá el control sobre su personaje, pudiendo hacer el máster o submáster lo que crea conveniente con él.
Y si alguien se pregunta por el destino de Francis y Aaron dejadme aclarar que siguen vivos, siguen ahí intentando sobrevivir por los alrededores del exterior de la cárcel.
- Tenemos compañía-. Dijo Beatrice.
Un zombi trató de agarrarla por delante, pero con un ágil movimiento lo atrapó y le clavó su cuchillo de combate en la nuca, "matándolo" de nuevo. Xavier, Massimo y John intentaron abrir las puertas, que estaban cerradas, para finalmente cargar contra éstas para echarlas abajo aunque fuera. Unos quince zombis salieron al patio siguiendo al primero, menguando cada vez más las posibilidades de sobrevivir del grupo. Beatrice siguió destrozando nucas con su cuchillo y sólo recurrió al tenedor cuando el cuchillo se quedó por unos momentos atascado en la columna de un no-muerto. John Stathman cargó contra dos zombis que estaban cerca y derribó a ambos, destrozándoles el cráneo a pisotones al mismo tiempo que le cubría la espalda Danika decapitando zombis con el hacha de incendios y Kanjiru golpeaba con brutalidad multitud de cabezas con la barra de metal. Demian también se estaba defendiendo con su cuchillo y Matt y Sandra luchaban codo con codo como podían, pero el patio empezaba a llenarse de presos y guardias zombificados y no quedaba mucho tiempo.
- ¡Abrid esa puerta de una puta vez!-. Gritó Sandra partiéndole la escoba a un zombi en la cabeza, quedando ambas inservibles.
Xavier, Massimo y John cargaron a la vez contra la puerta y la tiraron abajo, cayendo los tres como pesos muertos contra el suelo y dejando paso a los demás. Sin embargo, el problema se había agravado, pues si bien habían conseguido entrar en el edificio una de las dos hojas de la puerta estaba arrancada en el suelo y los zombis, que se arremolinaban en el patio rodeando a los caídos, podrían entrar tras ellos. Entre unos cuantos cogieron la hoja de la puerta e intentaron colocarla de forma chapucera, poniéndose ellos mismos de barricada mientras los demás corrían a buscar algo con lo que apuntalar la puerta y evitar que los zombis entraran. Beatrice, Danika, Kanjiru y Massimo se adentraron en la oscuridad del edificio en busca de ficheros u otras cosas pesadas para usar de barricada mientras el resto de quedaba haciendo fuerza para evitar que los no-muertos entrasen en el bloque, que en un principio parecía estar vacío. Beatrice y Danika encontraron una pequeña biblioteca con varios archivadores que podían mover sin dificultad, así que los arrastraron hacia las puertas para colocarlos. Kanjiru y Massimo tuvieron más suerte todavía y encontraron el gimnasio de la prisión, en el que sólo había los zombis de dos antiguos vigilantes de la penitenciaria que liquidaron sin problemas y varios juegos de pesas y otras máquinas que también arrastraron hacia la entrada. Parecía que la pequeña barricada improvisada aguantaría un tiempo, pero tenían que encontrar otra forma de regresar al edificio de administración tras saquear la armería. Con las pocas linternas con las que contaban recorrieron las dos plantas del edifico, pasando por una pequeña videoteca y unos baños con duchas que podrían usar para asearse si conseguían asegurar la zona.
Finalmente llegaron a la armería, situada al fondo de la segunda planta, pero la puerta también estaba cerrada, hecho que hizo que John gritase furioso y estampase una silla que había cerca contra la pared. Sin embargo, Sandra descubrió enseguida que la puerta estaba realmente abierta, pues al no haber corriente en ese ala de la prisión la cerradura electrónica de la armería no funcionaba. Los ojos se les iluminaron al ver que dentro de la armería aún había muchas armas, equipo antidisturbios, granadas de gas, porras y suficiente munición para pistolas de 9mm, escopetas y rifles de asalto. Para empezar solamente recargaron las armas que pudieron (Sandra, de paso, tomó una porra al haber roto la escoba) y se llevaron un par de cajas de diez balas/cartuchos cada uno, por si acaso las necesitaban. Cuando salieron de la estancia vieron que la barricada ya había caído, pues unos cuantos zombis aparecieron por la esquina directos a por ellos.
- Caballeros-. Empezó a decir Xavier.- Por si acaso no salimos de ésta quiero que sepan que fue un placer.
Casi todos abrieron fuego al instante, oyéndose solamente por encima de el sonido de las armas disparando el de los zombis gruñendo al recibir balas perdidas en el cuerpo y tiros en la cabeza. Los zombis seguían llegando y llegando, parecía que era una ola de muerte sin fin mayor que la habían liquidado dentro del comedor de la penitenciaria, pero eso ya era demasiado, no era posible que hubiese tantos presos y guardias en la cárcel al mismo tiempo, no a menos que las prisiones de los condados situados más en el interior del continente enviasen allí a sus presos mientras la infección zombi avanzaba hacia la península de San Lorenzo, el lugar del país que más tardó en caer.
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Hacía ya un día que Yuri, Alice y Melisa habían dejado atrás la penitenciaria y se habían dirigido a la frontera que daba al continente atravesando el bosque cercano a la penitenciaria, adentrándose entre los árboles y sin salirse del camino. No hablaban mucho, pues a ninguno le interesaba relacionarse con otras personas, pero cuando se encontraban algún zombi rezagado cooperaban para quitarlo de en medio lo antes posible.
Bordearon la autopista al salir del bosque y avanzaron por campo abierto, donde difícilmente podrían ser sorprendidos. A medio camino se encontraron con una pequeña granja en la que entraron para saquear, pero sólo encontraron despensas y depósitos de agua vacíos y una familia entera, probablemente los residentes de aquella granja, ejecutada en el salón de ésta; el que parecía ser el padre aún tenía una escopeta, descargada, en las manos. Yuri insistió en que debían seguir moviéndose antes de que cayera la noche, y si bien Alice y Melisa no llevaban muy bien lo de seguir recibiendo órdenes lo siguieron hasta la frontera. La salida del condado de San Lorenzo estaba situada entre dos sistemas montañosos de considerable tamaño, situándose una aduana en el pequeño hueco que dejaban entre ellos. A varios kilómetros de la aduana encontraron el primer cordón militar, obviamente superado por los no-muertos y arrasado completamente, si bien en los camiones pudieron encontrar un par de granadas y munición de pistola. Había muy pocos muertos por la zona, la mayoría civiles que se habían transformado en zombis, lo que hacía fácil imaginarse qué había pasado con los efectivos militares. Cuanto más se acercaban a la aduana más desolador era el paisaje, lleno de cadáveres tiroteados o demasiado devorados como para poder reanimarse y volver a la vida, pero eso no los hizo retroceder; fue lo que encontraron en la aduana lo que sí les hizo replantearse su estrategia:
Había centenares de zombis esparcidos por todas partes, la mayoría bloqueando el acceso a la aduana, todo estaba destrozado o en llamas y no había rastro alguno de vida más allá de la reanimada. Alice vio un camión de bomberos aparentemente intacto y se le ocurrió utilizarlo para abrirse paso a través de la frontera, a lo que Melisa y Yuri asintieron. Yuri trepó hasta la parte superior del vehículo y se apostó ahí para cubrir a sus compañeras con el rifle de francotirador mientras ellas subían a la cabina para ponerlo en marcha. Por suerte las llaves estaban puestas y había suficiente combustible, así que Yuri se colocó en la parte trasera del camión, justo al lado del depósito de agua para la manguera, y arrancaron. Las sirenas del camión saltaron de pronto al darle al contacto, lo que atrajo la atención de prácticamente todos los no-muertos que aún no se habían percatado de la presencia de carne fresca en el entorno.
- ¡Mierda!-. Gritó Alice mientras buscaba la forma de apagar las sirenas. Yuri, sin dudarlo, disparó con la pistola y las destrozó al instante, pero aún así los zombis siguieron acercándose a ellos.
Al camión le costó arrancar al principio, dando tiempo suficiente para algunos zombis para alcanzarlo e intentar llegar hasta sus ocupantes, pero Yuri se encargó de ellos rápidamente.
- ¡Venga, písale!-. Le gritó Melisa a Alice mientras intentaba evitar que un caminante abriera la puerta del copiloto para alcanzarla.
El camión de bomberos aplastó a todo zombi que se le puso por delante y arrasó con las barreras que el ejército había colocado anteriormente, llegando a la aduana y pasando por encima de los cadáveres andantes y salieron de San Lorenzo, adentrándose en el continente sin saber que acababan de salir de la sartén para caer en las brasas...
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El grupo de la penitenciaria había conseguido acabar todos los zombis que habían salido del bloque A, dejando el pasillo que llevaba a la armería sembrado de cadáveres. La munición que habían tomado había sido usada, dejando solamente de nuevo todo el arsenal en la armería. Examinaron el bloque entero de una punta a la otra para asegurarse de que todo estaba bien, aunque no había corriente.
- ¿Cómo puede ser que no haya corriente si la compuerta principal de la penitenciaria se cerró por sí misma?-. Preguntó Danika.
- El complejo entero debía estar ya funcionando con un generador de emergencia cuando llegamos y se habrá agotado ahora el combustible que lo alimentaba-. Contestó Demian.- Habrá que buscarlo e intentar reiniciarlo para poder tener luz.
- Podemos usar de momento el combustible que nos queda-. Sugirió Kanjiru.- Llenamos los depósitos de la furgoneta y de la moto por si acaso hay que huir con prisas y usamos el resto para alimentar el generador.
- No me parece una mala idea, podemos encenderlo solamente cuando necesitemos utilizarlo y apagarlo por la noche cuando no nos haga falta, si cada uno duerme en una celda cerrada desde dentro no habrá riesgo de que mientras dormimos nos descuarticen y nos coman-. Dijo Xavier.
- Si hay un generador estará en los niveles subterráneos de la penitenciaria-. Dijo John Statham.- Un grupo debería bajar para reiniciarlo mientras otros limpian el edificio de cadáveres y otros exploran el bloque A ahora que parece estar vacío.
- Bien, habrá que dividirse equitativamente para estar todos en igualdad de condiciones-. Dijo Xavier.
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Y si alguien se pregunta por el destino de Francis y Aaron dejadme aclarar que siguen vivos, siguen ahí intentando sobrevivir por los alrededores del exterior de la cárcel.
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- alex_wesker
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