Resident Evil: Afterlife love

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Roxanne Rivaille
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Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Roxanne Rivaille » 04 Ene 2012 21:26

Hola!! Aquí os dejo un fanfic con Pheseans(estoy trabajando en la ficha que colgaré en "haz tu propio personaje y compártelo con nosotros"),Albert Wesker y Sherry Birkin como protagonista.
Espero que os guste!!
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Capítulo 1: Mi primer día en el RPD

Miraba por la ventana y veía a la gente caminando, sin rumbo alguno y un tanto desorientados. No saber a dónde ir es algo que últimamente veía con mucha frecuencia. Personas perdidas y sin esperanzas, sin ganas de buscar por dónde ir. ¿Por qué les ocurre esto? ¿Correremos al final todos su misma suerte, o la fortuna nos sonreirá?

Siempre me preguntaba algo al despertar mientras pedía al cielo que me fuera bien y que no me desviase de mi camino. Quisiera ayudar a todos los que se sienten perdidos, pero, ¿cómo?

Por eso quiero ser parte de la policía de Raccon City y ser útil en algo. Eso no quiere decir que antes no hiciese nada para colaborar en la comunidad.

Mañana debía dirigirme hacia el RPD para comenzar una nueva etapa. Mientras tenía que terminar otra… La mudanza. Como odio las mudanzas, con tanto papel de burbujas y figuras. Además, siempre acababa con la espalda echa trizas.

Por hoy, con que colocara el colchón, una mesa y una silla me bastaba. Comería en el RPD o en algún restaurante de por allí. Necesitaría una ayudita, pero no conozco a nadie todavía. Siempre he sido una persona un poco introvertida y tímida, pero eso se va a acabar. Tengo que ser una chica más extrovertida y abierta. La gente siempre piensa que soy extrovertida pero es simple apariencia… Bueno, yo más que introvertida me definiría como una solitaria.

No disfrutaba con la compañía de los demás mucho, para ser sincera. No tengo nada en común con ellos. Me hablan de si veo tal serie… y ni siquiera me llama la atención. Y si no me llevo bien con la gente, en especial con las mujeres menos todavía. Antes tenía un pequeño grupo de amigas, pero enseguida les mandé a tomar viento. No teníamos nada en común, y, además, siempre fueron unas descerebradas. Era un "cerebrito según ellas. Lo dirían con doble sentido.

Comencé a meter ropa en el armario. Me acordé de lo que ellas decían de mi ropa, "eres una gótica total", "pareces una manzana andante" y cómo no, el más ofensivo y uno de los motivos por los que les mandé a la porra: "pareces un prostituta".

Para prostitutas estáis vosotras, pensé. :twisted:

Me di cuenta de que mientras había estado pensando había colocado ya toda la ropa. En mis manos tenía una bolsa de tintorería bastante grande. Ahí estaba mi uniforme de colores grises y negros. Me habían informado de que podías escoger tu propio uniforme, con tal de que llevara la insignia del departamento. Estaba formado por una camiseta de cuello alto sin mangas gris, un pantalón militar negro y una gorra con la insignia de colores grises.

Me gustaban esos colores y nadie me haría cambiar de opinión. Dejé la bolsa encima del colchón y me dirigí hacia una de las cajas donde guardaba mi Samurai Edge. Estaba sin usar. Pronto la tendría en su funda de mi cinturón y sería un miembro oficial de la policía.

Saqué mi móvil y comprobé qué hora era. Las ocho de la tarde. Es más tarde de lo que yo creía.

Tengo que acostarme pronto que sino no hay quien me despierte mañana. Ni mi despertador, que parece un pollo estrangulado.

Esto me recuerda la visita que he hecho con otros cadetes por el RPD hoy. ¿Estará bien el rubiales orgulloso?

--------------------------------------------------------------------------------

-Uff-suspiró desesperado el líder del equipo Alpha.-No voy a terminar jamás a este paso. Chris, ésta me las pagas.

Estaba harto de tanto papeleo. Llevaba así todo el día, entre folios y más folios. Y, para colmo, nadie quería colaborar. Mejor sólo, aunque tarde más que con alguien que le ayude. Me basto conmigo mismo, así puedo hacer lo que quiera sin depender de nadie.

Redfield y Valentine se han escapado por los pelos, sólo por pura suerte. Me entran ganas de en cuanto los vea, pegarles un buen tiro a cada uno. No. Mejor esperar hasta que tenga los informes de combate y ya los eliminaré.

Me rugen las tripas. Es extraño, no suelo tener hambre. Hablar de muerte, hacer tanto papeleo y odiar a la vez causa hambre. Curioso. Tengo que anotarlo.

Me senté en una de las esquinas de la mesa mientras pensaba qué hacer. Entonces, me percaté de cómo una de las filas de documentos se inclinaba cada vez más.

-Oh oh-dije con cara de sorprendido.-¡NO! ¡Mierda! :shock:

Acabé sepultado por todos los documentos, en el suelo de mi oficina. No podía moverme, ni tenía ganas. En ese momento noté como temblaba el parqué del suelo. Sería una de las visitas que hacen una vez a la semana al departamento. Odiaba esas visitas.

-Creo que no pasará nada porque me separe un poco del grupo…-oí decir a una chica. Es raro que quiera separarse del grupo.

-Dios mío. Esto es increíble. Estoy ante la oficina del equipo Alpha de STARS. Un momento…¿qué es eso? :)

Una chica joven, de unos veintitrés años, alta, de pelo castaño y rizado entró a la oficina.

-Pero… Al parecer el papeleo se les ha ido de las manos. :D

-Muy gracioso…-le aclaré desde el debajo del montón de papeles. :evil:

-Veo que el trabajo se le ha caído encima. :D

-Tú sigue así, pero no ayudes… :x

-Oh. Perdón-me ayudó a salir y se me quedó mirando unos instantes. :oops:

-Ya puedes irte. De todos modos no necesitaba tu ayuda. :evil:

-Rubiales orgulloso-me dijo saliendo.

-Entrometida impertinente…

Se marchó y me dejó sólo con mi exilio de papel. Esto es inhumano. ¿Acaso yo lo soy?

--------------------------------------------------------------------------------

¡Por fin martes! Ya estaba impaciente. Al fin empezaré el trabajo. Ya sé que suena raro, pero yo estoy muy contenta.

Me levanté y me puse a ducharme. Me vestí con mi uniforme y desayuné rápido.

Cogí el coche, un Porsche negro, y me dirigí a la oficina. Al menos no iba a llegar tarde.

Mientras que conducía admiraba los altos edificios con sus majestuosas plantas, como enredaderas e incluso hiedras.

En seguida llegué a la oficina. Era más grande de lo que recordaba.

Aparqué en una plaza libre, de las pocas que había, bajé y me puse mis Rayban. Así me parecía a los del CSI, jejej.

Entré en la oficina general: desierta. La verdad, no era como esperaba… Creía que habría un montón de gente con un montón de trabajo. Irónico.

Me hubiera gustado aunque sea ver una secretaria o algo por el estilo que me dijera por dónde ir, pero ni siquiera había eso. Es realmente extraño.

Comenzaré a buscar la dirección que me dieron… Planta dos, puerta veinticinco equipo A. ¿A? Podrían haber especificado un poco más. Me pasee por ella, al no haber nadie no había peligro. Una ventaja, al menos.

Unos diez minutos más tarde, encontré el lugar. Podía oír… ¿ronquidos? ¿Será coña, no? Vale… qué rarito.

Entré en ella.

-¿El rubiales orgulloso?-dije sorprendida por ver al que se quedó sepultado bajo las hojas. :shock:

-¿Eh?-dijeron los allí presentes al unísono. :|

-¿La entrometida impertinente?-me preguntó poniéndose en pie.- ¿Qué haces aquí? :shock:

-Oh pues ver los pájaros…no te jode. Al parecer me han asignado a tu equipo, rubiales. #-o

-Deja de llamarme rubiales, impertinente.

-Pues entonces deja de llamarme tú a mi impertinente.

Enarcó las cejas y se levantó de su escritorio, me miró y me tendió una mano.

-Albert Wesker. Resumiendo el capitán del equipo Alpha de Stars. :lol:

-Oh. Con que tuve el honor de rescatar al que sería mi capitán. Que coincidencia, ¿verdad?

-No entendemos nada…-nos dijeron varios chicos.

-Ah, me olvidaba presentarte a tus compañeros:-me dijo señalando al grupo- Jill Valentine, Chris Redfield, Joseph Frost, Barry Burton y Brad Vickers.

-Encantada…-les saludé, haciendo gestos con una mano.

-¡Hola!-me respondieron muy alegres.

Observé la oficina, muy revuelta, de tamaño mediano, suelo de madera y paredes beige. Había un par de escritorios a los lados de la mesa del rubiales. Uno de ellos sería mío. Tenían ordenadores y varias carpetas. Algo normal en una oficina.

-Oye, ¿por qué no hay nadie?-le pregunté al capitán.

-Pues, acostúmbrate a esto porque siempre es así. A estas horas no suele haber mucha gente circulando.

¿Cómo que me acostumbre? Pero si esto parece la casa del terror.

Siéntate de una vez, que pareces un poste, me dije. Me senté en el escritorio de la derecha y comprobé el estado de mi pequeño escritorio. La silla era bastante cómo, con ruedas y de un color rojo sangre. La mesa era de pino y estaba un poco vetusta. Estaba compuesta por dos cajones pequeños, uno grande y una lámpara encima, aparte de un lapicero y el ordenador junto con los informes.

Entonces me fijé en que él me estaba mirando de reojo mientras tecleaba con el ordenador. En cuanto vio que me había dado cuenta apartó la mirada y se puso colorado. Se agachó y abrió uno de los cajones, sacando de él una pequeña caja de regalo. Me pareció extraño por que no parece ser de esos tipos que van regalando cosas a la gente.

Se levantó y me tendió la caja. Levanté la mirada y enarqué una de las cejas.

-¿Qué es?-pregunté curiosa.

-Ábrelo y verás.

Lo cogí y lo abrí. Era una pequeña pulsera de caucho con una pequeña insignia de Stars y del equipo Alpha colgando.

-Oh, gracias- le dije mientras me la ponía. Me gustaba el detalle.

-No hay de qué. Me la dieron ayer, pero a mi no me gustan estas chorradas de las pulseritas. :wink:

-Ya…

Se volvió a su escritorio y siguió escribiendo. Me di cuenta de que en realidad no había nada escrito. Me levanté, y poniendo las manos a los lados de su mesa detrás de él se lo dije.

-No estás escribiendo nada. No deberías llevar gafas de sol dentro de la habitación, y menos cuando estás usando el ordenador. :roll:

-¿Cómo? Juraría que estaba rellenado el informe. Además, tu todavía llevas as tuyas puestas-me respondió sin darse la vuelta. :oops:

Joder, se me había olvidado quitármelas. Ahora me ocuparé de eso, pero, ¿qué digo para no parecer tonta?

-Es que me gusta llevarlas puestas y punto-le respondí con frialdad.

-Y a mí.

Le sonreí mientras le echaba a un lado y le abría los informes.

-Et voilá.

-Gracias… Eh… ¿Cómo te llamabas?

-No te he dicho mi nombre- le aclaré volviéndome a sentar.

Sacudió la cabeza y sacó media sonrisa. Era una sonrisa muy seductora.

¿Te acabas de dar cuenta de lo que has dicho? Sí…pero tengo que reconocer que lo es.

-Soy Pheseans, pero llámame Phesy.

-Es un bonito nombre.

-Y el tuyo. ¿Es alemán?

-¿Cómo lo has sabido?

Me encogí de hombros mientras le miraba de reojo. No estaba mal, nada mal…
Última edición por Roxanne Rivaille el 11 May 2012 18:39, editado 1 vez en total.
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Anny Wesker
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Anny Wesker » 04 Ene 2012 23:29

Vaya Roxan, te las has ingeniado muy bien para escribir el fic, amo a Wesker STARS, son mis historias favoritas, me gustó mucho todo lo que leí, además me agrada el personaje de Phesy y la historia promete mucho...

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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Alegotica12 » 06 Ene 2012 00:00

Bueno pasate por mi tema rrapido que tengo cosas que hacer -.-, jajajaja mentira es broma pasate cuando quieras que yo soy la creadora, me gusta el personaje que isistes y la historia el único defecto es que wesker como que lo pusistes medio pendejo no te parece y no lo digo por insulto tomalo como critica contructiva, pero el resto esta muy bueno me gusta como lo haces la descipcion y todo, sigue así y si mejorás setas una diosa XD, espero la otra parte

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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Roxanne Rivaille » 07 Ene 2012 01:00

Anny Wesker escribió:Vaya Roxan, te las has ingeniado muy bien para escribir el fic, amo a Wesker STARS, son mis historias favoritas, me gustó mucho todo lo que leí, además me agrada el personaje de Phesy y la historia promete mucho...

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Gracias Anny Wesker :joy: Me alegra que te guste.
soficlenstons19 escribió:Bueno pasate por mi tema rrapido que tengo cosas que hacer -.-, jajajaja mentira es broma pasate cuando quieras que yo soy la creadora, me gusta el personaje que isistes y la historia el único defecto es que wesker como que lo pusistes medio pendejo no te parece y no lo digo por insulto tomalo como critica contructiva, pero el resto esta muy bueno me gusta como lo haces la descipcion y todo, sigue así y si mejorás setas una diosa XD, espero la otra parte

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¿Con medio pendejo te refieres a medio tonto?(Es que no sé exactamente lo que significa pendejo)
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Alegotica12 » 07 Ene 2012 15:53

Disculpa es que no puedo evitarlo soy venezolana y bueno ya debes saber como hablamos, me refería a que lo pones un poquís tonto ^_^u pero deveras me gusta mucho el fic no lo vayas a abandonar plis como otros en este foro
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por ZAPTOON » 07 Ene 2012 17:36

bastante bueno =D> , sigue asi :wink:

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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por hunter_wesker81 » 07 Ene 2012 22:25

esta bueno el fic =D> pero estoy de acuerdo con sofi :| hiciste a Wesker algo torpe xD si pendejo jajaja pero esta bueno espero la siguiente parte y pasate a leer mi fic de la vida de wesker cuando puedas :wink:

salu2 xD
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Roxanne Rivaille » 10 Ene 2012 18:54

Aquí os dejo un nuevo capítulo ambientado en el día de navidad. ¡Espero que os guste!

Capítulo 2: Unas Navidades extrañas

Hoy es nochebuena… 24 de diciembre. La verdad, no me gusta mucho la navidad. Antes, cuando era niña, me encantaba la navidad, ya que la pasaba con toda mi familia. Reía, comía y bailaba. Incluso cantaba, pero ahora no. Ya no tenía a nadie con el que celebrarlo, ni un amigo ni siquiera un novio. Pero, ¿por qué es obligatorio celebrarlo con alguien? ¿Acaso no te lo puedes pasar bien en solitario? La verdad, no entendía estas cosas.

De repente, me vino un recuerdo de mi última y peor navidad en familia:

Era un día frío de invierno, era navidad y todos estaban contentos. Yo tenía en ese momento tenía unos once años, cumplidos a mediados de agosto.

Mi madre, una mujer delgada y elegante de pelo rubio oscuro con ojos verdes esmeralda, estaba preparando la cena. Mientras mi padre, un hombre de negocios, estaba encerrado en su despacho trabajando. Últimamente no hacía más que eso, aunque fuera navidad.

Yo estaba jugando con mis primos en la nieve, recuerdo que yo parecía un esquimal con mi plumón. Me estaban lanzando bolas de nieve, mientras yo construía un iglú. Me enfadé con ellos, pero al final todo quedó en risas y una guerra fría.

Mi madre comenzó a llamarnos a cenar. Entramos y nos sentamos a la mesa, los más pequeños a la izquierda, los jóvenes en el centro y los adultos en la derecha. Mi madre siempre fue una mujer muy organizada y excéntrica con respecto a las fiestas.

Sirvió un pavo (en realidad no estoy muy segura si era un pavo o un pollo, porque se le quemó un poco) relleno de una salsa "secreta", según ella. A todos se nos metía por los ojos, pero yo siempre miraba con cara rara la comida navideña que hacía mi madre. Me dejó traumatizada hasta los once con ésa comida. Yo era muy joven cuando le observé rellenarlo junto con mi tía y mi abuela. Me dio mucho asco y desde entonces no volví a comerlo igual, pero por no hacerle un feo a mi madre me lo comía como si fuera lo más exquisito del mundo entero. Recuerdo también a mi padre que apareció al rato de estar comiendo.

Tenía aspecto cansado, y estaba muy nervioso. Desde luego, algo le pasaba.

-¿Cómo podéis comer tan tranquilos?-nos preguntaba mientras me revolvía el cabello con su mano libre. En la otra llevaba un montón de papeles.

-Es un día especial, papá. Deberías dejar el trabajo al menos para la cena-le pedí con tono tranquilo, mientras mi madre me ponía un muslo del pollo en el plato.

-Por dios, ¿cómo puedes comerte eso?-me decía con cara de asco hacia el negro muslo.

Le indicaba que se agachaba y le decía al oído:

-En realidad lo como por no hacerle el feo a mamá, pero ahora mismo me están entrando ganas de salir corriendo. Con mis regalos, claro-le susurraba con una sonrisa en mi cara.

Él se echó a reír. Siempre le sacaba una sonrisa a mi padre, que siempre mostraba una actitud seria hacia todos.

Yo sabía que era su tesoro, su única y querida hija. Siempre me mimó.

-Yo también hacía lo mismo cuando tu madre y yo nos conocimos. Jamás aprendió a cocinar-hizo una pausa y prosiguió:- ven, quiero enseñarte algo.

Me cogió de la mano y me llevó hasta su despacho. Me mostró un logo de un paraguas blanco y rojo.

-Un… paraguas-enarqué una ceja y me crucé de brazos.-Me suena, pero no sé de que.

-Esto es el motivo por el que tengo tan poco tiempo para ti, princesa.

-Ya. ¿Un paraguas?

-Y en inglés es…

-Umbrella. Ah, claro.

-¿Ves?-me preguntó señalando una caja fuerte.

-Sí.

-Toma-me tendió en la mano un papel con una secuencia numérica.-Cuando esté todo perdido, te encuentres en graves apuros y no haya otra opción, ábrela con esta clave.

-¿Y por qué me la das a mi? ¿No confías en mamá?

-Princesa, tu madre y yo…-suspiró y me acarició una mejilla con suavidad.-Te diré la pura verdad. Todo. Tú… eres…

Mi padre no pudo decir más que esa última palabra antes de que una bala atravesara su pecho. Observé con horror como un charco de sangre se formaba a su alrededor, y yo no podía hacer nada más a parte de correr.

Fui hasta el salón y encontré a toda mi familia muerta. Unos hombres vestidos de negro armados empezaron a ocupar la casa, mientras yo corría al despacho de mi padre de nuevo. Me arrodillé ante él y comencé a llorar mientras intentaba reanimarlo, empapándome en su sangre.

-¡Papá! ¡No te vayas!-grité entre sollozos.- ¡Sin ti no puedo continuar!

Los soldados comenzaron a entrar al despacho y me apuntaron con sus armas. Yo no les hice caso y seguí con mis llantos desesperados. Se miraron entre sí e hicieron señas de que bajaran las armas. Uno de ellos se acercó a mí y me puso la mano en mi hombro.

-¿Por qué, por qué hacéis esto?-les pregunté histérica.

-Por que nos perteneces-me contestó con voz serena.

-Yo no soy vuestro producto, Reynald.

El hombre se sorprendió por el hecho de que le reconociera, ya que llevaban puestos unos cascos. Él era amigo de mi padre desde hace tiempo y siempre venía de visita en mis cumpleaños. Pero en realidad sólo venía a hacerme una revisión médica, que acaba en pinchazos. Según él, yo tenía una enfermedad que intentaba curar. Pero sólo hacía que me sintiera peor. Mareos, vómitos, cambio de color en los ojos… Extraños síntomas. Le dejó un maletín con más jeringuillas que ordenó que me inyectaran una vez a la semana. Pero mi padre desobedeció las órdenes y me dijo que no se lo contara a nadie.

-No te has estado poniendo las inyecciones, ¿no?-me preguntó intentando acusarme.

-No. ¿Qué más da? No me hacía ningún bien.

Me dio la vuelta con brusquedad y me puso frente a él. No parecía contento en absoluto.

-¿No te das cuenta de lo importante que era que te inyectases esto?-me preguntó cogiendo una de las inyecciones.

-Es un simple plástico con una simple aguja. No tiene nada especial a parte de su valor en el mercado, ¿me equivoco Reynald?

-Eres una niña muy inteligente, he de reconocerlo querida. Tu padre te crió bien.

-Mi coeficiente no tiene nada que ver con la manera en la que me crió Nathan.

-Ya. ¿Y cómo lo sabes?

-Porque no soy estúpida, sé que esto es por culpa de ese estúpido virus que recorre mis venas.

-De acuerdo. Lo siento, querida.

Cogió la jeringa y me la clavó en el cuello sin compasión alguna. Sentí como el líquido comenzaba a fluir dentro de mí. Empecé a toser sangre. No era algo muy normal, así que pensé en qué podría ser aquello que me habían inyectado.

Lo último que recuerdo de ese momento es que mis ojos cambiaron de forma.

La forma infernal de un paraguas rojo y blanco.

Las lágrimas comenzaron a fluir por mi rostro. Todo el rimel acabó corrido, haciendo que pareciera que me habían dado unas pinceladas negras en la cara. Esos eran mis únicos recuerdos, pero era lo único que tenía sobre mi pasado. Jamás me empeñé en rebuscar más cosas sobre ello. Saqué un pañuelo de mi bolsillo y me limpié los churretes que tenía por toda la cara.

Menos mal que ahora mismo el resto del equipo estaba almorzando, mientras yo hacía el papeleo. El rubiales me había encomendado esta "misión". Estaba haciendo el trabajo que el no quería realizar. Pero, mientras que yo me librara del compromiso de comer con ellos, estupendo. Me sentía útil y cómoda así que por ahora no tenía intenciones de poner queja alguna.

Estaba manchando de rimel una de las hojas. Espero que Wesker no se fije en ello. Pero no parece un tipo de los que hace la vista gorda ante esas cosas.

Apoyé mi cabeza sobre uno de mis brazos, mientras el otro descansaba sobre los documentos. Un descansito de unos minutos no me iba a hacer daño, lo necesitaba con urgencia. Ese maldito recuerdo me había crispado los nervios.

--------------------------------------------------------------------------------

Media hora más tarde…

Sentí unos golpecitos en el brazo. Era de una mano enguantada, sin duda alguna. Me movía el brazo con suavidad, en un intento desesperado de despertarme.

Y como no lo conseguía, hizo algo que me pilló por sorpresa. Con mucho sigilo, cogió una revista que pilló a mano y la enrolló. Me dio un golpe en la cabeza con la revista, haciendo que me levantara sobresaltada.
-¿Pero qué…?

-Te has dormido-me susurró una voz masculina.

-Tú si que sabes como despertar a una chica, ¿eh?

Soltó una risita un poco extraña, pero al menos mostró una reacción. Me estiré en la silla de mi escritorio. Me quité la pereza con rapidez y busqué con la mirada a mi "despertador".
Wesker... Me imaginé en el primer momento que le vi que era una persona no muy agradable, pero que se pusiera a dar revistazos...

-Parecías la bella durmiente, si te digo la verdad-me dijo con tono suave, como si no hubiera ocurrido nada.

-Y tú se supone que eres el príncipe que me despierta de mi sueño eterno, ¿no?-le contesté con sarcasmo.

-Tienes los ojos hinchados y el maquillaje corrido. ¿Has… estado llorando?

-Creo que es algo que a ti no te incumbe, Capitán-le espeté con voz somnolienta.

-Opino que el príncipe se merece su respuesta, ¿no? Además de que has manchado uno de los documentos con tu rimel.

-Ya. Me he dado cuenta-con tono frío, le dije que fue una simple pesadilla.-Además, me has dado un golpe en la cabeza con una revista...¿Pero en qué demonios estabas pensando?

-No me hacís caso. Pheseans, no te duermas en el trabajo, ¿de acuerdo?-me ordenó saliendo.

Al instante, entró el equipo. Lo noté porque estaban riéndose a carcajadas desde antes de llegar a la puerta. Eran un equipo feliz.

Siempre amigos, de risas, de bromas… Le daba repelús de sólo pensarlo.

-Sí, ¿y te acuerdas de aquella navidad en la que el capitán se bebió un par de copas de más y se puso casi en pelotas mientras cantaba una canción de Michael Jackson?-dijo Chris entre risas.

-¡Sí! Fue todo un espectáculo. No sabía que estaba tan cachas, la verdad-le respondió Jill.

-… ¿Acabo de oír lo que acabo de oír, Jill?-le preguntó Chris cabreado.

-¿Celoso, Redfield?-dijeron Joseph y Barry.

Siguieron riéndose hasta que entraron la oficina. Yo seguía rellenando documentos con cara de pocos amigos, pero no creo que se dieran cuenta de que había estado llorando.

Jill se acercó a mi mesa, y apoyándose en ella me dijo:

-Oye, Pheseans, esta noche se celebra una cena de navidad y nos gustaría que vinieras. Si no hay inconveniente, claro.

-Oh. ¿De verdad queréis que vaya?

-Sí. Es una buena oportunidad de conocer gente.

-Pues, de acuerdo, iré…

-Nos vemos en el hotel Raccon Hotel a las siete en punto. ¡Ponte guapa!-me dijo Jill alegremente.

¿Una cena navideña? Yo que no quería ni tenía a nadie con quien celebrar la navidad, van y me invitan a una. Bueno, tal vez no es tan malo como yo pienso. Es sólo una simple cena de trabajo y punto. Si vas, tendrás una buena oportunidad para hacer amigos.

Pero para mi la navidad ya es totalmente negra y mala. Para mi no hay regalos ni risas de júbilo. Ya no es lo mismo de antes.

Todos se volvieron a sentar en sus escritorios y comenzaron a trabajar. Algo realmente extraño en ellos, para ser sincera. No solían ser muy centrados con respecto a esto.

Me quedaban todavía un par de documentos más, pero al menos ya casi había terminado. No sabía que el ser policía conllevara tanto papeleo.

Y como el capitán no es tonto, me lo encomienda a mí… Ésta me las pagas, rubiales.

¿Será cierto eso que han dicho sobre él? No me lo termino de imaginar cantando y medio desnudo… Pero me gustaría verlo, para ser franca.

¡Terminé! Ahora tengo que llevárselos a su despacho. No sabía hasta hace unas horas que también tenía un despacho a parte en el que solía estar, pero bueno, es hora de llevárselo.

Salí de la oficina del equipo y crucé unos pasillos hasta llegar al ala oeste de la comisaría. No pude evitar mirar la fuente, que era preciosa. Siempre sentí curiosidad por saber qué pintaba allí una fuente. Simple decoración.

Pasé por delante de la oficina del equipo Bravo. Un poco más al fondo, estaba la oficina de Wesker. Todo estaba en un silencio absoluto, que incluso daba miedo.

Toqué la puerta con los nudillos durante unos cinco minutos, sin haber respuesta alguna.

Tal vez le había pegado el sueño y estaba echando una cabezada. Es normal, con el equipo que tiene y todo lo que hay que hacer se cansa.

Entré con cuidado en su despacho. Era oscuro y frío. Igual que él.

Le dejé los documentos en la mesa, observando su rostro dormido. Era angelical…

Estaba usando el ordenador y llevaba puestos unos auriculares, pero estaba más frito que una patata.

¿Le dejo dormir o le despierto? Mmm… No sé.

Bueno lo dejo así. Me da cosa levantarle. Entonces me fijé en que había una nota adhesiva en el tablón de corcho que tenía justo detrás. En ella ponía:

"¡Reunión de los dos equipos de STARS el día de navidad a las cinco en punto!"

Y hoy es navidad…. Y son las cinco menos cinco.

-¡Capitán, despierte!-le grité mientras le cogía por el cuello de la camisa y lo vapuleaba.

-¡NO!-dijo despertándose de una pesadilla, al parecer.

-¿Eh? ¿Cómo que no?

-Oh, Pheseans…-se tranquilizó y prosiguió:-¿Qué quieres?

-A parte de que he terminado con los documentos, tiene una reunión con los equipos hoy dentro de cuatro minutos.

-¡Oh mierda!-exclamó dando un salto de la silla.

Le miré de arriba abajo y vi que tenía el pelo revuelto, los pantalones y la camisa desabrochada, las gafas desaparecidas de su rostro y con cara de sueño.

La verdad, en ese momento le encontré sexy. Por mi le hubiera dejado así…

-A ver… ¿Pero tú que has estado haciendo?-le pregunté poniendo los brazos en jarras.

Intentó subirse la cremallera de los pantalones, pero no lo conseguía por mucho que lo intentaba.

-Déjame ayudarte.

-No necesito ayuda-me dijo mientras seguía intentándolo en vano.

Hice caso omiso de lo que me había dicho y me agaché delante de él para conseguir abrocharselos mientras forcejeaba por escabullirse de mí.

-Estate quieto, ¿o quieres ir así a la reunión?

En ese momento se asomó a la puerta Rebecca Chambers, del equipo Bravo. Un poco más y le da un patatús.

-Señor le esta-se paró un momento y nos miró. Malinterpretó la escena y salió corriendo, mientras decía:-¡Lo siento!

Me volví a incorporar y nos miramos con cara de "menuda metida de pata". Él se dio varios cabezazos contra la pared, mientras decía blasfemias por lo bajo.

-Perfecto, ahora pensarán que tú y yo estábamos…

-¿Y mis gafas?-me preguntó rebuscando por su escritorio, cambiando de conversación.

Comencé a buscar por la habitación poniéndolo todo patas arriba, intentando olvidar lo sucedido. Encontré las gafas tiradas por el suelo, cerca de una estantería llena de fotos y trofeos.

Había un marco de plata en el que estaban posando él y una niña pequeña rubia. En otra estaban él con el resto del equipo. Era la foto vieja, porque no salía yo. Había una más en la que estaba abrazado a un hombre rubio, con aspecto demacrado. ¿Sería familia suya?

Me fui hasta él, y antes de darle las gafas observé atónita sus ojos. Eran de un color azul cristalino, un color un tanto inusual. Me recordaba a los ojos de mi padre.

-Son… preciosos, Wesker-le adulé.

-Los tuyos ampoco están mal-me dijo arrancándome las gafas de las manos.

-Sí… Pero es una pena tapar esos ojos tan bonitos. Me recuerdan a los de mi padre…-le dije colocándoselas.

-¿En qué trabaja?-me preguntó ajustándoselas a su gusto.

-Era un empresario y un científico magnífico… Pero lo asesinaron cuando tenía yo apenas once años. Al igual que a mi familia…-comencé a sentirme mal. La melancolía no me hacía bien alguno. Un par de lágrimas brotaron de mis ojos. Otra vez no…

Observó atónito la escena sin saber cómo hacer que parara.

-No era mi intención que...

-No pasa nada… Yo ya estaba melancólica de antes.

-¿Por eso habías manchado los documentos antes de rimel, no?

-Sí. Pero no te preocupes, necesitaba desahogarme un poco. Creo que ya estás listo.

Cuando estaba a punto de salir, me cogió la mano y me dijo:

-Quiero que sepas… que si encesitas algo, aquí me tienes.

Le susurré un gracias mientras me soltaba.

Cada vez que estaba junto a él, mi estómago se llenaba de mariposas y yo me quedaba atontada.

Oh, venga Phesy, ¿te estás enamorando de él? Sí, ¿y qué? Que es tu jefe, y el trabajo y el amor no combinan nada bien. Además, ¿cómo sabes que no está casado o que no tiene novia?

En eso no había caído, la verdad. ¿Y si me estaba creando falsas esperanzas? ¿Y si cada día al volver de casa había una mujer y un hijo/a esperándole con los brazos abiertos? O incluso una novia flamante que está feliz con él.

Tengo que dejar de comerme la cabeza con estas estupideces, volver a ser yo.

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Tardé unos minutos en llegar a la sala de reuniones. Entré y vi al equipo Bravo hablando con el quipo Alfa, mientras Brian Irons se acercaba a mí. No me gustaba para nada ese tipo, que más que mirarme a la cara a la hora de hablar me miraba el culo. Era un viejo pervertido, y un día de estos se me iba a ir la mano y la lengua y se iba a enterar quien soy yo.

-Hola-me saludó secamente.

-Emm, adiós. Jejej, tengo que hablar con los de mi equipo.

Mientras yo intentaba evadirme de Irons, Wesker miraba la escena con diversión.

-¿Te he contado alguna vez que participé en una persecución?-me dijo, con ganas de empezar una historieta.-Corrían los tiempos del ochenta y dos y…

-¡Wesker! ¡Qué bien que hayas llegado!-anuncié intentando escapar del pervertido. Me enganché del brazo de Wesker y lo llevé hasta el centro de la sala.

-¿Qué, escapando de las batallitas de Brian?-me susurró al oído.

-Sí. Además de que odio de que mientras que habla me mire el culo o los pechos.

-Es un viejo pervertido, desde luego. Pero como comprenderás, eres irresistible-me dijo separándose de mi, comenzando la reunión.

¿Me acaba de decir que estoy buena? ¿O acaso yo estoy volviéndome loca de remate?

Empezó a hablar sobre los incidentes que estaban sucediendo últimamente por los alrededores de los bosques de Raccon City.

Enseñó unas fotografías que sensibilizarían a todo ser humano, pero yo ya había visto cosas peores que eso.

Casos de canibalismo y ataques brutales habían sucedido en los últimos meses. Pero, si esto comenzó hace tiempo, ¿por qué nos envían cuatro meses después? ¿Pensaron que podrían solucionarlo ellos solos?

A continuación Chris y Forest repartieron unas portadas de periódicos que decían así:

"Latham Weekly, 2 de junio, 1998

EXTRAÑOS ASESINATOS EN RACCOON CITY

RACCOON CITY — Ayer, a última hora del día, en un solar

abandonado que se encontraba no demasiado alejado de su casa, fue

descubierto el cuerpo mutilado de Anna Mitaki, de cuarenta y dos años,

al noroeste de Raccoon City. Es la cuarta víctima de los supuestos

«asesinos caníbales» que se ha encontrado en el distrito de Victory Lake

o cerca de éste en lo que va de mes. El cuerpo de Mitaki mostraba

signos de haber sido mordido, al igual que los demás cadáveres

encontrados hasta la fecha, según informes del forense. Al parecer, los

mordiscos fueron producidos por mandíbulas humanas. Irons, el jefe de

policía, proporcionó una breve nota de prensa poco después de que una

pareja de corredores encontrase el cadáver de Mitaki hacia las nueve de

la noche de ayer. Irons insistió en que el departamento de policía de

Raccoon City «está trabajando denodadamente para capturar a los

culpables de unos crímenes tan horribles», y que ya estaba consultando

con las autoridades sobre la posibilidad de tomar medidas aún más

extremas de protección para los ciudadanos de Raccoon City. Además

de las muertes causadas por estos asesinos caníbales, otras tres

personas han muerto en el bosque de Raccoon en las últimas semanas,

aunque debido a ataques de animales, lo que eleva el total de víctimas

de muertes misteriosas a siete...

Raccoon Times, 22 de junio, 1998

¡HORROR EN RACCOON! APARECEN MÁS VÍCTIMAS

RACCOON CITY — Los cuerpos de dos jóvenes fueron encontrados a

primera hora de la mañana en Victory Park. Deanne Rusch y Christopher

Smith son la octava y la novena víctimas de la ola de violencia que tiene

aterrorizada a la ciudad desde mediados de mayo de este año. Los

padres de ambas víctimas, de 19 años de edad, avisaron de su

desaparición la noche del sábado, y los cuerpos fueron descubiertos por

los agentes de policía en la orilla oeste del lago Victory

aproximadamente hacia las dos de la madrugada del domingo. Aunque

el departamento de policía todavía no ha hecho ninguna declaración

oficial, los testigos del descubrimiento de los cuerpos afirman que los

cadáveres de ambos jóvenes mostraban heridas muy similares a las descubiertas en las víctimas anteriores. Todavía no se ha confirmado si

los atacantes eran animales o seres humanos. Según amigos de la

pareja de jóvenes, ambos habían estado hablando sobre la posibilidad

de «rastrear» los supuestos perros salvajes que recientemente se habían

divisado en el bosque del parque, y habían planeado violar el toque de

queda impuesto en la ciudad para poder ver una de las criaturas

nocturnas. El alcalde Harris dará una rueda de prensa esta tarde, y se

espera que anuncie alguna novedad sobre esta ola de asesinatos, como,

por ejemplo, un cumplimiento más estricto del toque de queda...

Cityside, 21 de julio, 1998

STARS, LA ESCUADRA DE TÁCTICAS ESPECIALES Y RESCATES,

LLEGA A RACCOON CITY PARA SALVARLA

RACCOON CITY — Finalmente, tras la desaparición de tres

excursionistas en el bosque de Raccoon a principios de esta semana, los

miembros del consejo municipal han decretado el bloqueo de la

carretera rural número 6, en las laderas de los montes Arklay. El jefe de

policía, Brian Irons, anunció ayer que los STARS participarán en las

tareas de búsqueda de los excursionistas y que trabajarán de forma

conjunta con el departamento de policía de Raccoon hasta que se ponga

fin a la oleada de crímenes y desapariciones que está azotando a

nuestra comunidad. El jefe Irons, un antiguo miembro de los equipos

STARS, declaró hoy (en una entrevista telefónica en exclusiva para

Cityside) que «ha llegado el momento de utilizar las habilidades de estos

hombres y mujeres en la seguridad de nuestra ciudad. Ya hemos sufrido

nueve asesinatos brutales en menos de dos meses, y cinco

desapariciones conocidas hasta la fecha, y todos estos hechos han

ocurrido muy cerca del bosque de Raccoon. Esto nos lleva a creer que es

bastante probable que los autores de estos crímenes se oculten en

algún lugar próximo al distrito de Victory Lake. Los miembros de los

STARS tienen la experiencia necesaria para encontrarlos». Cuando le

preguntamos al jefe Irons el motivo de la tardanza de la inclusión del

equipo de los STARS en la investigación respondió que dicho equipo

había estado asesorando a la policía desde el comienzo de la oleada de

asesinatos y que sería un «refuerzo bienvenido» al equipo de

investigación ahora que se dedicaría a tiempo completo.

La STARS, organización de carácter privado fundada en Nueva York

en 1967 por un grupo de antiguos oficiales del ejército y miembros

retirados de la CIA y el FBI, se creó originariamente como una medida

directa contra organizaciones terroristas de carácter religioso. Bajo la

dirección de Marco Palmieri, un ex jefe de la Agencia Nacional de

Seguridad y Defensa (NSDA), el grupo creció rápidamente para incluir

entre sus actividades y servicios desde la negociación y rescate de

secuestrados hasta la infiltración informática, pasando por el control de desórdenes públicos. Cada una de las ramas de los STARS trabaja de

forma coordinada con los departamentos de policía locales, y está

preparada para actuar como un equipo autónomo e independiente. El

equipo de los STARS de Raccoon City se formó en 1972 gracias a los

esfuerzos monetarios de numerosos hombres de negocios locales, y hoy

en día se encuentra bajo el mando del capitán Wesker, que fue

ascendido hace seis meses..."

Los leí todos con atención, intentando ponerme un poco al día. Terminé en cuestión de unos cinco minutos.

Wesker sacó un mapa y colocó en él unos alfileres, haciendo un cuadrante en cuyo centro se encontraba una mansión abandonada hace tiempo, marcando los lugares donde sucedieron los asesinatos. Todos muy cerca de la finca, desde mi punto de vista.

Preguntó si había alguna duda y si habían sacado alguna conclusión. Yo tenía una, pero, no estaba muy segura de si contarla.

-¿Nadie? ¿No?-preguntó Wesker mirándome de reojo. Tosió un poco, como preguntándome si había algo interesante.

-Anda, déjame a mí-me levanté y le quité el puntero y el rotulador con el que no había llegado a escribir.-Opino que, es demasiada coincidencia el que todos los asesinatos hayan sucedido alrededor de la finca… eh, esto…

-La finca de Spencer-me ayudó Barry.

-Gracias, Barry. Bueno, que creo que la finca tiene algo que ver en esto. Tal vez, allí hay algún ocupa/caníbal/loco, o, mi conclusión favorita: eso no está desocupado del todo. Quién sabe, alomejor todavía hay personas trabajando allí en un productos farmacéuticos, y uno de los conejos en los que probaron una barra de labios anti-envejecimiento se ha escapado-bromee, provocando sonoras carcajadas entre los allí presentes. Vi como Wesker enarcaba una ceja, y noté como se aguantaba la risa. Salió de allí con la excusa de que tenía que ir al baño.

Le seguí hasta fuera de la sala, y vi como se quitaba las gafas y decía entre unas pequeñas risas: "si tú supieras, corazón".

-Veo que te hago gracia, Wesker.

-¿Desde hace cuánto estás ahí?

-Lo suficiente como para saber que tú también tienes músculos en la cara.

-Qué bromista.

-Tranquilo, que no pienso contárselo a nadie-le dije intentando tranquilizarle.

-Espero que lo hagas, por tu bien-me respondió con tono amenazador.

-¿Qué me harás teñirme el pelo de rubio?-le pregunté con tono bromista.

-A parte de eso, te castigaré duramente.

-Estoy deseando verlo-le dije con tono seductor mientras volvía a entrar a la sala.

-Eres caso único, cariño.

Ya dentro, todos estaban esperando a que volviéramos a entrar. Me volví a sentar en mi silla mientras Wesker decía algunas cosas más sobre el caso.

Cuando todos salimos, yo eché a correr por la oficina mientras decía:

-¡El capitán se ha estado riendo! ¡Tiene músculos en la cara!

-¡Te voy a matar Philips!-dijo él echando a correr detrás de mí.

Me estuve persiguiendo por toda la comisaría, y en un callejón sin salida, sólo me quedaba una opción: saltar abajo. Y desde mi punto de vista, había bastante distancia. Me subí a la barandilla y salté de cabeza a la fuente, mientras Wesker vociferaba mi nombre y me decía que puñetas hacía. Acabé empapada y con todo transparentado, y con todo me refiero al sujetador deportivo de licra que… se marcaba demasiado. Al minuto apareció Wesker con Rebecca, para ver si me había hecho algo. Pero en ve de ayudarme, se metió en el agua y se puso a hacerme cosquillas. Y yo, que soy la persona con más cosquillas del mundo, estaba empapada y con el tío buenorro de la oficina haciéndome cosquillas como castigo.(¿Acabo de decir tío buenorro? Estoy fatal de la sesera)

-Sois más raros que Barry y los sándwiches…-nos dijo Rebecca.

-Te adevertí que no te ibas a escapar.

-Pero por tu culpa me he tirado a una fuente-me defendí saliendo con su ayuda.

-Los del equipo Alpha estáis chalados.

-¿Qué has dicho?-le preguntamos con caras malévolas y tono sombrío.

-¡Nada!-salió corriendo y ni siquiera se molestó en comprobar mi estado.

Cruzamos miradas asesinas y tiramos cada uno por un lado, pero me paré a los tres pasos a mirarle. Todavía llevaba sus gafas de sol puestas, y eso provocó que se estrellara contra una de las columnas de la comisaría. Oí a lo lejos un "Auch, ¡estoy bien!". Desde luego no iba a cambiar.(Aquí reconozco que lo he puesto un poco tonto, pero no podía resistirme a estrellarle contra una columna XD)

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Me fui a los vestuarios para cambiarme, que estaban justo al lado de las pistas de entrenamiento. Había varios chicos entrenando, y al pasar se pusieron a decirme: "¡Guapaaaa!", "Tía buenaaa" y silbidos estúpidos e irritantes. Niñatos. No sé como pueden permitir que gente como esta entre la policía.

-¿Es que no tenéis otra cosa que hacer?-dije sin parar de andar.

Siguieron con lo suyo y yo con lo mío. Estaba cogiendo frío de tener el pelo empapado, y ahora no estaba de humor para pillar resfriados. La cena era dentro de dos horas y ni siquiera había llegado a casa. ¿Por qué mundo cruel?

Llegué a los vestuarios y abrí mi correspondiente taquilla. En ella sólo había la ropa de calle que traía por si acaso y una foto del capitán en el fondo de ella. Estaba apoyado en una de las alas del helicóptero del equipo. Sonreí ante la idea de tenerle en mi taquilla, tan cerca…

Cogí la ropa y me la puse: unos vaqueros negros con una camiseta básica blanca de tirantes. Hacía frío, pero al menos ya no estaría empapada.

Salí a toda prisa de allí con mi bolsa de deporte y las carpetas con el caso de los bosques, yendo hacia mi casa.

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Llegué, aparqué y entré corriendo. Lo primero que hice fue darme un buen baño de burbujas caliente, a la media hora salí más relajada y sin frío. Me sequé el pelo y me lo ricé con unas tenacillas, haciendo unos tirabuzones por todo el pelo.

Me vestí con un vestido corto de color negro de cuero con unos tacones también negros, de raso y con el tacón de pedrería.

Decidí maquillarme, cosa que normalmente no solía hacer porque no salía con mucha frecuencia de marcha.

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Una hora después…

El hotel era muy grande, con salones lujosos y con decorados navideños. Había chicas vestidas de "elfas" por todas partes, con bandejas llenas de aperitivos. También unos cuantos Santa Claus se paseaban por allí regalando unos recordatorios de la cena navideña.

Habría por lo menos unas doscientas personas ocupando uno de los salones, entre ellos el cuerpo de policía, algunos políticos que eran amigos de Irons e incluso modelos que iban de acompañantes de algunos de los políticos.

Todos los años, se organizaba un amigo invisible entre los del RPD, cada uno decidía una persona a la que hacerle un regalo, lo dejaba sobre una mesa destinada a ello con el nombre del destinatario y a medias de la cena un Santa Claus (que era elegido mediante votación el día antes) los repartía. Lo más normal es que no se supiera quién era, pero algunas veces se descuidaba y se descubría su identidad.

En cada mesa se podían sentar por lo menos unas cinco personas, y siempre estaba totalmente organizado de manera de que cada uno tuviera su asiento, pero al final la mayoría se sentaba donde quería.

La sala se comenzaba a llenar conforme la gente iba llegando, que era a un paso agigantado, tomaban asiento y conversaban con el resto.

Pheseans llegó una de las últimas, resultándole bastante difícil encontrar aparcamiento. Odiaba la idea de que alguien condujera su coche, aunque fuera por unos minutos. Era una persona a la que le gustaba marcar territorio y no le agradaba que lo sobrepasaran. Aprendió esa costumbre de pequeña, gracias a su fallecido padre. Siempre lo quiso más que a su madre, que no le hacía mucho caso. El haber siempre puesto unos límites le había permitido sobrevivir mucho tiempo en condiciones extremas.

Nada más entrar por el vestíbulo ya notaba que se fijaban en ella. No le agradaba que le miraran tanto, entre susurros. Siempre pensaba que hablaban mal de ella, siendo al contrario. Sólo quería terminar esto cuanto antes sea posible.

Verse en este tipo de compromisos le agobiaba, y más cuando había tanta gente. Era un poco "claustrofóbica". Más de una vez se había desmayado por encontrarse en una habitación muy pequeña o con demasiada gente.

Fue directa hacia la mesa donde estaban sentados los miembros de su equipo y se dio cuenta de que ya estaba llena. Miró a su alrededor en busca de una mesa libre, fijándose en que había varias personas que no eran ni políticos ni policías.

Científicos de Umbrella. Era la gran empresa farmacéutica había permitido el desarrollo de Raccon City, y también la que le había arruinado la vida. Justamente la única mesa que quedaba libre estaba ocupada, en parte, por científicos. Un hombre, una mujer y una niña pequeña de unos once años. Los tres rubios y de tez pálida.

¿Qué hago? Se preguntaba, sin decidirse entre quedarse de pie o sentarse con ellos.

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Wesker, que iba vestido con un traje negro y una camisa roja y con sus gafas de sol tan características, se sentó con William, Annette y Sherry. La niña le saludó, refiriéndose a él como "tío Wesker". Le estaba cogiendo cariño a la chiquilla, que siempre mostraba un gran respeto e interés hacia él. Hasta de vez en cuando se compinchaban y le hacían trastadas a William. Buscó con la mirada algún indicio de que ella estuviera por aquí. Ella, es decir, Pheseans, se las iba a pagar caro por haber contado que se había reído. Se estaba intentando forjar una identidad de tipo duro, frío y serio para que los del equipo le respetasen. Y si ella lo contaba, le tomarían menos en serio porque verían que es más normalito. ¿Normalito? ¿Acaso, con o sin risas, es un hombre normal y corriente? Mientras que él se hacía estas preguntas, Sherry se quedaba mirando fijamente a la chica que Wesker quería ahogar. Le parecía rara, pero debía reconocerlo: era espectacular. Su "tío" no mentía, desde luego. No le pareció raro que él estuviera colado por ella, aunque le costara decirlo.

Avisó a Wesker con unos golpes en el brazo.

-¿Qué ocurre, Sherry?-le preguntó con voz cansada.

-Tío Wesker, ¿esa no es la chica que te gusta?-dijo la niña en tono burlón. Él se giró en su silla, a ver si la encontraba o si era una broma de Sherry. No, no lo era. Le vio caminando si rumbo por el comedor, buscando sitio donde sentarse. Se quedó fascinado durante unos instantes y se arregló el pelo y el traje.

La niña le miró con cara escéptica, y puso los ojos de nuevo en ella. Le ayudó dándole una pequeña idea:

-¿Qué haces? ¡Invítala a la mesa, tonto!

-¿Yo? ¿Pero por qué?-tartamudeó evitando la mirada asesina de Sherry.

-Pues… ¿Tal vez porque eres tú el que está loco por ella?-le respondió haciendo énfasis en el "tú".

-Yo no estoy loco por ella, para que lo sepas-le dijo con cierto nerviosismo.

-Pues hala, voy yo-se levantó y se dirigió hacia Pheseans, que tenía cara de enfadada.

Al minuto, aparecieron las dos, riéndose y gastándose bromas. Wesker se dio cuenta de que se iban a llevar muy bien… y eso era realmente preocupante. A saber los planes malévolos que organizarían las dos contra él. A lo mejor estaba preocupándose por nada, pero conociendo a Sherry…

-¿Wesker?-dijo ella detrás de él, que se hundía en su asiento.-No te sienta nada mal el traje....

-Me has dejado perplejo-le reveló levantándose. Notó como el corazón se le aceleraba y comenzaba a ponerse más nervioso.-Tú me has dejado sin respiración, te lo digo en serio.

Ella esbozó una sonrisa y le puso una mano sobre el hombro, como un gesto de comprensión. Sherry sonrió complacida por su labor y se volvió a sentar.

William y Annette observaron perplejos como su compañero coqueteaba con la chica y se gastaban bromas. Era algo totalmente insólito en él, desde luego. Jamás vieron a Wesker tan nervioso ante la presencia de una chica, y por eso decidieron que le echarían una mano. Se pusieron en pie y saludaron a Pheseans, con una sonrisa de oreja a oreja. Intentaban ser agradables, aunque les costaba un poco después de pasar tanto tiempo encerrado entre cuatro paredes. Al final no se volvieron locos, para su suerte… ¿o tal vez sí?

Una vez sentados todos, sirvieron un pavo relleno con revuelto de verduras y pusieron un poco de vino en cada copa.

Phesy miró con cara asqueada el pavo, que le devolvía a sus onces años y su última navidad en familia. Sintió unas ganas tremendas de tirar el pavo por la ventana más cercana, pero reprimió sus instintos y se lo comió como si no le pasara nada. Descubrió que Wesker, que estaba sentado a su lado, notó que no le agradaba la situación.

-¿Te…te encuentras bien, querida?-preguntó él preocupado.

-Es sólo que…Me trae muy malos recuerdos-le contestó intentando evitar los azules ojos de su capitán.

-Yo no pienso comerme esto…-anunció Sherry desde el otro lado de la mesa.

-Como no te lo comas te dejamos sin regalos de navidad-amenazó Annette a su hija.

Sherry soltó un bufido desesperado y comenzó a comer con desgana. Si Roxan ponía caras raras, la niña ponía unas todavía peores. Parecía que iba a vomitar en cualquier momento.

-Anne, no le obligues a comerse al pobre pájaro. Si no quiere, pues no quiere-dijo Wesker en un intento de echarle un cable a su pequeña amiga.

-¿Ahora te pones de su parte? ¿Esto qué es, una revolución en contra de los pavos rellenos?-dijo Annette desesperada.

-Cariño, déjala, es navidad…Disfrutemos de este momento- dijo William en un intento de tranquilizar a su esposa.

Ella emitió un gruñido de desacuerdo, mientras continuaba troceando el pavo que había en su plato. Sherry sacó una sonrisa victoriosa, se levantó y se dirigió hacia el asiento continuo al de Roxan, que le dijo un "te comprendo".

Brian Irons, Chris, Jill, Joseph, Barry, Brad y el equipo Bravo discutían quién podría ser el Santa Claus este año, y quién su ayudante-que sería una chica-para repartir los regalos. Los años anteriores fueron Barry y Kathy, pero decidieron que esta vez tenía que ser otra persona. Salieron un montón de propuestas, ninguna convincente, hasta que Rebecca ofreció una buena posibilidad:

-¿Y si son el capitán Wesker y la nueva?-dijo desde una de las esquinas de la habitación donde estaban.

Chris y Jill no pudieron contener la risa con sólo pensar en ese par vestidos de Santa Claus y su ayudante. Al resto le pareció buena idea, pero aún así lo sometieron a votación:

-De acuerdo, ¿votos a favor de Wesker y Pheseans?

Todos levantaron la mano, mientras le daban las gracias a Rebecca por haberles dado la idea. Ahora lo difícil sería convencerlos de que se los pusieran. Pero seguro que un poco de chantaje les haría entrar en razón, pensó Jill.

Chris se llevó a Wesker a parte, al igual que Jill hizo con Roxan. Los dos intentaron convencerles por las buenas, pero fue en vano. Entonces recurrieron al plan B.

-Capitán, siento decirle que si no lo hace le enseñaremos a todo el mundo lo que ocurrió las navidades pasadas-le amenazó Chris, en un intento desesperado de convencerle.

-¿De verdad crees que me vas a chantajear, Redfield?-le respondió el rubio intentando mantener la compostura.

Chris sacó de su bolsillo una pequeña cinta de vídeo en la que ponía: "desmadre del Capitán en las navidades pasadas". Wesker terminó aceptando a regañadientes, cogió el absurdo traje y se marchó a ponérselo.

Mientras, Jill hacía lo mismo con Phesy.

-Si no lo haces, le enseñaré al Capitán tu pequeño santuario en la taquilla.

-¡No! ¡Tranquila, lo haré!-dijo ella mientras le quitaba, más bien le arrancaba de las manos el traje y echaba a correr.

Los dos "chantajistas" se reunieron unos minutos después y se preguntaron si lo había conseguido. Se dijeron que sí mutuamente, después Chris le echó el brazo por encima de los hombros a Jill y se marcharon entre una nube de risas y bromas.

-Misión cumplida, Jillian-dijo él estrujándola entre sus brazos.

-No ha sido tan difícil, Christopher-le respondió ella dándole un pequeño empujón.

¿Os podéis creer que me hayan chantajeado? ¿No? Pues la verdad, yo tampoco. Eso se decían Wesker y Phesy en los servicios mientras se ponían los malditos trajes.

Él se tuvo que poner el típico traje de Papá Noel, y ella de ayudante, pero los trajes no es que fueran de su agrado… La típica barba y la barriga de hartarse de dulces. Wesker decidió darle un giro a esto… Al igual que Phesy.

Nadie se esperaría lo que verían a continuación. Marcarían un hito en la historia de fiestas de navidad de la comisaría, desde luego.

Volaron trozos de tela por todos lados. Lo que podía hacer unas simples tijeras…

Sherry se revolvía nerviosa en su asiento. Se aburría más que Wesker en una conferencia de Spencer. Odiaba las celebraciones, que supuestamente deberían ser de agrado para todos, pero para ella era como ir al mismísimo infierno. Se preguntaba dónde se habían metido los tortolitos, con los que al menos se distraía.

Sus padres le miraban de reojo de cuando en cuando, pero no le hacían ni caso. Sherry comenzaba a pensar que lo único que le importaba a los dos eran los experimentos. Virus por allí, sujeto por allá… Estaba harta de oírlo. Su vida era como una cinta de vídeo que se rebobinaba una y otra vez, sin avanzar por mucho que quisiera. Todos los días lo mismo: del colegio a casa, de casa al colegio. Jamás le llevaban de paseo, a un parque o a un centro comercial. Hacía ya tiempo que se le privaron muchos gustos, como el disfrutar de una consola o una tarde de cine con sus padres.

La única vez que recuerda haber ido, fue con Wesker, que la llevó por su décimo cumpleaños. Ése día él lo tenía libre, y sus padres no querían salir del laboratorio.

Una parte de sí misma se preguntaba, ¿por qué intentas juntar a esos dos?, mientras la otra decía que porque algo le decía que iba a pasar unos ratos muy agradables con ellos. Juntarlos podría hacer que le estuvieran eternamente agradecidos, y entonces le dedicarían tiempo en agradecimiento. Pero, ¿acaso alguna vez Wesker había agradecido algo a alguien? ¿El hecho de estar enamorado le cambiaría? Tenía que descubrirlo.

-Sherry, ¿te pasa algo?-preguntó al rato su padre.

-No, papá.

-De acuerdo…-a ella le dolió que ni siquiera su padre reconociera cuando mentía o le sucedía algo. No le conocía lo suficiente.

Su madre seguía hablando con William, mientras ella miraba atónita la entrada del comedor. No creía lo que estaba viendo. Un Santa Claus realmente… sexy. Era la primera vez que tenía un pensamiento así hacia alguien. En la puerta, estaba Wesker con un gorro navideño, la chaqueta del traje de Papá Noel desabrochada dejando al descubierto una camiseta interior de tirantes blanca y los pantalones a juego junto con las botas navideñas. De uno de sus hombros colgaba un saco grande y rojo, en el que seguramente llevaría los regalos del amigo invisible. Y cómo no, llevaba sus gafas de sol negras puestas, algo que no faltaba jamás en su rostro.

Algunas personas de la sala también se giraron a mirar, pero cuando todos se giraron fue cuando apareció ella. Llevaba otro saco rojo en el hombro, pero no fue eso lo que le hizo resaltar, sino su vestimenta: un vestido de escote de barco color rojo sangre que le llegaba a la altura de medio muslo, unas medias de rejilla negras y unas botas rojas hasta las rodillas. A William un poco más y le da un patatús, y casi se ahoga con el agua, que "soltó" en toda la cara de Annette. Sherry no pudo reprimir unas carcajadas, que a su madre no le hizo ninguna gracia. Le dirigió una mirada asesina a su hija, que aún así no cesó de reír.

Wesker miró de arriba abajo a Phesy, y ésta a Wesker. Se sonrieron mutuamente y comenzaron a repartir los regalos. La mayoría estaban dirigidos hacia Jill y Chris, Barry y Enrico, e incluso hacia la novata del equipo Bravo. Un montón de paquetes perfectamente envueltos se amontonaban en las mesas. Wesker pensó que sería como todos los años: nada para él. Aunque tampoco es que esperara algo.

Cuando terminaron, los dos se fueron a la mesa donde antes estaban y se volvieron a sentar. Wesker cogió a Sherry en brazos y la sentó en una de sus piernas. Phesy se situó justo delante, y observó la tierna escena.

-Señorita, ¿qué quería que le trajera Santa?-le preguntó Wesker con voz extrañamente paternal.

-La nueva Barbie glamurosa…-le contestó agachando la cabeza.

Él sacó un paquete del saco. Sherry se puso a dar saltos de alegría en cuanto lo vio. Abrazó a Wesker y le dijo entre susurros, "gracias". La niña se bajó de sus piernas, y entonces él se volvió hacia Pheseans.

-¿Y a ti, jovencita?-dijo apoyando una de sus manos en la mesa.

-Yo… La verdad, el otro día me gustó un colgante en el centro comercial, pero no me lo puedo permitir…-dijo en un susurro.

-¿Te refieres a este?-le preguntó sacando de detrás de su espalda un colgante con un camafeo en forma de corazón. Ella abrió los ojos como platos ante la sorpresa, y saltó a por él como reacción inicial. Lo abrazó con fuerza y le dijo unas mil veces gracias.

-Sabes, yo también tengo algo para ti-le espetó ella, sacando de la bolsa un pequeño paquete envuelto en papel de regalo.

Él enarcó una ceja y aceptó el regalo. Lo abrió y encontró un marco de fotos de cristal, con una foto de ella y él posando en el helipuerto. También había unas placas militares con su nombre y una pulsera de caucho con la insignia de STARS y su nombre en letras plateadas. Esa pulsera y el marco le llamaron el otro día en el centro comercial.

-Estas placas… Las perdí hace tiempo. ¿Dónde las encontraste?

-Me costó horrores encontrarlas, la verdad. Las hallé en el cajón del escritorio de Redfield.

-¿Me… las quitó?

-Al parecer, tú le quitaste su yo-yo y el te quitó las placas a las que tenías tanto cariño.

-Permíteme decirte que me has alegrado el día. Eres como un ángel que siempre me ayuda cuando lo necesito…

Entonces apareció Sherry con un muérdago en la mano, alzándolo encima de las cabezas de Wesker y Pheseans.

-¿Pero qué..?-preguntó ella señalando el muérdago.-Oh, vamos, ¿estarás de broma, no?

-Sherry...ejem, ¿no tienes otra cosa que hacer?-le preguntó Wesker nervioso.

-Es una tradición que debéis cumlir, o si no os caerán siete años de mala suerte.

-¿Pero eso no era cuando rompías un espejo?-le replicó Phesy.

-Un beso no creo que nos vaya a matar-le dijo Wesker.

¿Cómo que o nos va a matar? A mí si me va a matar del infarto, se decía Pheseans. Se encogió de hombros y se acercó lentamente a él, y justo cuando iban a juntarse sus labios...

-¡Feliz Navidad capitán!-gritaron Chris y Barry con unas pistolas de agua, usándolas para disparar a Wesker y Pheseans.
Los dos salieron corriendo mientras Wesker les perseguía con otra pistola de agua. Pheseans se quedó sola en la mesa, atónita por lo que acababa de ocurrir.
Pero la broma no había terminado. Apareció Jill con otra pistola en mano, pero esta vez cargada de miel. Disparó el chorro a Phesy, dejándola totalmente pringada. Pero por detrás de ella llegó Rebecca con un saco de plumas que volcó también en ella.
Parecía un pollo en esos momentos. Tanto trabajo... Arruinado. Salió corriendo de allí con ganas de matarlas a las dos por haberle estropeado el momento.
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por ZAPTOON » 10 Ene 2012 19:43

el fic es muy largo, muy bueno, muy detallados, personajes bien trabajadors, me gusta mucho pero.... :) , no es por molestar pero wesker no parece wesker :roll: nose por que pero me da esa sensacion, como que si fuera otro personaje seria igual, pero aparte de esto esta bien =D>

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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Roxanne Rivaille » 10 Ene 2012 21:59

Yo también lo veo un poco fuera de lugar... :? Llevas razón. ¿En que lo ves tú que no es como debería ser? :?:
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por ZAPTOON » 10 Ene 2012 22:08

wesker es el clasico seductor, chulesco y frio, tu wesker es torpe, normal y amable(parece un playboy) almenos si lo quieres tornar una persona calida deberias de hacerlo a pocos, y dudo qeu wesker se meta en la pileta a hacer cosquillas, entiendes, talvez si es amable o tierne es poco y no lo aria en publico, bueno yo lo veo asi =D> , pero es lo unico que desencaja en tu fic, ya que tienes una historia con mucho potencial :wink:

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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Roxanne Rivaille » 10 Ene 2012 22:16

Gracias por decírmelo :D Intentaré meterme más en el personaje. Para el próximo cap le devuelvo su actitud... Lo prometo.
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Alegotica12 » 10 Ene 2012 22:34

Hey roxañ, pusistes tu nombre como 2 veces, pero de resto el capítulo estuvo muy bueno me gusto mucho, auenque mucho coqueteo de parte de wesker y eso que la historia se ponga mejor XD.
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Roxanne Rivaille » 10 Ene 2012 22:45

Tienes razón... :oops:
No es la primera vez que me pasa, estoy escribiendo y al final desvarío...Lo siento. Hoy estoy echa un lío.
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Alegotica12 » 11 Ene 2012 00:44

no te preocupes asi escribiras de rapido que te equivocas, pero no importa esta muy bueno me gusto eso de casi beso :oops: estuvo muy... y cuando se agacho a ayudarlo eso me dejo privada jajajaja XD
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