RESH Zombies(Capítulo final: Desenlace)

[Anny Wesker]

Sos groso Eder!!!!
Muertes, torturas, sangre, amores, amistad. Tenés de todo y para todos los gustos. Me pongo de pie y aplaudo

[Eder]

Capítulo 24: Victoria

Valentina estaba sudando. Tenía su pistola levantada, apuntando a su víctima, que estaba tirada en el suelo, sangrando. Hace unos segundos, la había atravesado con su espada. Esto lo hizo acercándosele por detrás mientras ella peleaba con J2, y la hubiera matado con facilidad sino fuera porque se dio cuenta que era Rain, lo que provocó que su espada se desviara y la atravesara de forma no-letal, al menos no por ahora.

-¡Dispara! ¡Dispárale! – le dijo J2 a Valentina, el cual estaba tirado en el suelo. Había perdido el duelo contra Rain, y seguramente estaría muerto si no fuera por Valentina.

Rain, que ahora se había quitado el casco, miró a J2 y se dio cuenta.

-Tú… - dijo.

-Rain… ¿por qué? – preguntó Valentina, a la que le temblaba la mano. De todas las personas que se pudiera haber encontrado, de todas a las que hubiera tenido la necesidad de matar, tenía que ser Rain, la persona a la que más respetaba y estimaba en esta inmunda y despreciable ciudad.

-¡Hazlo! – le gritaba JuanDos, al que su actitud psicótica le empezaba a brotar hacia la superficie poco a poco.

-No… - empezó Rain, que estaba muy débil.

-¡No lo hagas!

Era Jotha, que había llegado con Anny, thnenemesis y Eder, los cuales ahora le estaban apuntando con sus armas.

-Se acabó, Valentina. Baja el arma – le dijo Eder.

Entonces Valentina, que siempre se había mostrado fría, distante y calculadora, mostró una faceta que casi nadie había visto, que incluso sorprendió a J2.

-¿Por qué, Rain? ¿Por qué han hecho esto? – dijo dirigiéndose a la administradora que ya casi estaba inconsciente, con una voz quebrada, empapada de sudor, y al borde de las lágrimas por la desesperación.

La mente de Valentina trabajaba como loca. Si mataba a Rain, ellos le dispararían. Y sin embargo, si la dejaba vivir y se entregaba, quizá le esperaba un destino mucho peor. ¿Dónde estaban Samuel, y Memo, o Umbralex? ¿Acaso todo su plan había fallado?

-¿¡Por qué hicimos esto!? – Soltó Anny.- ¡Ustedes fueron los que entraron aquí para matarnos! ¡Nosotros no les hicimos nada!

-¡Vosotros sois unos jodidos enfermos! – Le respondió Valentina.- ¡Estáis locos! ¡Os merecéis todo lo que les ha pasado!

-¿De qué hablas? – preguntó Jotha.

-¡Todas sus mentiras! ¡Habéis matado a Jmf! ¡Lo han matado, y a JuanDos lo dejaron por muerto!

En ese momento, Jotha vio que desde una de las esquinas detrás de Valentina surgieron Ill y Ele. El primero, al darse cuenta de la situación en el acto, sostuvo a Ele y le tapó a boca con la mano, puesto que esta casi emite un grito y sale corriendo hacia Rain. Debió pensar lo peor, porque la administradora parecía muerta en ese charco de sangre. Por suerte, al parecer Valentina no escuchó el forcejeo detrás de ella.

-Valentina, te han mentido. No queremos hacerte daño – dijo Jotha, que poco a poco bajó su arma hasta el suelo.

Eder no estaba seguro de eso, pero no quedaba de otra. Debían ganarse la confianza de Valentina. Bajó su arma al igual que Jotha, seguido de thenemesis, que también dejó su arma y la de Anny en el suelo, tratando de no lastimarla. Eder vio que detrás de Valentina, Ill seguía con su arma en alto por si las dudas.

-¿Ustedes… no mataron a Jmf? – preguntó Valentina.

-No. Tienes que creerme – respondió Jotha.

-Yo… - empezó Valentina, la cual empezó a bajar su arma.

En ese momento, sonaron disparos y su estómago fue acribillado, haciendo que cayera al suelo. JuanDos había recuperado su arma, que había caído con él al suelo. Luego, con una velocidad asombrosa, se movió por el suelo hasta llegar a Rain, apretando su pistola contra su cabeza. Al contrario de Valentina, él sí se dio cuenta a tiempo de la presencia de Ill y Ele, así que la estrategia de dispararle por la espalda no servía más.

-¡Atrás o la puta muere! – gritó.

Todos apuntaron sus armas hacia él.

-¿¡Qué vas a hacer, Juan!? ¡Hagas lo que hagas, estás muerto! – gritó Eder.

-¡Me la llevaré conmigo entonces! – gritó Juan.

-¡NO! – gritó Ele, y entonces sonó un solo disparo. Ele no pudo sentir las piernas. Cayó de rodillas, y empezó a llorar.

El alivio que sintió fue tan grande, que no pudo hacer nada más que eso. El disparo no fue de la pistola de J2, sino de un rifle. La bala impactó en el pecho de J2, lo cual hizo que soltara su pistola y cayera al suelo. Ill corrió hacia ambos y pateó la pistola de J2 lejos de él, luego le descargó las balas de su propia pistola en la cara al cadáver de J2, aunque no servía de mucho. Estaba muerto. Ele se abalanzó sobre Rain, la cual estaba inconsciente pero aún tenía pulso. Si su herida era tratada a tiempo, iba a sobrevivir.

Al igual que había hecho Samuel antes con Caleb, Beltrán usó un rifle desde muchos metros de distancia y le disparó con agilidad a Juan. Luego se acercó al grupo.

-Te has tardado – dijo Jotha.

-No le podía apuntar bien. Ha sido mitad suerte, debo admitir – dijo el webmaster.- Me he cargado a Samuel, ésta arma es de él.

-Joder, lo siento – respondió Jotha, el cual sabía que Beltrán y Samuel eran mejores amigos.

-No puedo decir que no me siento mal, pero ése no era Samuel, ése no era mi amigo. Era un loco que trató de matarme.

Luego se acercó a Rain y Ele.

-¿Está bien? – preguntó Beltrán.

-No – respondió Ele.- Tenemos que llevarla a la enfermería, y rápido.

-Bien, llévenla. Yo necesito ir a mi oficina, necesito recoger todos mis papeles de investigación.

-¿Para qué? – preguntó thenemesis.

-¿No es obvio? - le respondió Beltrán.- En pocos días todo el edificio estará inundado de zombis. Tenemos que irnos de aquí echando leches.

El grupo entonces ayudó a llevar a cargar a Rain y todos se dirigieron al ascensor, puesto que aparte todos tenían ciertas heridas que tratar. Beltrán salió en el sexto piso, el de las oficinas.

-Eder, los B.OW.s – le dijo Jotha, sujetando la puerta.

-Mierda, es cierto – respondió.

-¿B.O.W.s? ¿Qué? – preguntó Ill.

-Que los demás te cuenten, necesitamos hablar con Beltrán – respondió Jotha.

Entonces Jotha y Eder salieron del ascensor, dejando a los demás subir al séptimo piso, enfermerías.

-Beltrán, necesitamos hablar contigo – dijo Eder, después de alcanzarlo, puesto que ya se había alejado bastante

-¿Qué pasa? – preguntó él, sin detenerse.

-Queremos respuestas. Hoy fuimos atacados por algo que no habíamos visto antes – le dijo Jotha.

-Todos nosotros, ¿no?

-No – le respondió Jotha, lo cual hizo a Beltrán detenerse.

-¿De qué hablas? – preguntó el administrador.

-Un licker y un crimson head – dijo Eder.- Justo como lo oyes. Igual que los de los juegos. ¿Sabes a qué se deba?

Beltrán hizo una pausa, como si estuviera pensando. “Sabe algo”, pensó Eder.

-Quizá, vengan conmigo – dijo.

Eder y Jotha lo siguieron hasta su despacho. Era un cuarto bastante grande, que contaba no solo con un una televisión enorme, un minibar(el cual fue el primer lugar al que se dirigió Beltrán) y una mesa de pinball, sino también muebles enormes con libros, aunque gran parte de ellos eran cuadernos de trabajo enteros escritos por Beltrán. Sin duda, el webmaster era una persona bastante trabajadora. Mientras Eder y Jotha admiraban la colección de libros, Beltrán regresó con tres copas y les ofreció una a los dos usuarios. La tomaron y los tres bebieron

-Así que, veamos – dijo, sentándose en su escritorio. Eder y Jotha se sentaron las dos sillas que estaban enfrente de éste- ¿B.O.W.s? ¿Cómo los de los juegos?

-No hay duda – dijo Jotha.- Iguales a los juegos. Es todo muy surreal, Beltrán. ¿Qué coño está pasando?

-¿Y cuales dijeron que eran los que ustedes vieron? – preguntó el administrador, casi ignorando la pregunta de Jotha.

-Uh… - empezó Eder. Se sentía un poco mareado.- Un licker y un… crimson head.

-Excelente – dijo Beltrán.- Entonces sus sentidos funcionan a la perfección. Han evolucionado mucho más rápido de lo que pensaba. Calculaba unos pocos meses más.

-Beltrán, qué… - Eder no pudo terminar la frase. Los ojos se le cerraban. “¡Las bebidas!”

-¡Siéntanse afortunados! – Exclamó Beltrán.- Han sido testigos de los primeros prototipos del futuro del bioterrorismo.

Jotha se levantó tambaleando de su asiento, tratando de sacar su katana, pero era inútil. Cayó desmayado al suelo.

-Beltrán… los zombis… tú hiciste todo esto… - balbuceó Eder.

Antes de que los ojos se le cerraran y se durmiera, escuchó a Beltrán decir “No se preocupen, camaradas. Ustedes también pondrán su granito de arena.”

Continuará...

En el próximo capítulo
LA ÚLTIMA ESCAPATORIA
Empieza la recta final de RESH Zombies

[Ele Alzerav]

T_T

Hemos dicho antes muchas veces que estábamos jodidos, pero nada comparado con esto xD

Ya queda poco, a ver que tal te queda el desenlace Eder

[thenemesis]

Ya me puse al día.

La verdad que sí, muchas veces se dijo que estamos jodidos pero como en esta ocasión...

a ver que tal te queda el final que te está quedando muy bueno.

[Anny Wesker]

Ya falta poco para el gran final, no puedo esperar, estamos re jodidos pero no importa

[Eder]

Imágen creada por: Ele

Capítulo 25: Bioterrorismo

Eder sintió una descarga eléctrica tan potente que despertó por completo, gritando. Abrió los ojos y vio un techo blanco. Trató de mover la cabeza pero no podía, tenía una especie de cinturón que le cubría la frente que la mantenía pegada a la camilla de metal en la que estaba acostado. Trató de mover los brazos y las piernas, pero era lo mismo.

Después de unos segundos escuchó otro grito, a su izquierda. Probablemente era Jotha, que acababa de despertar de la misma manera.

-Bien, ambos han despertado, excelente – escuchó decir a Beltrán.- A ver… cómo funciona esto… ah, bien.

Entonces la cama de Eder, que estaba en una posición horizontal, se inclinó hacia enfrente, dejándolo en una posición vertical.

-Eso debe ser algo incómodo, déjenme ayudarles – dijo Beltrán. Se acercó a Eder y le quitó el seguro de la cabeza, permitiéndolo moverla, y luego hizo lo mismo con Jotha.

Eder examinó el cuarto en el que se encontraba. Parecía una habitación de un hospital bastante moderno, con paredes azules y blancas, con estanterías llenas de objetos para operación, y algunas máquinas que Eder no sabía para qué servían. Beltrán estaba enfrente de los dos, vestido con un abrigo de cuero negro, como la viva imagen de Albert Wesker.

-Beltrán… tú… - dijo Jotha.

-Sí, sí, sí. “¡No te saldrás con la tuya!”, “Pero si ya lo he hecho”. El típico intercambio entre el héroe y el villano. En realidad, no lo “he hecho”, no. El plan solo acaba de comenzar.

-¿El plan? ¿Qué plan? – preguntó Eder.

-Ah, y esta es la parte donde les revelo mi plan maestro, en lugar de matarlos de una puñetera vez – dijo Beltrán.

Entonces, el webmaster sacó una pistola y le apuntó a Eder en la cara. Éste trató de moverse inútilmente de su posición, asustado. Beltrán soltó una carcajada.

-Pues… honestamente, el contarles o no mi plan no hace ninguna diferencia. Y no es que los quiera matar, en realidad… - les dijo.- Eso depende de sus amigos.

-¿Qué les has hecho? – preguntó Jotha.

-Nada, todavía – respondió el administrador.- Justo ahora deberían seguir en la enfermería, tratando las heridas de Rain – les dijo. Luego miró su reloj.- Bien, ya casi es la hora.

-¿Qué vas a hacer? – preguntó Jotha.

-Hagamos un poco de tiempo, algunos minutos bastarán. Seguro se preguntarán, ¿por qué hice todo esto? Bueno, digamos que estaba cansado de RESH. Demasiados años gobernando una ciudad que cada vez se iba más a la mierda, aun conmigo al mando. Por cada troll que deteníamos, 10 spammers seguían asaltando bancos en el otro extremo de la ciudad. Era un caos del que ya no me interesaba formar parte, y de hecho hubiera renunciado hace mucho si no fuera por mis beneficios económicos. Entonces, se me ocurrió la estrategia perfecta… - Sacó un cigarrillo del bolsillo de su pantalón, se lo metió a la boca, lo encendió, e inhaló el humo.


Samuel estaba caminando por los pasillos de la armería. En realidad, asesinar a los del edificio no era su verdadero objetivo, aunque no venía mal. Después de todo, si lo que dijo J2 era verdad, estaba lidiando con psicópatas. Pero en realidad, lo que más le interesaba, era hablar con él.

-No te muevas – escuchó que le decían. Qué coincidencia. Era su voz.

-Así que… lo vas a hacer, ¿verdad? – preguntó Samuel.

-Sabes que sí.

-Beltrán, no tienes por qué – dijo Samuel, sintiendo la presión de un arma en su espalda.- Aun no es completamente tarde. Podemos salvar esta ciudad.

-Sabes que eso no es cierto, todos están muertos – le dijo Beltrán.- Vamos, sabes que los únicos sobrevivientes en esta ciudad están tratando de matarse entre sí en este mismo almacén.

-Beltrán, recapacita – dijo Samuel.- ¿En serio crees que los de los demás foros se tragarán el cuento? ¿Qué nadie descubrirá lo que pasó en esta ciudad?

-Me encargaré de que no. No puede haber sobrevivientes – respondió el administrador.- Samuel… tu eres mi amigo. Aun no es tarde, la oferta sigue en pie. Únete a mí y sálvate, no tienes por qué morir con esta ciudad.

-Sabes que no puedo hacer eso. Prefiero morir a ser parte de tu farsa. Lo siento – le respondió Samuel, firme en sus ideales.

-Entonces aquí nos despedimos, compañero.

-Así parece.

-Hasta otra.

Entonces sonó un disparo, y Samuel pudo ver cómo la sangre y la carne de su pecho salían volando hacia enfrente. Se arrodilló y cayó el suelo. Dio un último vistazo a su amigo, y cerró los ojos, para siempre.



Beltrán sacó el cigarro de su boca, exhaló el humo, y continuó su discurso.

-Verán, mi plan es bastante simple. Debajo de este edificio hay una bomba nuclear, que está configurada para detonar en… - revisó su reloj de nuevo.- Una hora con diez minutos, exactamente. En realidad estaba configurada para detonar dentro de un par de semanas, pero debido al reciente cambio de eventos, me he visto en la forzosa necesidad de adelantar los hechos. El caso es que la bomba destruirá la ciudad entera.

-¿Y por qué demonios harías eso? – preguntó Eder. Sus brazos se empezaban a cansar.

-Ah, allí es donde se pone interesante. Verás, ¿ese grupo bioterrorista del que les conté? La parte de que se extinguió es cierta. Todos sus miembros están muertos. El caso es que el público no siempre ha estado seguro al 100% de esto. ¿Ustedes saben por qué en todo este tiempo no ha llegado “ayuda” desde afuera?

Eder y Jotha no respondieron. Era una muy buena y simple pregunta, al grado de que se sintieron extremadamente estúpidos por no haberla formulado antes.

-No pudieron. Porque el mismo día en que empezó la epidemia, un vídeo viral apareció en el internet. En él, una persona con una máscara de gas clama ser parte del grupo bioterrorista, y asegura que ellos son los causantes de la epidemia. Y que si alguien intentaba siquiera ingresar en la ciudad, una bomba nuclear detonaría en el centro de ésta. La persona del video, por supuesto, era yo.

-Beltrán, maldito hijo de perra… - dijo Jotha.

-La ciudad desaparecerá del mapa, y yo asumiré la identidad de la organización. Me haré rico negociando con el virus que inició todo, una nueva era de bioterrorismo empezará. El mundo será un caos, y todo esto será… su culpa.

-¿Nuestra? ¿De qué mierda hablas? – preguntó Eder.

-Aquí está la belleza de esto, y es la razón por la que les cuento todo. Hay una ligera probabilidad de que ustedes salgan de aquí, cuenten lo que en realidad pasó y queden como los héroes de la historia – dijo Beltrán, y después revisó su reloj.- Una hora. Es hora de empezar el espectáculo.

Después, se dirigió hacia una mesa que estaba en el cuarto. En ella había un pequeño radio. Lo tomó y habló por él.

-¿Hola? ¿Probado? ¿Me escucháis? – Preguntó, y su voz se escuchó por todo el edificio.

En la enfermería, el grupo escuchó al webmaster.

-¿Ese es Beltrán? ¿Qué está pasando? – preguntó Anny.

-Espero que me escuchen bien. No me andaré con rodeos – dijo Beltrán.- En el sótano de este edificio hay una bomba nuclear que explotará dentro de una hora. Si salen de aquí con vida, depende completamente de ustedes.

-¿Qué coño está pasando? – preguntó Ill.

-En el techo hay un helicóptero listo para usarse – continuó Beltrán.- Pueden ir hacia allí y largarse. Por otro lado, en el primer piso están sus dos compañeros Gray Fox y Eder, los cuales no durarán vivos por mucho tiempo. Pueden también venir a rescatarlos y después volver al helicóptero. Como dije antes, depende de ustedes. Se encuentran en la sala de autopsias. Vosotros moderadores sabéis saber dónde está.

Ele estaba sentada en la misma camilla donde Rain descansaba, sujetando su mano. De repente sintió que ésta le apretaba. Se volvió hacia Rain y vio que ya no estaba desmayada, sino que estaba despierta y escuchando atentamente.

-Rain… - le dijo Ele.

-Shh – le susuró Rain.

-En 20 minutos, más armas biológicas se liberarán en el edificio – siguió diciendo el webmaster- Lo que han visto hasta ahora no es nada comparado a lo que les espera. Que la suerte los acompañe, compañeros. Que empiece la fiesta.

-¡No! – gritó Rain.



Rain estaba bastante disgustada. Después de todo, no solo se acababa de despertar, sino que había dejado a su prometida y ahora se encontraba yendo al trabajo en su día de descanso. Entró en el edificio y vio a Beltrán sentado en uno de los sillones en el hall principal.

-Beltrán, será mejor que sea importante – le dijo.

-Rain… ¿tú confías en mí? – le preguntó Beltrán.

-Uh… por supuesto – repondió Rain.

-¿Cuánto? – le preguntó Beltrán, viéndola a los ojos.

-Beltrán, basta – le dijo Rain, fastidiada.- Sabes que confío en ti, demasiado. Ahora, si me disculpas, tengo una novia a la que atender.

Rain entonces se dio la vuelta y se dirigió de nuevo a la puerta.

-¿Destruirías la ciudad conmigo? – le preguntó Beltrán.

Rain se paró en seco.

-¿Qué? – preguntó, volteando hacia Beltrán.

-Lo que has oído.

-No sé lo que oí.

Beltrán entonces le explicó su plan. El grupo bioterrorista, la bomba nuclear, la destrucción de la ciudad…

- Solo tú y Samuel saben de esto. Él lamentablemente rechazó la oferta, pero tú…

-Me das asco, Beltrán – soltó Rain, que estaba petrificada. ¿En qué demonios estaba pensando su amigo? – Si crees que te voy a dejar destruir la ciudad…

-Oh, lamento decirte que sea cual sea tu respuesta, el plan ya ha empezado – dijo Beltrán.- El virus ya está en las calles y en unos pocos minutos te aseguro que los teléfonos empezarán a sonar con gente gritando y pidiendo ayuda. En unas horas, las calles estarán llenas de muertos.

-No voy a dejar que lo hagas – dijo Rain, dirigiéndose a la salida.

-Si sales por esa puerta, detonaré la bomba – le dijo Beltrán.

Rain, de nuevo, se detuvo.

-¿Cómo crees que nadie se ha enterado de esto por parte de Samuel? Si él habla, me aseguraré de detonar la bomba en el acto, y él lo sabe. Ustedes no pueden detenerme.

-¿Qué no? – dijo Rain. Entonces sacó una pistola de su cinturón y le apuntó a Beltrán.

-No haría eso si fuera tu – dijo Beltrán, mostrándole su muñeca. Tenía un aparato parecido a un reloj.

-Eso es…

-Un medidor de pulso. Lee mi ritmo cardíaco, registra cada latido de mi corazón. Y por supuesto, también registrará si muero. Creo que sabes lo que pasará si eso pasa…

Rain entendió y bajó la pistola. ¿Cómo es posible que la hubieran arrinconado de forma tan sencilla? Unas horas después, Jotha, Jmf y J2 llegaron al edificio. En un momento a solas, Beltrán amenazó a Rain.

-No digas nada. O sino, todos moriremos. Tienes mi palabra.



-Todo esto… es mi culpa – dijo Rain, que se había sentado y ahora les hablaba a sus compañeros.- Estaba entre la espada y la pared… no podía hacer nada…

-No puedo creer esto… - dijo Ele.

Mientras tanto, en el primer piso, Eder sintió un dolor en el estómago.

-Agh… - gimió.

-Bien, quizá esto les interese – les dijo Beltrán.

-¿Qué…? – empezó Jotha, pero no terminó su frase. También sintió un dolor muy fuerte, pero en el pecho.

-¿Recuerdan cuando les dije que ustedes también ayudarían con mi plan? Pues bien, me alegro informarles que ustedes también servirán como prototipos de armas biológicas.

El corazón de Eder se saltó un latido al escuchar eso. No podía ser cierto, no.

-Lo que ustedes vieron, el Crimson Head y el Licker, eran los cadáveres reanimados de Morkar y Rapsi, respectivamente.

-Beltrán, estás enfermo… - le dijo Jotha.

-Me las arreglé para recuperar todos los cuerpos de los trolls más famosos que hayamos vencido en esta ciudad. Eran los sujetos de prueba perfectos. Fuertes, inteligentes, hábiles. Y como dije, si sus amigos se aventuran en venir a salvarlos, quizá se encuentren con el resto del grupito. No puedo esperar a que vean a Visor o a Meyers…

Entonces, puso un bote y dos jeringuillas que sacó de su saco en el suelo.

-Los virus que inyecté en ustedes se asimilarán por completo en sus cuerpos dentro de 20 minutos, si no voy mal – les dijo Beltrán.- Inyéctense esto y el virus será suprimido de su sistema. Será doloroso, pero creo que prefieren eso a verse convertidos en Hunters. Será mejor que ellos se den prisa, o quizá serán ustedes mismos quienes acaben con sus patéticas vidas.

Eder no podía creer lo que estaba pasando. En definitiva, este era el mayor problema en el que se había metido desde que empezó la epidemia.

-Bueno, creo que eso es todo… - mencionó Beltrán, dirigiéndose a la puerta.- Si me disculpan… tengo un mundo que destruir.

Antes de salir, Beltrán sacó un pequeño dispositivo de su saco.

-¡Beltrán! – gritó Jotha.

-¿Sí? – respondió el administrador.

-¿Por qué? ¿Por qué dejarnos vivos? ¿Por qué darnos esta oportunidad? – preguntó Jotha.

En un principio, Eder pensó que Jotha estaba loco al preguntar eso. Sin embargo, tras analizarlo un poco, tenía un punto. No tenía sentido.

-Simple. ¿Qué emoción tendría el fic si ustedes no tuvieran una oportunidad de sobrevivir? – respondió Beltrán.

Entonces presionó un botón en el dispositivo y salió de la habitación. Las luces de todo el edificio se apagaron, y las ventanas se cerraron con sus placas de acero anti-balas.

-¿Pero qué…? – preguntó thenemesis, en medio de la oscuridad.

-Es un bloqueo de emergencia – dijo Rain, tomando su casco y encendiendo la lámpara integrada en él. Los demás hicieron lo mismo.- Las ventanas están completamente cerradas. No hay luz, así que no funcionan las puertas electrónicas, o sea que podemos movernos por todo el edificio… Lamentablemente, tampoco podremos usar el elevador.

-Joder… ¿y ahora qué hacemos? – preguntó Anny.

-¿No es obvio? – preguntó Ill.

Cargó su arma y se dirigió a la puerta.

-Perdí a Caleb. No voy a dejar que nadie más muera.

-Ill, usa la cabeza. Hay que analizar esto – dijo Ele.

-Tenemos pocas armas, y muy poca munición… – dijo thenemesis.

-Hay mucha munición en el segundo piso – dijo Ill.- No tienen que venir conmigo. Pueden irse en el helicóptero si quieren, pero tengan en cuenta que estarán dejando a tres personas a su suerte. Decídanse pronto, Beltrán dijo que ellos no aguantarán por mucho.

Ele, Rain, thenemesis y Anny se miraron entre sí.

-Yo iré – dijo Anny, levantándose con algo de dolor por su tobillo.

-No te dejaré sola – dijo thenemesis.- Yo también iré.

Ele entonces miró a Rain.

-Nosotras no podemos movernos mucho… - dijo Ele.- Nos quedaremos en el segundo piso buscando municiones. Asegúrense de sacar a esos dos con vida de allí.

Ele miró a Rain. Ella asintió.

-Entonces, en marcha – dijo Ill.

El grupo salió de la enfermería y se dirigió a las escaleras. Su última escapatoria había comenzado.

Continuará...

¿Podrá el grupo llegar a tiempo hacia Eder y Jotha? ¿Contra qué tipo de armas biológicas se enfrentarán? ¿Por qué sentí este impulso de escribir preguntas con una respuesta tan obvia?

¡Deja tus comentarios!

[Ele Alzerav]

Esta semana viste Inception, Robocop y Saw verdad?
xDD

Vaya que la estás liando, a ver cómo sales luego de ahí xD

[Rain Ocampo]

Pero ¿qué le pasa a este hombre con nosotros? nos quiere hacer sufrir hasta el final. Si es que nos saca de las garras de unos para meternos en otra

Igual, espero continuación... y que no sea el mes ni el año que viene sería ideal oe

[Eder]

Capítulo 26: Infectados

¿Recuerdas al Guarda? Ya sabes. Estoy seguro que todos recordamos ese mítico file del primer juego de Resident Evil. El diario del Guarda, si no me equivoco. Recuerdo que la primera vez que lo leí, algo se murió dentro de mí. Seguro, en realidad cuando lo analizas, el archivo está escrito con el culo (como todo el guion del juego, al menos la versión original), y es prácticamente imposible que alguien en sus condiciones pudiera siquiera escribir. Sin embargo, no sé por qué, pero me impactó como pocos momentos videojuguiles han podido. Y hoy, justo en este momento, sé cómo se sintió el Guarda.

Estoy sostenido en una camilla inclinada, en un cuarto oscuro, junto a Eder. Nuestra situación no podría ser mucho peor. Beltrán, nuestro jefe y amigo, nos había traicionado, y ahora formábamos parte de su enfermo juego. En unos pocos minutos, nos convertiremos monstruos. Y el salvarnos o no depende de nuestros amigos.

No me malentiendan, no es que no confíe en ellos. De hecho, estoy seguro que tomarán la decisión correcta, y precisamente eso es lo que más me asusta. Deben salir de aquí. No vale la pena poner su vida en peligro por nosotros. Deben salir de aquí. Deben tomar el helicóptero.

-No lo lograremos, ¿verdad? – me pregunta Eder, y puedo escuchar el miedo en sus palabras. Quisiera voltear a verlo, mirar a los ojos a la que posiblemente sea la última persona a la que hable, pero la oscuridad no me deja.

-Lo más probable es que no – le respondo.

Nos quedamos en silencio por uno minutos.

-Habíamos llegado tan lejos… - dijo Eder.- Sobrevivimos al inicio de la epidemia. Nos adaptamos al nuevo mundo sabiendo que un día moriríamos de hambre. Hicimos frente a los mods. No nos merecemos esto.

-Quizá no – le dije.

-¿Cómo puedes estar tan tranquilo? – me preguntó.

-Bueno, si llego a morir ahora, en realidad no perderé mucho – le dije.- Mientras que Rain y compañía salgan de aquí con vida, creo que puedo morir tranquilo. No pueden dejar que Beltrán se salga con la suya.

-¿Y cómo sabes que ese puto helicóptero no tiene una bomba o algo parecido? ¿Cómo sabemos siquiera que hay un helicóptero?

-Porque conozco a Beltrán, y es un hombre de palabra.

-Ya, claro. Todos creímos conocer a Beltrán y resultó ser un lunático.

-Quizá tengas razón, quizá no – le dije.- No creo que valga la pena amargar nuestros últimos momentos de vida pensando así. Prefiero morir pensando que Beltrán será detenido en algún otro foro y que la verdad saldrá a la luz.

-Ese es el punto, ¡no quiero morir! – me gritó Eder.- ¡No ahora!

Luego escuché cómo forcejeó con sus ataduras por unos momentos. Después de que paró, no dijo una palabra más. Entonces rompí el silencio.

-Es Anny, ¿no? – le pregunté.

-Claro que es Anny – me dijo, agotado.- Quiero volver a verla. Quiero…

Luego se detuvo.

-¿Eder?

-El dolor está volviendo… - me dijo.

Después yo también lo sentí. Un dolor que me recorrió todo el cuerpo. Esperé a que parara como antes, pero no se detuvo. Esta era. La hora de la verdad.

Por alguna razón, las imágenes de todos los zombis a los que he matado me vinieron a la cabeza. Toda esa sangre, sus sesos, su carne siendo rebanada por mi espada. Rico.

¿¡Pero en qué coño estaba pensando!?

Dentro de mí, mis intestinos se retorcieron y sentí ganas de volver la comida. Calambres recorrieron mis piernas y brazos. Mi cabeza me dolió mucho, y sentí una fiebre enorme. Más pensamientos violentos invadieron mi mente. ¿Cómo se sentiría sacarle los sesos a alguien con mi katana y comérmelos?

En ese momento, unas personas entraron a la habitación.

-¡Jotha! ¡Eder! – gritó thenemesis. Me lo imaginé en el suelo, aun vivo, con su estómago abierto, y conmigo comiéndome su intestino.

-¡La ampolleta! – Gritó Eder, retorciéndose de dolor.- ¡En el suelo!

-¿Qué? – preguntó thenemesis.

Vi como Anny apartó a thenemesis con el brazo y tomó rápidamente la botellita y las dos jeringuillas. Llenó una con el líquido de la ampolleta y se lo inyectó a Eder en el brazo. Sin duda, ella también se preocupaba por él. Entonces, Eder empezó a gritar, al parecer en aún más dolor que antes. Luego, ella se acercó a mí e hizo lo mismo.

Entendí a Eder. El dolor era insoportable. Era como si todos los huesos de mi cuerpo se rompieran. Era como si me hubieran encajado un montón de cuchillos. Como si mi sangre se hubiera convertido en ácido. Todo esto duró por casi un minuto. Al acabar, estaba cubierto de sudor, e incluso creo que me había orinado encima. Entonces Ill presionó un botón que estaba en el costado de la camilla en la que estaba sujetado, y caí el suelo. Me levanté sobre mis rodillas y mis manos, y vomité.

-Ustedes… - dije jadeando.- Son unos idiotas…

-Lo somos, sí – me dijo Ill

Entonces me dio una pistola. Luego se dirigió hacia Eder y también lo soltó. No vomitó, pero se quedó recostado en el piso por un tiempo. Se levantó débilmente con la ayuda de Anny y thenemesis, e Ill también le dio un arma.

-Bien, vámonos. No queda mucho tiempo – dijo el moderador español.

Continuará...

[Ele Alzerav]

El capitulo da dolorcito sólo de leerlo xDD
bien, cortito pero intenso

Ya queda menos Eder

[Ill]

Excelente Eder, a ver qué tal es el final :3

Y date prisa, porque en breve viene la competencia...

[Caleb]

Oigan, voy por el cap 20 y esto está epic. Mis aplausos para este fic tan genial



Próximamente seguiré con los caps que me faltan para ir al día :3

[thenemesis]

Muy bien Eder.

Bastante intenso y doloroso por momentos cada vez se pone mejor.

[Anny Wesker]

Magnífico Eder
Este capítulo fue muy crudo e intenso, no apto para gente sensible
Ya no puedo esperar más para el gran final!!!!

[Ill]

¿DÓNDE




ESTÁ




EL




FINAL?




Ò_Ó