Resident Evil: La verdadera historia.

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Cursed
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Resident Evil: La verdadera historia.

Mensaje por Cursed » 12 May 2016 18:57

Capítulo 1. Chris Redfield.



Oculto:
24 de Julio de 1998. Me llamo Chris Redfield y pertenezco al cuerpo de élite de Raccoon City: S.T.A.R.S. Fuerzas especiales encargadas de la seguridad de la ciudad. Hemos recibido un aviso de auxilio por parte del equipo Bravo, que se encontraban investigando en las montañas Arklay, a las afueras de la ciudad.

Viajo en un helicóptero H3-426 con todo el equipo Alpha, estamos preparando nuestras municiones para entrar en acción. Tengo una resaca muy intensa, sabía que no debía tomar esas pastillas de éxtasis ayer, pero la situación se nos fue de las manos. Maldito Barry, no me puedo creer que se esté fumando un purazo ahora mismo, cualquiera diría que este tío ayer se metió cinco rayas de coca y se fue de putas. La madre que lo parió, qué bien se le ve. Es un tipo alto, de pelo castaño y barba poblada. La clase de John Wayne que quieres tener a tu lado si te metes en una riña. Levanta la vista, me ve y me sonríe, el hijo de puta de Barry Burton está listo para la acción, acaricia su Python como si fuese la punta de su polla, es todo lo que necesita.

A su lado nuestro líder, Albert Wesker, da el sermón de siempre antes de una misión. ¿No estamos de reconocimiento? ¿A quién cojones le importa? Ya sabemos lo que tenemos que hacer. Wesker es un tío con el que sería imposible salir a tomar unas cañas. El pobre tiene un sentido del humor completamente nulo. Todo es tan serio que me da pereza, me recuerda a mis días en los Air Force.

En ese momento Brad nos avisa de que viene viento fuerte y sufriremos unas leves turbulencias. Brad es nuestro piloto, tiene el pelo castaño claro, bien peinado y una piel fina y tersa como el acero. Su gesto natural es una sonrisa, lo que es de agradecer cuando estás harto de todo. Es el tipo de persona que te alegra el día y te anima cuando estás mal. Hablando de estar mal, el pobre de Joseph está a punto de vomitar.

- ¿Estás bien tío?

Joseph va a mi izquierda y se le ha puesto la cara verde. En ese momento Jill, que viaja a mi derecha, me ve preocupado por nuestros colega y se interesa.

- ¿Va todo bien?

Jill. Una mujer de armas tomar. Superviviente, fuerte, un buen culito...

- ..Si... Si. Nunca se me ha dado bien esto de volar- Contesta el pobre diablo rápidamente. Wesker se mosquea porque hemos interrumpido su discurso, al que nadie estaba prestando atención por supuesto. Jill saca una bolsa de Dios sabe dónde y se la pasa a Joseph. Espero que no vomite, ¿Por qué me habré sentado yo en medio?

- Vale, ahí están. Iniciando el aterrizaje capitán. - Nos avisa Brad desde delante. Todos nos agarramos fuerte y ultimamos nuestras armas. Barry le suelta un piropo a Jill, que le sigue el juego. Jill es una tía cojonuda para las bromas.

Finalmente Brad estabiliza el bicho, es un piloto de puta madre todo hay que decirlo, creedme sé de pilotos, yo solía ser uno. El aparato toca tierra y bajamos apurados. La cabeza me va a reventar, no puedo parar de pensar en lo poco que he dormido. De hecho creo que aún estoy algo borracho...

Una vez pisando tierra Brad nos grita algo que no entiendo, pero Wesker le da el visto bueno y el guaperas de pelo castaño despega perdiéndose en la fría noche. La verdad es que mirando el lado bueno esto de estar en la montaña me relaja, respiro aire puro que entra en mis pulmones aliviando los resquicios de todo el costo que me fume anoche. Tengo que dejar los canutos. De hecho tengo que dejar de pedirle canutos a Claire ¿Qué clase de hermano mayor soy? Mierda.

Jill nos grita desde unos veinte metros. Ha encontrado los restos del helicóptero del equipo Bravo. Está hecho trizas. Como si acabase de llegar de una guerra. Joseph se mete dentro para investigar, todo parece en orden hasta que descubre el cadáver de Kevin, completamente descuartizado.

- Joder, es Kevin - Grita Joseph mientras sale escopetado del helicóptero, ahora si que vomita a gusto en la hierba. Una imagen grotesca... La de Kevin y la de Joseph.

- Dios mío, mirad -apunta Jill- Parece que algo le ha mordido.

- Esto debe ser obra de un animal - Aclara Wesker. Y mientras habla me fijo que lleva el pelo más engominado que de costumbre. Es un hombre alto, delgado pero fuerte. Con una mata de pelo rubia que siempre lleva peinada hacia atrás y sus gafas de sol. Alguien debería informarle que estamos en medio del bosque a la luz de la luna. Pero paso, parece que Barry va a decir algo.

- Un animal muy grande.

...

Una aportación cojonuda Barry, gracias ya te puedes ir. En fin, tendré que decir algo para que no cunda el pánico.

- Puede que sigan por aquí, deberíamos seguir este sendero.

- Chris tiene razón, estad alerta. ¡Joseph ¿Estás recuperado?

- S-Si Capitán

- Bien, cubrid el área.

Sea lo que sea que haya hecho esto les ha pillado un tanto desprevenidos, y eso es lo que me extraña. Vale que los miembros del equipo Bravo no son gran cosa, pero nociones de combate y asalto tienen. Además con toda esta artillería que nos dan hasta un niño podría defenderse de una manada de osos. Me fijo en Jill, parece nerviosa.

- Hey ¿Estás bien? - le pregunto.

- ¿Quién ha podido hacer algo así? No tiene sentido...

- He oído rumores de una secta, pero vete tú a saber - Le comento sin creermelo demasiado.

- Sea lo que sea, debemos encontrarlo...

- Lo haremos. - Le aseguro.

- Y volarle la puta cabeza.

Directa al grano. A esto me refería con que es una mujer de armas tomar. Me he planteado pedirle una cita ahí atrás, tal vez después de esta misión sea un buen momento. ¿Quién sabe?

- ¡AAAHHHHHHH!

Un grito salvaje de dolor nos alerta a todos. ¡Es Joseph! Desde la lejanía. Joder ¿Qué le estará pasando ahora?


- ¡VAMOS! - Nos grita Wesker, el cabrón estaba a poca distancia de mis orejas y casi hace que me reviente la cabeza. Definitivamente esta resaca me está matando.

Corremos prado abajo y pasamos unos árboles. El viento los sacude como si fuesen sacos de boxeo. Joseph ha debido despistarse porque está muy alejado del grupo, pero sigue gritando. Al cabo de unos segundos damos con él y la escena es dantesca. Lo que parece una jauría de perros le están devorando. Uno de estos animales clava sus fauces en la yugular de Joseph como si fuese goma de mascar. La sangre sale a litros como una fuente, probablemente ya esté muerto.

Sin perder tiempo empezamos a disparar como si no hubiese mañana y los perros se desploman. Diría que tienen la rabia porque están cubiertos de sangre y muy pero que muy cabreados. Pero es raro un brote de rabia por aquí ¿No?. En fin, Barry apunta con la precisión de un francotirador. Headshot tras headshot los animales caen como moscas. Percibo que Jill está en peligro, tiene algún contratiempo con su arma y uno de los perros está a punto de abalanzarse sobre ella, apunto con ímpetu para derribarlo pero Wesker se me adelanta y salva a Jill. Si no tuvieras ese pelo de macarra hortera y gafas de sol podrías ser el héroe de la función, capitán.

El ruído atrae a otra jauría todavía más grande. Estos cabrones no han perdido el tiempo y se han reproducido como moscas. ¿De dónde habrán salido tantos chuchos rabiosos?

- Retirada, corred- Nos alerta Wesker. Me uno a Jill en la carrera y los dos corremos a toda velocidad disparando a ciegas a lo que nos persigue. Parece que una luz nos destella en la distancia. Tras unos segundos descubrimos lo que parece una antigua mansión en medio del bosque. Alguien está haciendo luces desde una de las ventanas superiores. ¿El equipo Bravo tal vez?.
Sin tiempo que perder Wesker abre la puerta principal permitiéndonos a Jill y a mi entrar. No sé donde se ha metido Burton pero los perros ya están aquí así que no nos queda otra que cerrar la condenada puerta.


- ¿Dónde está Barry? - Pregunta asustada Jill

- Siguió otro camino - Responde Wesker, frío como una piedra.

Nos encontramos en lo que parece una mansión de estilo victoriano. El hall está presidido por una escaleras de mármol enormes que llevan a la primera planta. Desde luego quien viva aquí no debe pasar apuros económicos.

- ¿Dónde estamos? ¿Qué es este lugar? - Pregunto interesado. Ni Jill ni Wesker parecen tener las respuestas que busco.

- No lo sé. Tendremos que buscar la forma de pedir ayuda. - Responde el capitán.

Jill parece agotada, se sienta durante un momento. Ha sido una buena caminata pero lo ha hecho muy bien. Lo hemos hecho bien. Me preocupo por Barry, está claro que vamos a necesitar refuerzos así que me aventuro hacia una de las puertas.

- Esperad aquí, registraré esta habitación - Les informo. Jill me mira todavía nerviosa. No se siente segura y no la culpo. Wesker en cambio parece más tranquilo, ha recuperado la compostura.

- Será mejor que no nos separemos - Aclara el rubio engominado.

- No os preocupéis, descansad un poco - Les digo mientras abro la puerta y accedo a la siguiente sala. Parece un comedor propio del Siglo XVIII. Una mesa de madera de roble preside la estancia. ¿Quién coño vive aquí? ¿La familia Addams?

Ni rastro de un teléfono, camino hasta el fondo, donde encuentro una chimenea de piedra muy esbelta y justo en frente un charco de sangre que deja un rastro hacia una puerta cercana. Sé que debería volver con Wesker y Jill cuanto antes pero la curiosidad me mata y yo soy muy de seguir impulsos.

Abro la puerta y me aventuro a la siguiente localización: Un pasillo en forma de L con varias puertas a las que acceder. Un ruído llama mi atención, me recuerdo al sonido de los perros devorando a Joseph pero más suave. Joder no me puedo creer que unos perros hayan devorado a Joseph. Esto no parece real, es como un puto sueño. Mi amigo de hace un par de años, Joseph, con el que me tengo marcado fiestas de rave y viajes astrales de LSD ahora está descuartizado en medio de un bosque por culpa de unos perros rabiosos.

Procuro no pensarlo demasiado y me acerco al lugar del ruído. Lo que veo me corta la respiración. Kenneth del equipo Bravo está siendo devorado por lo que parece un... ¿Zombie? El decrépito ser le ha separado la cabeza al pobre Kenneth a mordiscos. ¡Qué salvajada!. Soy incapaz de articular palabra. El muerto viviente se gira porque me percibe y viene a por mi. Forcejeo con él y consigo echarle a un lado, pero el hijo de puta vuelve a levantarse gruñendo sin vida. Sin alma.

Levanto mi pistola, apunto y disparo pero para mi horror no me quedan balas. Las gasté todas en esos perros rabiosos que ahora empiezo a creer que pudiesen ser zombies también. Como no me queda otra que huir me meto por la puerta más cercana y la cierro con fuerza asegurándome que ese ser no me persiga.

Ahora me encuentro en el exterior, unas pequeñas escaleras de piedra conducen a lo que parece un pequeño jardín. Respiro aliviado por un momento, esto debe ser una pesadilla, no hay duda. Bajo las escaleras y me acerco a las flores. Aire puro me llena de vida. Algo me deslumbra en medio de las plantas, parece un cartel metálico lo recojo y leo lo que pone:

Peligro
HUNTERS


Tiene manchas de sangre ¿Qué es un Hunter?

Mientras pienso en esto oigo algo acercándose a gran velocidad detrás de mí. Me giro pero apenas tengo tiempo de distinguirlo, parece una especie de... ¿Sapo gigante? ¿Me estoy volviendo loco o qué pasa? Esa cosa se mueve rápida como un rayo, antes de que pueda reaccionar salta con sus zarpas en alto y de un tajo limpio me atraviesa el pescuezo. Mi cabeza sale disparada a varios metros de distancia, la resaca se ha cortado de golpe. Eso es bueno. Pero ya no siento todo el aire puro que acababa de inhalar.

Mientras pienso en qué cojones era ese bicho, mis ojos se cierran. Calculo que aún quedan unos segundos para que mi cabeza impacte contra el suelo, aunque antes de que eso pase ya estaré muerto. Jill y Wesker van a flipar cuando vengan a buscarme.


FIN CAPÍTULO 1.


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Re: Resident Evil: La verdadera historia.

Mensaje por Spartacus » 12 May 2016 19:32

Jajajajajaja =D> =D> =D> =D> =D> no sabes lo que me has hecho reír con este capítulo. Me morí de la risa, imaginandome hasta la voz del Chris, que cabrón resultó ser xD Cuando empecé a leer las primeras líneas y llegué a la parte de Barry, supe que esto iba a ser una obra maestra. :wink: :wink:

Por favor, subí más capítulos que con este ya te ganaste un nuevo fan! :mrgreen:

Saludos! :D
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Re: Resident Evil: La verdadera historia.

Mensaje por Mataformigues » 12 May 2016 20:07

Vale... vale, tío. xDDDD Aún estaba desconcertado preguntándome por qué puñetera puerta había salido Chris a ese "pequeño jardín", pero supongo que después de ese inesperado final ya no importa. xDDDDD

Muy gracioso, siempre había querido saber lo que se siente. Espero más. :D
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Re: Resident Evil: La verdadera historia.

Mensaje por Cursed » 12 May 2016 20:22

Jajaja gracias por lo comentarios tíos.

La premisa es la historia original de Resident Evil pero cambiando lo que ocurre en ella.

Si os apetece participar sentiros libres, elegid un personaje del juego y dedicadle un capítulo, podéis hacer lo que queráis con él/ella (respetando la historia de los capítulos anteriores, claro) Como si fuese un ROL.


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Re: Resident Evil: La verdadera historia.

Mensaje por Lucy Norton » 13 May 2016 12:52

Muy buena Cursed. Espero con ansias la continuación. Hacía tiempo que no me reía tanto :lol:
Tráiler estatuas de Anticolat
http://es.youtube.com/watch?v=WxUiTPTlYmU

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Re: Resident Evil: La verdadera historia.

Mensaje por Cursed » 18 May 2016 18:20

Capítulo 2. Albert Wesker.

Oculto:
Me llamo Albert Wesker. Soy el líder del grupo Alpha perteneciente a los S.T.A.R.S fuerza de élite de seguridad ciudadana de Raccoon City. Recibimos una señal de auxilio por parte del equipo Bravo que nos trajo hasta las montañas Arklay, fuimos atacados por una jauría de perros y ahora nos hayamos en lo que parece una mansión victoriana.

He perdido a casi todo mi equipo, Chris ha ido a inspeccionar el área y me he quedado a solas con la única mujer del grupo, Jill Valentine.

- Creo que debemos ir a buscar a Chris, está tardando demasiado - Me comenta sacando su arma de la funda y poniéndose en situación de combate.

- De acuerdo, pero esta vez sin separarnos- Le respondo mientras la dejo pasar primera.

Accedemos a un salón antiguo, con una gran mesa en el centro, al fondo un rastro de sangre nos guía hasta un pasillo en forma de L. En esta estancia nos encontramos con algo propio de una película: ¡Un muerto viviente! Jill se queda paralizada por el shock, pero a mi no me sorprende. Reacciono con ímpetu volándole la cabeza de un disparo certero.
El ser infernal se desploma en el suelo como un saco de patatas y parte de su cuerpo se abre revelando sus entrañas, negras como el carbón, podridas desde la raíz hasta la punta. Emana un olor propio de un estercolero.

Hay algo que debéis saber de mí. Soy un sibarita, y me encanta serlo. Fui criado por una familia de clase alta y por consiguiente no soporto la falta de modales. Una vez hice un test psicológico en el que se reveló que tengo una falta empática similar a la de un psicópata. En otras palabras: Soy un psicópata, y he decidido utilizar este don para ayudar a las fuerzas del orden a acabar con los criminales. Esta... Cosa que nos hemos encontrado no parece tener vida, sin embargo su sola existencia me produce nauseas. No tendré ningún problema en exterminar estos seres. Sin duda.


- ¿Qué coño era eso? - Me pregunta Jill, todavía paralizada.

- Parece un zombie - Le respondo con calma.

Ella me observa, no se cree las palabras que han salido de mi boca pero sabe que son ciertas. Vuelve su vista al ser putrefacto y sigue un pequeño rastro de sangre. Yo voy detrás. A los pocos metros damos con el cuerpo sin vida de un miembro del equipo Bravo, Kenneth. Parece que le han arrancado la cabeza a mordiscos.

- Dios mío- Suspira Jill tapándose la boca con la mano. Está horrorizada. Supongo que así es como estaría yo de no ser por mi falta de empatía. Sin embargo me es indiferente. Era un buen chico Kenneth, pero ya está, hay que seguir adelante. Me pregunto si Jill está preparada para sobrevivir...

- Jill, vuelve al hall. Allí estarás segura. - Le comento tranquilizante- Yo encontraré a Chris y nos reuniremos contigo.

Jill me mira un poco confusa al principio, pero sus ojos adquieren confianza rápidamente.

- Ni de broma. Capitán ¿No ha visto esto? Necesitará ayuda para encontrar a Chris. Yo le cubriré- Afirma decidida. Al menos su reacción se antoja real.

- Muy bien.

Los dos continuamos hacia la puerta más cercana, al abrirla descubrimos unas pequeña escaleras de piedra que llevan a un jardín exterior. Abajo el panorama es desolador: El cuerpo de Chris yace junto a unas plantas y flores recién cultivadas. No hay ni rastro de su cabeza pero todo el suelo está encharcado de sangre.

- Chris...- Jill parece estar a punto de desplomarse. Ninguno de los dos nos esperábamos que algo así pudiese pasar.

De pronto un ruido llama mi atención. A lo lejos distingo como un ser monstruoso con aspecto de sapo gigante emite un sonido muy desagradable para acto seguido empezar a correr hacia nosotros.

- Jill, ¡Al suelo!- Grito mientras le hago un placaje a Jill y me lanzo hacia el otro lado. El sapo o rana o lo que sea, salta hacia nosotros con sus afiladas garras en alto, pero falla.

Es mi momento, desde el suelo apunto a su cabeza e introduzco un par de balas en ella. Aunque esto no es suficiente para acabar con esa abominación. Jill dispara desde su posición sin darle tregua, pero parece que cada vez le afecta menos.

Sin demora, saco mi granada de la suerte y me pongo en pie. No puedo lanzarla ahí o acabaría con Jill y conmigo al mismo tiempo, debo alejarle.

- Eh tú, bichejo- Le suelto mientras corro hacia la parte más profunda del jardín - ¿Por qué no juegas conmigo?

Alertado, el ser me sigue con los ojos inyectados en sangre. Desde luego no va a haber forma de tranquilizarle. Cuando está a una distancia más o menos prudente le lanzo la granada, sin embargo mis cálculos no salen bien y aunque la explosión revienta a ese monstruo haciéndolo saltar por los aires en pedazos, la fuerza erosiva me da de lleno lanzándome varios metros hacia atrás, estrellándome contra una pared. Mis ojos se cierran a medida que pierdo la conciencia...



...


... 4 horas después


...

Lentamente me despierto. Estoy en lo que parece una camilla en una habitación de... ¿Hospital? ¿Es esto Raccoon City de nuevo? ¿Qué ha pasado? Mi uniforme sigue en su sitio, con alguna que otra mancha de sangre, mis gafas han desaparecido y tengo un dolor intenso de cabeza. Ese golpe ha sido fuerte.

Me levanto con precaución y me dirijo a la puerta. Al atravesarla me doy cuenta de que estoy en lo que parecen unas instalaciones científicas. ¿Pero dónde? ¿Cómo he llegado hasta aquí?

El lugar está desierto, las paredes adornadas con restos de sangre y todos los ordenadores y demás elementos de investigación hechos trizas. Me imagino que este es el lugar donde se originaron las bestias de la mansión. Una voz me alerta desde la lejanía de un pasillo metálico.


- Pensaba que nunca despertarías- Es la voz de Jill, avanza con paso seguro hacia mi posición. Parece muchísimo más segura que antes y su tuteo me resulta extraño. ¿Qué libertades son estas para con un superior?

- Jill, ¿Dónde estamos? Informa- Le espeto con un tono completamente serio. Ella pasa por mi lado como si sólo fuese un peón más y se dirige a la siguiente estancia.

- Sígueme- Es su única respuesta.

Al cruzar la siguiente puerta aparecemos en una sala llena de tubos de cristal y muestras de lo que parecen distintos virus. Mi total atención se la lleva un tubo de unos tres metros de altura que alberga una criatura completamente monstruosa en estado de hibernación acuática en su interior. No sé cómo describirla... Una garra enorme y afilada, piel gris, un corazón al aire libre... Es horroroso.

- ¿Qué es esto? - Pregunto al aire. Jill responde.

- Lo llaman Tyrant, un arma biológica resultante del virus-T. El virus que ha hecho que todos los de la mansión se convirtiesen en zombies.

¿La mansión?

- ¿Dónde estamos?

- En los sótanos de la mansión. La vivienda es sólo una tapadera para estas investigaciones.

- ¿Y puede saberse quién ha creado esto?

- Umbrella Corporation.

- ¿Umbrella?

- Lo siento Wesker, has estado fuera demasiado tiempo para las explicaciones. Tenemos que acabar con ese monstruo si queremos salir de aquí.

Justo al acabar esa última frase Jill desenfunda su pistola como un rayo y dispara al tubo de cristal rompiéndolo en mil pedazos. Todo el agua sale al exterior.

- Jill ¡NO!- Le advierto, pero es demasiado tarde. El monstruo ese, Tyrant o como se llame, cae al suelo por un momento. Los dos observamos cautos, entonces el ser mueve sus garras como si acabase de volver a la vida y se pone en pie. Debe medir tres metros de altura.

- Todo por el beneficio de Umbrella... - Comenta Jill, seria y concentrada.

- ¿Qué tiene que ver Umbrella con ... ¡¡¡UGH!!!!

No me da tiempo a posicionarme. El Tyrant ha hecho su primer mandoble y ni siquiera he estado cerca de verlo. Sus garras me empalan con la facilidad de un tenedor atravesando una salchicha cocida. Siento como me desangro en su brazo... Con un último esfuerzo miro a Jill que permanece en su posición, inmutable, apuntando al monstruo con su arma.

Sin más dilación el Tyrant mueve con fuerza su brazo hacia arriba, partiendo mi torso y mi cabeza por la mitad. Me ha abierto en canal verticalmente.

Muero.


FIN
Un poquito de cliffhanger para el siguiente capítulo:

¿Qué ha pasado durante esas 4 horas?

¿Quién es y qué oculta Jill Valentine?

¿Dónde está Barry?




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Re: Resident Evil: La verdadera historia.

Mensaje por Mataformigues » 18 May 2016 20:10

Cursed escribió:
Oculto:
Sin más dilación el Tyrant mueve con fuerza su brazo hacia arriba, partiendo mi torso y mi cabeza por la mitad. Me ha abierto en canal verticalmente.

Muero.


FIN
xDDD Me encanta cómo te cagas en el canon, en serio. Y ese "Todo por el beneficio de Umbrella..." me ha sonado inevitablemente a Krauser, ¿me equivoco? xD Menudo batiburrillo.

Muy divertido, que esto siga adelante. =D>
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Re: Resident Evil: La verdadera historia.

Mensaje por Spartacus » 19 May 2016 02:10

Excelente! =D> =D> me encantó, hasta me dio rabia que haya muerto tan rápido, lo juro :lol:
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Re: Resident Evil: La verdadera historia.

Mensaje por Cursed » 19 May 2016 18:20

Gracias por los comentarios!!!!
En efecto la línea hace referencia a Krauser, buen ojo jejeje

Este capítulo cambió el tono macarra del primero por algo más serio, todo depende del personaje que lo esté narrando.

Y nada, me alegro que os mole y espero ver más obras vuestras por aquí! (Fan-fics, ROLs, novelas). Ahí estaré yo para leerlas ;)


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Re: Resident Evil: La verdadera historia.

Mensaje por Cursed » 20 May 2016 17:19

Este es el capítulo más largo, a ver qué os parece.


Capítulo 3. Rebecca Chambers.

Oculto:
Hola. Me llamo Rebecca Chambers y soy ninfómana. A primeras no se me nota porque tengo una apariencia un tanto juvenil e inocente, tal vez por eso mi libro preferido de siempre sea Lolita de Nabokov, hace que me sienta identificada. Os preguntaréis a qué viene todo esto, tan sólo estoy intentando analizar los motivos que me han llevado a acabar en esta situación en la que me encuentro, sujetando la cabeza de mi compañero Richard después de que una serpiente gigante le arrancase de cuajo; sí, de cuajo, parte de la garganta.

Pobre Richard, con él tuve buen sexo al llegar al equipo, pero para ser justos la tiene un poco pequeña. Escupe sangre... Mierda, no creo que se salve.

Enrico, nuestro líder, cubre la puerta. Probablemente seamos los únicos supervivientes del equipo Bravo de los S.T.A.R.S. Enrico es alto, fuerte y moreno, con bigote. Tuve una aventura de dos meses con él pero tuvimos que dejarlo porque casi nos pillan. Un buen pene de 23 cm le cuelga entre las piernas.

- ¿Cómo está? - Me pregunta 23 cm mientras Richard muere en mis manos. Le miro casi con lágrimas en los ojos y apoyo la cabeza de nuestro difunto compañero en el suelo, espero que descanse en paz.

Enrico y yo estamos ocultos en un pequeño trastero en lo alto de una mansión, a la espera de que el equipo Alpha venga a por nosotros. Todo este lugar está plagado de criaturas demoníacas pero lo que más nos ha acosado ha sido esa serpiente que os comentaba antes.

- Tal vez deberíamos ir a la planta baja - Le comento a Enrico. - Si vienen a por nosotros será más fácil la huida.

- Primero tenemos que localizar a la serpiente... Rebeca quédate aquí, no te preocupes volveré a buscarte.

Dicho esto Enrico y sus 23 centímetros salen de la habitación dejándome sola con el muerto. ¿A mí quién cojones me mandaría meterme en los S.T.A.R.S? Al principio os decía que estaba recapitulando cómo había llegado hasta aquí. Soy la miembro más joven de este escuadrón de élite y la médico del equipo Bravo. Ingresé aquí porque era dinero fácil y porque me sentía muy atraída por varios miembros del grupo.

En mi ficha dice que me gradué a los 18 años en la universidad pero es mentira, el jefe Irons (14cm) se lo inventó para justificar mi presencia. En realidad todo lo que se de medicina lo aprendí en tutoriales de Youtube. Con Irons me acostaba constantemente para lograr el puesto, después de conseguir mi objetivo de realizar un trío con él y Wesker (17cm) a los dos no les quedó más remedio que aceptarme en sus equipos. Wesker es un follador nato, me pregunto si estará viniendo al rescate... En fin, a donde voy es que si no fuese así de suelta con mi poder sexual probablemente no me habría acostado con esos dos tipos, ni con el ex-militar que me metió en la cabeza la idea de pertenecer a este grupo. Pero lo hice y aquí estoy. Vaya por Dios...

¡Oigo disparos del exterior! Alertada corro hacia la pequeña ventana de la habitación. Está cerrada y no consigo abrirla. A través de ella distingo unas figuras humanas corriendo, están escapando de una jauría de perros infectados. Probablemente sea el equipo Alpha.

Rápidamente cojo mi linterna y les hago luces, cada vez están más cerca. Son solamente tres, Wesker, Jill y Chris. Este último es mi asunto pendiente de los S.T.A.R.S. En efecto, me he acostado con todos los hombres del grupo en diferentes etapas de tiempo. Chris en cambio siempre se ha resistido a mis encantos, supongo que es debido a sus sentimientos por Jill, está claro que entre esos dos hay atracción. Jill Valentine... No me importaría acostarme con ella, es muy atractiva. ¿Querrán hacer un trío?

- ¡REBECCA! - Grita Enrico desde el primer piso. Mierda seguro que la serpiente está por aquí. Me alejo de la ventana mientras 17 centímetros, tetitas sexys y Chris entran en la mansión. Bienvenidos a la fiesta, espero que hayáis traído lubricante, porque nos van a dar bien por el culo.

- Rebecca corre, baja



Desenfundo la pistola mientras llego a las escaleras. Ni rastro de la Anaconda asesina.

Salgo del escondrijo que el capi y yo nos habíamos montado y siento retortijones en mi estómago. No creo que sea un buen momento para ir al baño pero lo estoy pasando fatal, esas habichuelas que nos dieron en la comisaría no pueden ser buenas. Al menos sé que si la serpiente me devora se va a llevar una buena ración de excrementos líquidos con aroma a habichuelas directamente de mis intestinos.

Enrico se encuentra a unos veinte metros de las escaleras por las que desciendo, sujetando una gran puerta de madera que lleva a un pasillo con un ventanal de considerables dimensiones, parece que la serpiente no ronda este lado de la mansión. A medida que me acerco mi capitán (y ex-amante) se pone el dedo índice de su mano derecha en la boca para indicarme que ande con cautela. La de cosas que me ha hecho con ese mismo dedo... Yo le sigo la corriente, camino de puntillas con el arma en alto y procuro no hacer ruido alguno. Al cabo de unos segundos de tensión máxima le alcanzo y los dos cruzamos la puerta.

El pasillo del ventanal es frío como la noche, algunas ventanas están abiertas y los cuervos van y vienen. Nunca me han gustado los pájaros pero estos se llevan el premio. Un ruido nos alerta desde el fondo de la estancia, lo que parece un doberman sin piel y podrido hasta los huesos nos gruñe. ¿Cómo habrá llegado hasta aquí?

- Rebecca, cúbrete- Me espeta Enrico y saca su magnun último modelo con la que le vuela la cabeza a balazos al animal. El pobre perro ha perdido tres cuartas partes de su cráneo, literalmente.

- Buen disparo jefe- Le comento, y de paso me entran ganas de decirle que ojalá hubiese tenido la misma puntería todas las veces que eyaculó sobre mi cara. Pero me lo callo porque tampoco me interesa desconcentrarlo.

Enrico y yo caminamos lentamente hacia la siguiente puerta. Un destello proveniente del exterior llama mi atención, así que me arrimo a la ventana para ver de qué se trata. Al mirar abajo veo como una especie de sapo gigante con uñas muy afiladas decapita de un golpe al pobre de Chris.

- ¡Chris!- Suspiro llevándome una mano a la cara. Cualquiera que me viese pensaría que estoy super afectada por la muerte de un amigo, pero realmente sólo pienso en los polvazos que me acabo de perder. Chris siempre tuvo pinta de ser un experto ¡Qué putada!

- Vamos Rebecca, tenemos que bajar- Me ordena Enrico.

Accedemos a la siguiente estancia, una sala oscura con un piano negro al fondo. Al cabo de unos segundos la puerta se abre y aparece Barry Burton (16 cm) del equipo Alpha, sujetando su Pyton en alerta.

- ¡Barry!- Exclamamos Enrico y yo.

- ¿Estáis bien?- Nos pregunta consternado.

Enrico comienza a hablar con él, explicando toda la situación. Yo me quedo embobada con su rostro, siempre me ha gustado. Con Barry era como montárselo con un oso, su pene no era muy largo pero gordo como una lata de refresco. Y velludo, muy velludo. Todos mis jugos vaginales se disparan cada vez que pienso en su miembro viril. Mis pezones se ponen duros como piedras y hasta el agujero de mi ano se abre con ansias. Oh Barry, fóllame, folla a tu putita insaciable Barry

- Rebecca tiene un mapa

Lléname de leche Barry...

- Rebecca saca el mapa

Quiero que me metas la lengua en el coño mientras me penetras salvajemente por detr...

- ¡REBECCA!- Me grita Enrico. Joder, joder, que despiste.

- Si, perdón, estaba pensando cómo salir de aquí- Respondo aturdida.

Acto seguido saco un mapa que encontré en una de las habitaciones cuando subimos hasta aquí y se lo paso a Enrico, pero justo antes de que los dos hombres con los que más he deseado hacer un trío en mi vida lo puedan ver, la serpiente gigante aparece partiendo el techo de la sala. Un montón de madera se desploma sobre nuestras cabezas dejándonos un poco desorientados.

Enrico nos ordena ponernos a cubierto mientras dispara como un loco. Barry me recoge del suelo y me aparta en una esquina, para seguir disparando a la condenada serpiente. Entre los dos le llenan la cabeza de plomo, sin embargo el animal se resiste en morir. Uno de los disparos de Barry atraviesa tan perfectamente la piel de su oponente que la bala sale rebotada hacia Enrico, atravesándole el ojo izquierdo e incrustándose en su cerebro. Mi capitán y sus 23 cm se desploman en el suelo sin un mero ápice de vida.

- ¡MIERDA!- Exclama Barry horrorizado.

Ágilmente se saca una bengala de su cinturón y la lanza como cebo para la serpiente, que está a punto de atacarle. El animal muerde el anzuelo y se traga el artefacto, lo que provoca una combustión en su interior que la hace arder hasta la muerte.

- Enrico...- Se lamenta Burton.

- Lo siento Barry, no ha sido tu culpa... -Le intento dar ánimos aunque sólo pienso en su pene y en las cien formas en las que quiero que me folle- Pero ahora tenemos que irnos, Jill y Wesker tienen que estar abajo.

Barry asiente y los dos salimos de la sala. Llegamos a un pasillo con algunos zombies rondando pero los esquivamos con facilidad. Después de cruzar un par de puertas más damos con unas escaleras del servicio que nos conducen a un pasillo con forma de L. Cuando estamos a punto de tomar una nueva dirección el ruido de una fuerte explosión nos alerta desde detrás de una de las puertas. Asustados, nos miramos y decidimos comprobar de que se trata. Al cruzarla damos con unas pequeñas escaleras de piedra que conducen a un jardín trasero. Allí yace el cuerpo sin vida de Chris y los restos del sapo gigante que vi atacarle anteriormente. Jill está al fondo, atendiendo a Wesker, que parece inconsciente.

- ¡JILL! - Exclama Barry.

- ¡Barry! ¡Estás bien!- Responde Jill mientras corre a abrazar a Burton como si no hubiese un mañana. Me da la impresión que entre estos dos hay más de lo que parece pero a lo mejor son alucinaciones mías. En cualquier caso, seguro que Barry y su lata de refresco me prefieren a mí antes que ella. Nadie se lo monta como Rebecca Chambers, zorra.

- Rebecca, ¿Dónde está el resto del equipo Bravo?- Me pregunta con ansias Jill, pero por la cara que le pongo ya deduce perfectamente que soy la última superviviente.

Seguidamente me abraza en modo de consolación. Sus pechos son tersos como los míos, me gusta el contacto entre ellos, es placentero. Una pena que nuestro potencial amante esté a escasos tres metros sin cabeza, pero estoy segura de que entre tú y yo Jill podremos pasarlo igual de bien.

- ¿Qué ha pasado? ¿Está Wesker bien?- Se apura a comentar Barry.

- Tuvo que lanzar una granada, está inconsciente, llevémoslo adentro.

Entre Barry y Jill cogen a Wesker entre sus brazos y los tres nos dirigimos de vuelta a la mansión, más concretamente al hall, pero al llegar nos espera una sorpresa. Todo el lugar está repleto de muertos vivientes, trabajadores de la mansión. Jill y yo desenfundamos las armas para acabar con la primera ola que nos ataca pero va a ser imposible matarlos a todos.

- Seguidme, tengo un plan- Informa Jill.

Y todos vamos tras ella hasta la parte de atrás de las escaleras de mármol que presiden el hall. Allí damos con lo que parece una puerta metálica que Valentine abre sin demora permitiéndonos entrar y salvaguardarnos de los zombies ¿De dónde ha sacado la llave Jill? Es igual, ahora estamos en una especie de montacargas que nos traslada varios metros bajo tierra. Al cabo de un minuto llegamos al destino y las puertas se abren revelando lo que parece una instalación científica llena de salas de experimentación.

Tres zombies nos dan la bienvenida, yo disparo a uno incesantemente pero no soy capaz de eliminarlo, Valentine deja a Wesker sobre Barry y desenfunda su pistola para acabar inmediatamente con los muertos vivientes de tres tiros certeros a la cabeza. Desde luego es una guerrera.
Al matarlos vuelve a guardar su arma y comienza a andar decidida, es como que algo ha cambiado en ella... Parece conocer este lugar. Barry y yo la seguimos con Wesker a cuestas hasta que llegamos a una sala con una camilla donde depositamos el cuerpo inconsciente del capitán del equipo Alpha.

-¿Qué es este lugar? ¿Cómo sabías que estaba aquí Jill?- Se aventura a preguntar Barry.

-Es complicado de explicar ahora, pero te prometo que en cuanto salgamos de aquí... - Jill no es capaz de terminar su réplica cuando un fuerte ruido llama nuestra atención. Proviene del exterior, de una de las salas.

Los tres salimos apurados con nuestras pistolas en alto. Barry el primero, me encanta cuando se pone en modo macho alfa, hace que recuerde los buenos momentos en los que me ataba en la cama. En fin, salimos afuera y descubrimos a un ser completamente deforme. Por los gruñidos que emite deducimos que es otro zombie, sin embargo está esposado y lleva un saco en la cabeza... Por las prendas se intuye que fue una mujer... Hace mucho tiempo.

- ¿Qué cojones es eso?- pregunta Barry mientras descarga su Pyton contra ella.

- Lisa Trevor- responde Jill, escueta.

- ¿Quién?

- No podremos matarla. Así no. Tendremos que llevarla al siguiente almacén de la instalación- Nos informa Jill.

Valentine nos hace una señal hasta una puerta cercana y los tres corremos hacia ella. Barry se ha quedado sin balas, así que Jill es la única que dispara a Trevor para retenerla. Al llegar descubrimos que es una puerta hermética que funciona con un código. La analizo ágilmente pero es imposible abrirla sin introducir los dígitos. Jill corre hasta nuestra posición y comienza a pulsar las teclas pero falla.

Lisa está cada vez más cerca; un nuevo intento y CHECK IN, la puerta se abre. Barry y yo nos miramos extrañados por los conocimientos de Jill para con este laboratorio. ¿Acaso ha estado aquí antes? ¿Por qué no nos dice nada? Sin embargo no hay tiempo para preguntas, los tres nos metemos en la nueva estancia seguidos muy de cerca por la mutante deforme. Lo que vemos nos sorprende en gran medida: Un largo pasillo metálico sobre un enorme tanque de agua. Parece que aquí investigaban con animales acuáticos. El agua se ha desprendido y ahora inunda el pasillo hasta nuestras rodillas.

- Vamos a colocarla en el centro, ahí es donde pueden atacarla- Afirma Jill.

- ¿Quién?- pregunto insistente.

Mi respuesta llega en forma de escualo gigante. La aleta de un tiburón blanco alterado genéticamente asoma a unos cinco metros de distancia y casi me caigo al suelo del susto.

- Ah...- suspiro sin alma.

Al posicionarnos en el centro del pasillo el tiburón nada hacia nosotros a gran velocidad, si no nos movemos rápido nos devorará a nosotros antes que a Lisa.

Cuidado!- grita Barry abalanzándose sobre mí. El tiburón ha estado a punto de cazarnos. Barry, mi héroe...

Ahora el escualo se dirige de lleno a por Jill, que está siendo acosada por Trevor al mismo tiempo. Usando un movimiento muy ágil que parece sacado de una escuela de Parkour, Valentine esquiva el ataque frontal de Trevor y con la inercia del peso de su cuerpo la empuja fuera del pasillo precipitándola a la zona del tanque acuático, donde inmediatamente es devorada por el tiburón. Primero el animal clava sus dientes en la cintura de la muchacha, partiéndola por la mitad, para seguidamente volver a por la parte de arriba y tragársela de un único mordisco.

- Tenemos que salir de aquí- balbucea Burton, mientras los tres corremos hasta la siguiente sala, esta vez se trata de un pasillo con unas luces extrañas.

Los tres caminamos a paso apurado para cruzarlo pero las puertas se cierran de golpe por algún motivo. Las luces parpadeantes se convierten en unos lásers muy nítidos de color rojo.

- ¡AL SUELO! - Grita Valentine.

El láser se mueve a gran velocidad y en línea recta. Jill se agarra como puede del techo y sube las piernas, Barry se lanza de lleno al suelo estirando las piernas también. Los pantalones que lleva le hacen el culo prieto y eso me pone a mil. Me quedo hipnotizada por unas décimas con ese culo respingón que tan buenos momentos me ha dado en el pasado y justo entonces el láser pasa por la altura de mi cuello.

Mi cabeza se desprende ante los gritos de angustia de mis compañeros. Parece que el láser se dispone a volver así que tanto él como ella se preparan para esquivar un nuevo ataque. Me pregunto si Barry seguirá queriendo follarse mi cuerpo aún estando decapitado. Barry Burton ¿Por qué coño no seguimos acostándonos?

Mis ojos se cierran.

FIN.

¡El siguiente capítulo será el final de la historia!


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Re: Resident Evil: La verdadera historia.

Mensaje por Mataformigues » 21 May 2016 15:47

Oculto:
Pfffffff... Para poder soportar un capítulo tan irreverente he tenido que pensar que no es más que la crónica de una pobre persona enferma. xDDD En algunas partes me ha hecho pasar verdadero asco, así que supongo que enhorabuena. xD

Me ha gustado mucho la parte del final. Parece que te empeñas en no dejar nada sin ultrajar; en esa ocasión mezclando el videojuego con la película de Anderson. xD
Te está quedando una historia que es la leche. Espero ansioso el final, a ver con qué nos sales.
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Re: Resident Evil: La verdadera historia.

Mensaje por Spartacus » 22 May 2016 01:38

- ¿Cómo está? - Me pregunta 23 cm mientras Richard muere en mis manos. Le miro casi con lágrimas en los ojos y apoyo la cabeza de nuestro difunto compañero en el suelo, espero que descanse en paz.

Casi muero =D> =D> que manera de reírme! Maldita Jill, parece que es la Wesker versión mujer! Ojalá muera pronto! ¿qué pasará con Brad? ¿Salvará a Barry y a la Rebecca? Dios, amo a Rebecca :lol: :lol:



Adelantarlo hasta el 1:34 e imaginar que la que lanza la bazooka siendo Barry 8)
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Re: Resident Evil: La verdadera historia.

Mensaje por Cursed » 22 May 2016 13:02

:shock: ¿De dónde sale ese video Chevalier? Está muy fino!!! ¿Es una promo o algo?

Mataformigues me alegro que te llevarás esa impresión, quería hacer algo con un tono más desenfadado, si da un poquito de asquete me parece fenomenal jajaja


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Re: Resident Evil: La verdadera historia.

Mensaje por Cursed » 24 May 2016 22:56

Capítulo 4: Jill Valentine.

Oculto:
Mi nombre es Jill Valentine. Actualmente trabajo para la unidad de élite S.T.A.R.S dentro del departamento de policía de Raccoon City. Mi especialidad son las bombas y los utensilios. Me gustaría explicaros todo lo que me ha pasado hasta ahora pero en este momento estoy agobiada pensando en cómo sobrevivir a un pasillo lleno de láser homicidas. Como lo oís.

Rebecca Chambers, la última superviviente del equipo Bravo, acaba de ser decapitada por el láser, así que sólo quedamos mi compañero Barry y yo. La luz vuelve a concentrarse, dirigiéndose hacia nosotros. Esta vez cambia de forma a cuatro lineas horizontales. Los dos saltamos a distintas alturas introduciéndonos por las aberturas que dejan, es un milagro que sigamos con vida. Corremos hasta la puerta pero no hay forma de abrirla, así que se me ocurre colarme por el techo, debemos darnos prisa o los láser acabarán con nosotros. De un salto consigo acceder al túnel de ventilación, Barry me sigue de cerca, el láser está a punto de cogerle pero finalmente logra subir. Por los pelos.

Seguimos en línea recta y llegamos al siguiente recinto, una sala de descanso por la que deambula un zombie. Al detectarnos comienza a caminar lentamente hacia nosotros, sus gruñidos son algo más fuertes de lo normal. Sin tiempo que perder apunto a la cabeza y le vuelo los sesos a unos cinco metros de distancia. La sangre de su cráneo sale disparada contra la pared trasera como si fuese un jodido cuadro de Andy Warhol.


- Creo que ya va siendo hora de las explicaciones Jill- Me comenta Barry con tono firme y agarrándome del brazo. Debe tener miedo de que me escape. - Todos han muerto aquí- concluye.

- Lo sé, no era cómo debía ocurrir.

- ¿Se puede saber qué coño quieres decir con eso?

- Estas instalaciones pertenecen a la corporación Umbrella.

- ¿Umbrella?

- La misión era sencilla, teníamos que llegar y acabar con las principales armas biológicas. Yo debía encargarme de valorar las habilidades de combate del equipo, pero en ningún momento podía revelar la verdad.


Barry me observa en shock, diría que le va a dar un ataque de pánico. Será mejor que acabe cuanto antes.


- No tenía ni idea de que estos monstruos estarían campando a sus anchas, pensaba que sería tan fácil como llegar al laboratorio y disparar a unas jaulas. - Supongo que fui incrédula, pero ¿En qué momento dejas libres a estos seres del infierno?

- Todo el equipo Jill... ¿Por qué? - Me pregunta francamente dolido. Siento que voy a llorar, Barry ¡Maldita sea!

- Tienen a mi hermana ¿Vale? No podía delatar este experimento

- ¿A tu hermana?

- Si, trabajaba en el departamento de seguridad de Umbrella, pero al descubrir los experimentos que realizaban contactó con una serie de activistas para obtener muestras del virus y exponer a la compañía. Ella... acudió a mí... Pero no la creí. - ¡Ya está! Ahora si que se me cae la lágrima. Estarás contento barbudo cabrón.

- Así que intentó robar una muestra por su cuenta con otro contacto - Continúo relatándole a Barry - Pero la cogieron. Y ahora la tienen de rehén.

- ¿Dónde está retenida?

- Aquí no, desde luego. No tengo ni idea de por qué estos monstruos están sueltos. Lo único que sé es que la única forma de que Umbrella libere a Alice es acabando con la vida de los B.O.W

- ¿B.O.W?

- Biolog...

Un ligero temblor sacude la tierra. Parece una explosión proveniente de pisos superiores. Barry me agarra protector... Parece que no me odia después de todo. Saco un Walkie de mi cinturón y se lo entrego.

- Toma

- ¿Y esto?

- Con él podrás contactar con Brad. Si sigues por esa puerta hay un montacargas que lleva a uno de los tejados de la mansión. Donde el helipuerto.

- ¿Y tú qué harás?

- Recogeré a Wesker y nos reuniremos con vosotros... Aunque antes tengo que encargarme de un último asunto.

Barry me mira serio como un juez... O un verdugo.

- Confía en mí - Le suplico - Estaremos arriba antes de que te des cuenta. Pero necesito que contactes con Brad cuanto antes.

Burton asiente y seguidamente desaparece a paso rápido de la habitación. Barry... Espero que puedas perdonarme.


Vuelta a la acción. Me cuelo por el túnel de ventilación que me lleva a la estancia inicial, donde las salas de investigación. Al llegar descubro que Wesker ya está despierto y algo aturdido. Me pararía a darle explicaciones pero no hay tiempo que perder... Los de Umbrella me dijeron que había un tiempo límite antes de que volasen la mansión por los aires. Esa explosión que oímos Barry y yo antes era un aviso. Nos queda media hora... Que ahora son veinte minutos.

Le hablo con tono coloquial apurado, pidiéndole que me siga. Juntos llegamos a la sala del experimento principal: El Tyrant. Un monstruo de gran tamaño con una garra superdesarrollada y con el corazón al descubierto. Wesker me pide más explicaciones pero sigue sin ser el momento, cuanto antes acabemos con el Tyrant antes podremos largarnos de este infierno. Disparo al tubo de cristal donde se encuentra la abominación y su cuerpo se desploma sobre el suelo, para rápidamente volver en sí y ocupar posición de ataque. Desde luego es un arma de matar.

Wesker ni lo ve venir. El Tyrant le empala y luego lo parte en vertical. Este hijo de puta es demasiado potente hasta para mí. Descargo mis balas en él pero no consigo hacerle nada, así que huyo. Corro como si el suelo se estuviese desplomando. El Tyrant me persigue con ansia. Cruzo por la sala del tanque de agua pero no hay manera de alejarme de él. Esta vez el tiburón no nos ataca... Imagino que se habrá jodido el estómago con la puta Lisa Trevor.

Accedo a la sala de los láser, esta vez apagada, y continúo por la pequeña salita de espera hasta el montacargas por el que -intuyo- subió Barry anteriormente. El Tyrant se planta en frente mía, no ha habido manera de sacármelo de encima. Saco una granada y la lanzo entre sus piernas. El monstruo retrocede demostrando conocimiento de armamento, pero la onda expansiva nos afecta a ambos al encontrarnos en una plataforma reducida de unos diez metros.

Cuando recupero el sentido el montacargas llega al helipuerto. Abro la verja y salgo al exterior. Está amaneciendo y Brad se aproxima con el helicóptero. Barry me ve desde el centro.

- ¡Jill!

El Tyrant me sigue muy de cerca y ya no me quedan balas ¿Es este el fin?

- ¡Al suelo muchachos! - Nos grita Brad desde el altavoz del helicóptero. Barry y yo obedecemos al instante.

Muy hábilmente Brad coloca el helicoptero en posición horizontal, con la hélice en un extremo, luego lo baja a nuestra altura y en cuanto el Tyrant lo confronta las hélices le descuartizan en diez mil millones de pedazos. No sé cómo coño ha hecho eso pero Brad ha salvado el día. Luego, con la facilidad de un niño jugando con un lego, Brad coloca el helicóptero en su posición original y nos recoge. Les informo de que tenemos que salir de ahí cuanto antes, por lo que emprendemos la marcha.


Al cabo de unos minutos un harrier de combate nos sobrevuela y lanza un pequeño misil a la mansión. La explosión resultante se puede ver a cientos de kilómetros de distancia. No más muertos, no más zombies, no más residentes malignos.


La onda expansiva nos da de lleno. El helicóptero se precipita hacia unos árboles a gran velocidad. Todos gritamos desesperados hasta que Barry me agarra del cinturón y los dos nos lanzamos al vacío.

Desde el aire contemplamos como el vehículo se estrella estrepitosamente explotando por los aires. Brad se ha reducido a cenizas en el acto. Por su lado, Barry se estampa contra la rama de un gran tronco que le empala por el torso y le deja colgando como un trozo de carne muerta en un garfio de carnicería.
En cuanto a mí, me precipito a un río donde hay varias rocas. Caigo de cara contra ellas y mi cabeza revienta junto a varios huesos de mi cuerpo. La sangre sale como si se tratase de una fuente y noto como varias de mis extremidades se separan del resto de mi cuerpo.

¡Hey! ¿Estás bien? - Me pregunta Burton. Me he quedado dormida después de la explosión de la mansión. La onda expansiva no nos afectó realmente, pero supongo que estaba tan agotada que me desmayé y tuve delirios. Brad se encuentra aterrizando el helicóptero en la comisaría de Raccoon City.

- Si...- Respondo- Creo que sí.


FIN.


Epílogo.

Central de Umbrella de Raccoon City. - 25 de Septiembre de 1998.

- Me llamo Alice. Trabajé para la Corporación Umbrella. Un virus se escapó y todo el mundo murió. El problema es que no se quedaron muertos... Me despierto en una camilla de una sala de experimentación. Fui secuestrada por un grupo de la compañía y juraría que han estado haciendo algo conmigo, pero no recuerdo nada. Lentamente me levanto y salgo de la estancia. Los pasillos están vacíos, no hay rastro de vida. Por fin consigo salir del edificio a una de las principales calles de la ciudad, para mi sorpresa todo sigue como lo recordaba: Lleno de zombies...
Espero que os haya gustado.
Ahora ya sabéis lo que ocurrió realmente en las montañas Arklay. DE NADA.



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Re: Resident Evil: La verdadera historia.

Mensaje por Spartacus » 25 May 2016 19:11

La verdad que fue un final diferente, pero está lejos de desagradarme. ¡Me gustó mucho! En serio, ojalá te animes a escribir más finales alternativos, como ahora la continuación "RE 3" estaría muy bien :)
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