Resident Evil: Afterlife love

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ZAPTOON
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por ZAPTOON » 22 Feb 2012 07:17

bueno el salir con una minifalda y una blusa super escotada con tacones y decir esa frace me hase pensar :oops: , si se pusiera un pantalon de buso, un chaleco antibalas y cogiera una katana y dijera la misma frase,pues hay si pienso que va a patear traseros :wink:

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Roxanne Rivaille
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Roxanne Rivaille » 24 Mar 2012 22:32

Hoola, aquí os raigo el quinto capítulo de este fanfic tan enrevesado...

Chapter 5:El regreso del mal

Los rayos de sol incidieron a través de las cortinas, y se reflejaron causando una leve molestia a Roxan. Estaba aturdida y confundida, no tenía ni la menor idea de qué había sucedido exactamente aquella noche, ni el por qué tenía la sensación de que algo andaba mal.

Arrugó la nariz e hizo una mueca de desagrado. Lanzó un largo suspiro matutino y miró el reloj de su mesita de noche.

-Las... Diez menos cuarto…-se quedó petrificada en el sitio y se levantó de un salto. Llegaba por lo menos una hora tarde, y eso no le iba a hacer gracia alguna a Enrico ni a Irons.

Fue directa al armario y sacó su uniforme, se lo puso lo más rápido que pudo y se dirigió al baño. Cepilló su larga cabellera castaña y rubia y se la recogió en una cola de caballo, se lavó cara y dientes y salió corriendo por la puerta de casa sin desayunar o echar cuentas de su guardián, Blade.

Pero cuando salió no esperaba lo que vio. Su Porsche negro, totalmente abollado, arañado y roto. Había signos de clara violencia, y cuando se acercó más, pudo apreciar algunos restos de sangre en el parabrisas roto.

"Oh mierda", exclamó dándole una patada a una de las ruedas. "Perfecto, tendré que ir andando".

--------------------------------------------------------------------------------

Enrico Marini estaba en la oficina común del Equipo Bravo, sentado en su escritorio dando algunos sorbos de su taza de café. Estaba realmente tranquilo aquello, ya que no había apenas nadie. El otro día sirvieron unos pastelitos gratis en la cafetería de la comisaría, que no sentaron nada bien a nadie. Los únicos que no comieron fueron él, Brian, los del equipo forense y Wesker. "Y Roxan, que no estaba ni habría ido lo más seguro", se recordó.

Brian Irons entró con Wesker detrás suya, con una cara de muy pocos amigos. Marini elevó la vista de su periódico y su taza de café, y miró con atención a los dos hombres.

-Enrico, lo he estado pensando y no veo necesario que uno esté en una punta de la comisaría y el otro en otra, cada uno con su airecito y echándose la siesta, así que el Capitán Wesker se va a quedar aquí contigo. Así de paso charláis un rato o yo qué sé…-le dijo Irons desde el marco de la puerta.

A Wesker se le notó que no estaba conforme con la idea, pero no podía hacer otra cosa que acatar la orden.

-Me parece bien-aceptó Marini volviendo al Raccon News.

-Perfecto, pues aquí os dejo-Irons salió por la puerta y cedió el paso a Wesker, que llevaba una taza también en mano y varias carpetas en la otra.

Se sentó en el escritorio de la esquina de la pequeña oficina, lo más lejos posible de Marini. Enrico se percató de ello, y soltó una risotada.

-Vamos, Wesker, que no muerdo-le dijo Enrico.

-Voy a ser claro: yo no quiero estar aquí. Prefiero estar en MI oficina, sólo, sin tener que "disfrutar" de tu compañía. Así que, si no es mucho pedir, olvídate de que estoy aquí-le espetó Wesker muy serio, soltando sus cosas con fuerza sobre la mesa.

Enrico siguió con lo suyo y Albert igual, así que era como si no hubiera nadie. Un rato después la puerta se abrió de golpe, provocando que Enrico lanzara el bolígrafo sobresaltado. En la puerta apareció Roxan, con varios rasguños y moretones en el cuerpo. El que más le llamó la atención fue uno en el cuello, pequeño, pero llamativo.

-Siento llegar tarde, Capitán Marini. Si usted supiera lo que he tenido que pasar para llegar…-le dijo ella a modo de disculpa.

-¿Vienes de una maratón o qué?-le preguntó Marini mirándola de arriba abajo.

-Verá, resulta que alguien ha destrozado mi coche, así que he tenido que venir andando. Después, alguien se dejó tirado un monopatín en medio de la acera, así que tropecé con él…. Y bueno, ya se puede imaginar. Más tarde, un poco más y un doberman enorme me mata y….-

-¿Eso que tienes en el cuello es un chupón, Roxan?-le preguntó él, aparentemente divertido. Cuando Enrico pronunció esa palabra, Wesker apartó la vista de los documentos y se bajó un poco el puente de las gafas, para comprobar si era cierto.- ¿Tú qué opinas, amigo mío?

Roxan frunció el ceño y enarco una ceja, confundida por las palabras de Enrico.

-Primero, no soy tu amigo, así que no me trates ni me llames como tal. Lo segundo, eso a mí me importa un comino… pero creo que llevas razón-mintió él. Sabía tan bien como ella que ese moratón del cuello no era un chupetón, si no la marca de la aguja. Se había producido por la forma bruta en que se la clavó Cassandra.

No pudo evitar percatarse de la presencia de unas gafas de sol en el rostro de ella. Bajó de nuevo la mirada e intentó no prestarle atención a Roxan.

Ella se sentó en su escritorio al lado de Enrico y se recostó en la silla. Lanzó un largo bufido que provocó que su Capitán le mirara de reojo y riera. Se levantó y se paró en la puerta de la oficina, diciendo que iba a la cafetería a comer algo, con cuidado de no acabar con la misma suerte de los demás. Roxan puso una cara de súplica hacia Marini, y este le respondió con una sonrisa tranquilizadora que no surtió efecto. Salió por la puerta diciendo: "No os intentéis asesinar mientras no estoy", casi cantando. Wesker sacó una de sus seductoras sonrisas de lado, y miró a Roxan.

Ella, ante el gesto de él, no pudo evitar morderse el labio inferior, nerviosa. Le lanzó una mirada llena de odio, y él enarcó una ceja, haciendo que se pusiera todavía más nerviosa. Le divertía ver como ella intentaba no sentirse seducida por él, pero sabía que para ella, aunque le odiara, le resultaba todavía atractivo. "Es normal, Albert, eres irresistible…", se dijo él.

Roxan estaba realmente incómoda con la situación. El silencio era absoluto, y Wesker estaba intentando usar sus poderes seductores con ella. Era un enigma de hombre, de repente le apuñala con la mirada como si le derrite con ella. Aunque intentara no caer otra vez en sus redes, sabía que tarde o temprano lo haría. "Eres resistente, seguro que no caerás otra vez… ¿no?", le dijo una parte de sí, mientras otra le decía: "Aprovecha que lo intenta, querida. Reconoce que tu Capitán está… para mojar en pan."

-¡Callaros!-dijo de repente ella en voz alta, sin darse cuenta.

Wesker cambio su actitud seductora a un semblante serio y extrañado.

-…-

Roxan se tapó la boca en cuanto se percató de que había hablado en voz alta.

-Querida, creo que el desayuno te ha sentado realmente mal…-le dijo él bromeando. Un momento: ¿bromeando? ¿Desde cuándo Albert Wesker gastaba una broma?

Quizá era un desliz que había tenido. O quizá estaba gastándole una broma de verdad… Eso era poco probable, pero…

-Hmpf…-refunfuñó ella.-Estaba… mandando a callar a… los vecinos. Sí eso.

-… Si tú lo dices, dearheart.

El corazón se le aceleró al oír esa palabra. Dearheart…

Cerró los ojos con fuerza desde detrás de sus gafas. Se levantó y se dirigió hacia una mesa con una cafetera de la esquina. "En la oficina de los Alpha no había una de estas…" se dijo ella. "Como se notan los favoritismos, ¿eh Brian?". Intentó hacerse un café, pero no le respondía la máquina.

Pulsó repetidas veces el botón de "Expresso", pero seguía sin querer responderle. Maldijo en voz baja, y apretó en su mano derecha con fuerza la taza.

Wesker se sobresaltó cuando vio a Roxan, mirando atónita su mano, llena de sangre y con varios trozos de lo que antes fue una taza en su mano. No daba señales de dolor, pero sí de miedo.

Roxan tragó saliva y comenzó a respirar con un poco de dificultad. Tosió un par de veces y miró a Wesker de reojo. Él se levantó inmediatamente de su silla y se acercó a ella.

Le tomó de la mano y se la examinó rápidamente. Vio que la herida era bastante profunda, y que iba a ser bastante doloroso para ella el sacarle todo lo que tenía incrustado en la mano.

Le tomó del otro brazo y se la llevó a rastras hasta la enfermería, totalmente blanca. Eso no le hizo gracia a ella, que le devolvió un recuerdo perdido a la mente.

--------------------------------------------------------------------------------

*Flashback*

Acababa de salir del despacho de Spencer, y por el camino, se había topado con Reynald.

Él le miró con claro deseo, algo que le sucedía mucho últimamente. Tenía diecisiete años, y según Cassandra, estaba más guapa que nunca. No le creía, ya que su amiga le decía cualquier cosa con tal de que se callase.

Llevaba el pelo recogido en una coleta, con unos cuantos mechones castaños detrás de las orejas. Todavía le quedaban algunos rasgos infantiles, como sus pecas. Eran escasas, pero se notaban.

Reynald, con su parche en el ojo izquierdo presente, le guiñó con su ojo sano. Era un color verde esmeralda, igual que los de ella. Ese color era escaso en los ojos, así que ambos se sentían en cierta manera especiales.

Debía de reconocer, que aunque le superase en edad (él le llevaba seis años más), se mantenía bastante joven. Era como si los años no pasaran en él.

-¿Cómo te va?-le preguntó ella por fin.

-Ahora mucho mejor… Phesy.-Le contesto él.

Ella ladeo la cabeza y puso mala cara.

-Sabes que no me gusta que me llamen por ese nombre…-le reprochó ella.

-Es tu nombre. ¿Qué quieres, que te llame por tu falso nombre?

-No es falso. Sabes que papá me llamó Roxan, no Pheseans.

-Pero Drake te…-ella le cortó poniéndole un dedo en la boca, para que se callase.

Él sonrió y se encogió de hombros.

-Como quieras, Roxan. Peeroo…

-Calla. Nada de peros.-Le sentenció dando por zanjada la conservación.

Echó a andar, contoneando las caderas inconscientemente. Reynald se quedó con cara de atontado, mirándola. Ella sabía que él acababa de entrar en la fase de todos los días "atontamiento matutino viril", como le llamaban ella y Cassandra.

Se dirigió al laboratorio privado de Drake Jones, un antiguo amigo de su fallecido padre. Todavía seguía preparándose, en secreto, para aclamar venganza por su muerte. Buscaba a sus asesinos, aunque lo que no sabía era que la misma Umbrella le había arrebatado lo que más quería en este mundo: a su padre, Nathan Philips. Ella y su madre jamás se llevaron genial, y era como si no existiera.

Al entrar, descubrió que Drake no estaba allí. Aprovechando la situación, indagó un poco sobre lo que hacía últimamente él. Estaba sospechoso, y debía reconocer que era un poco entrometida e impertinente.

Cogió una de las probetas en mano, y examinó el líquido de su interior.

-Un antivirus…-susurró ella frunciendo el ceño. Acercó un poco más la probeta a su rostro y distinguió varias de las células que mataban al virus de raíz.

Entonces, detrás de ella apareció Drake cruzado de brazos. Ella, del susto, apretó con fuerza el tubo en su mano, y estalló en un montón de cristales que acabaron en su mano y brazo.

*Fin flashback*

--------------------------------------------------------------------------------

-¿Roxan?-le preguntó Wesker sacudiéndole el hombro a ella, sacándola de sus pensamientos.

Volvió a la realidad, sorprendida por el hecho de haber recordado aquello. Era realmente estremecedor volver a saber algo de tu vida antes de los dieciocho.

Se incorporó lentamente y se fijó en que su mano estaba vendada, y que los trozos de taza estaban en un platillo metálico justo a su lado. La habitación tenía varias manchas de su sangre por la camilla, suelo y pared.

-¿Quién me ha curado?-preguntó ella bajándose de la camilla de un salto.

-Yo. No hay otra persona aquí presente, que yo sepa.-Le respondió Wesker paseando por la habitación.

-¿Y desde cuando sabes tú algo de esto?-le preguntó con curiosidad.

-¿Crees que algún día dejarás de ser una entrometida impertinente?

-Muy gracioso. ¿Y tú, crees que dejarás de ser un rubiales?

-Touché.

Wesker metió ambas manos en los bolsillos, y salió por la puerta a paso apresurado. Roxan se dejó caer de nuevo en la camilla, y se dijo en silencio que un día de estos iba a asesinar a Wesker.

--------------------------------------------------------------------------------

Wesker se maldijo por ayudar a esa condenada chica. ¿Por qué le había ayudado? Sí, era cierto que estaba presente, pero pudo haberse hecho el tonto. ¿Por qué curarla? ¿Quizá era por pena? No lo sabía a ciencia cierta, y sentía que un día de éstos esa chica le iba a complicar la vida de verdad e iba a causar un estropicio de los gordos. Y no le hacía ninguna gracia el que algo se le fuera de las manos. Lo quería todo bajo control, y lo peor de todo era tener más carga que soportar.

Entre sus planes no estaba enamorarse de alguna chica, y menos de uno de las personas a las que debía eliminar. Además, él no se estaba enamorando… sólo… le parecía guapa la chica. Nada más. ¿Albert, pero qué dices?, se preguntó a sí mismo.

Entró en su oficina privada y se dejó caer contra la puerta lentamente. Se pasó una de las manos por el cabello, y se quitó las gafas unos instantes. Se frotó los ojos y soltó un largo bufido.

Jamás pensó que una simple mujer podría complicarle tanto la vida.

Pero lo que no sospechaba, era que su subordinada era mucho más que una simple chica.

--------------------------------------------------------------------------------

Roxan le pidió permiso a Enrico para marcharse antes, y así lo hizo.

Tuvo que volver andando, y la verdad es que el paseo de vuelta fue reconfortante. Necesitaba pensar y disfrutar de algo de tranquilidad, pero sabía que actualmente era algo difícil.

Llegó a casa y soltó las llaves de mala gana en la cocina. Blade se despertó sobresaltado, pero reconoció el olor de ella. Se tranquilizó y volvió a acostarse.

Roxan se dejó caer en la cama, totalmente exhausta y cerró los ojos. Hizo memoria de lo que había hecho en todo el día, y se volvió a incorporar. Se puso ante el espejo de cuerpo entero que había justo delante de su cama, y miró su brazo vendado.

Lentamente, se fue deshaciendo de todo lo que tenía en el brazo, y esperó tener varias heridas: pero lo único que vio fue un brazo con un par de marcas de sangre y perfecto. Sin un solo rasguño. Roxan abrió los ojos de par en par, y preguntó en voz alta:

-¿Cómo es esto posible?

-Gracias a mí, cariño-le respondió una voz femenina, seductora y muy parecida a la suya.

Roxan se giró, buscando la fuente de aquella voz. No halló nada, quizá era producto de su imaginación.

Regresó al espejo, y siguió con su exanimación. Se sorprendió al ver que su reflejo, era realmente distinto a como era ella. Esa del espejo NO era ella.

Ante ella se erguía una chica de pelo marrón chocolate hasta la cintura, ondulado, con mechones rubios. Tenía ojos rojos como el fuego, y unos rasgos definidos y perfectos.

Su cuerpo, bien musculado y curvilíneo, exuberante y también perfecto. Vestía lo mismo que ella, aunque lo llevaba mejor la chica del reflejo.

-Pero qué demonios es esto…-exclamó ella analizando el reflejo.- ¿Cómo…?

-Por Dios, ¿acaso no te acuerdas de mí?-le preguntó la otra cruzándose de brazos.

-Un momento… No...-Roxan retrocedió un par de pasos, incrédula por lo que estaba viendo.- Pheseans… Sigues… Aquí… Viva…

-¿Me dabas por desaparecida? Más quisieras, querida.

-Creí que papá te eliminó…-dijo Roxan en un susurro.

Ladeó la cabeza y se sentó en el suelo, sintiendo un escalofrío al entrar en contacto con la fría madera de él. Rodeó sus piernas con ambos brazos, y enterró el rostro en ellas.

-¿Por qué tan triste, u acaso noto un aura de miedo?-le dijo la chica del espejo en tono burlón.

-¿Por qué yo?-musitó Roxan.- ¿No puedes irte a molestar a otra parte?

-Tú eres yo: y yo soy tú. Por mucho que quieras, no me pienso marchar.

-Por tu culpa…

-Yo no tuve la culpa de la muerte de papá, ni de que perdieras tu humanidad… Gracias eso estoy aquí. Gracias a mí tú serás perfecta, lo tendrás todo…

Roxan se levantó de un salto, y llena de cólera y rabia, rompió el espejo en mil pedazos. Derramo un par de lágrimas de pura cólera, y tiró el espejo al suelo.

-¡No quiero nada de ti!-gritó a pleno pulmón, histérica.

Cuando Pheseans vio que Roxan iba a romper el espejo, su prisión durante muchos años, sonrió de oreja a oreja y sus ojos brillaron con un rojo nunca visto.

-Por fin… Hermana…-susurró Pheseans.

--------------------------------------------------------------------------------

Los vecinos, oyendo alboroto, y muy asustados, llamaron a la policía.

-Departamento de Policía de Raccon, Brian Irons al teléfono. ¿Qué ocurre?-dijo Irons con tranquilidad, con ambos pies sobre su mesa.

Se podría decir que estaba "relajándose".

-P-pues verá… Es el vecino… Está armando mucho jaleo… Gritos, golpes... Creemos que quizá sea violencia doméstica o un robo…-le respondió una mujer al otro lado del teléfono.

-Ahora mismo los policías no están presentes, pero puedo intentar mandar a un par de miembros de STARS. Dígame la dirección…

-Weston Street, calle 3…-le dijo la mujer con gran nerviosismo.

De fondo se oyeron los llantos de un bebé. Irons frunció el ceño y le dijo que enseguida estaban allí.

-Enrico, Wesker, id a esta dirección. Se cree que está habiendo violencia doméstica allí.-Les ordenó Brian a ambos agentes.

Enrico y Albert se miraron durante unos instantes y se levantaron de sus asientos. Tomaron prestado uno de los coches patrulla, y fueron directos a la dirección.

--------------------------------------------------------------------------------

Mientras, en la casa de Roxan, una batalla se libraba entre ambas mujeres. Pheseans había formado una figura consistente, una persona real. Ya no estaba como espectro.

Por ahora, Pheseans iba ganando. Sus habilidades superaban con creces las de Roxan, aun siendo la misma persona.

Roxan intentaba esquivar los golpes de la otra chica, aunque ya había recibido un par. Roxan le dio una patada en el estómago a Pheseans, pero se quedó como si nada. En cambio, a ella le dolió horrores, aun sin ser la que había recibido el golpe. Curioso… Curiosísimo… Así que… Lo que le pase a ella me pasa a mí. Debía aprovechar la situación.

Pheseans, aprovechando que sus uñas parecían de gato, le arañó en la cara a Roxan. A ella un poco más y le da un ataque, al descubrir que también le había salido la herida.

La mandíbula le tembló, y soltó un gruñido temible. Se abalanzó contra Roxan, con la mano puesta en la posición correcta como para atravesarle.

Podían propinarle patadas, puñetazos y arañazos donde quisieran, a excepción de la cara. Era una persona que se creía perfecta, rozando el narcisismo.

Justo en el momento en el que Pheseans estaba a punto de darle a Roxan, Wesker derrumbó la puerta y entró con la pistola alzada en mano.

-¡Alto las manos o disparo, deja a la chica!-le ordenó Albert a Pheseans.

Cuando ésta se giró, con un brillo rojo intenso en sus ojos, Wesker se quedó petrificado al reconocer a la chica. Ese color de ojos, ese pelo, ese cuerpo… Esa belleza ya la he visto antes… ¿Pero cómo es posible…? , pensó Wesker.

-Pheseans….-musitó el bajando el arma.

Pheseans frunció el ceño y le examino durante unos instantes. Sacó una amplia sonrisa, y le dijo:

-Albert Wesker… Cuánto tiempo…

-¿Cómo es posible?-se preguntó el rubio en un susurro.

-Con razón… Eres tú el que la trae loca… El que provoca sus suspiros y desvaríos… El que por las noches hace que su mente desconecte… Y sólo porque piensa en ti…-dijo la chica con una respiración agitada.

Roxan enmudeció al oír lo que había dicho Pheseans. Se puso más colorada que un tomate, y le entró el nerviosismo. Wesker le miró de reojo con sus profundos ojos azules desde detrás de las gafas. Ladeó al cabeza, como haciéndole mil preguntas diferentes.

Roxan solo consiguió encogerse de hombros y poner cara de circunstancias.

-Debo darte las gracias, corazón. Gracias a su enamoramiento por ti estoy aquí-le dijo Pheseans a Albert.-Dile a Drake y a Nathan que he vuelto… y es para quedarme.

Wesker se fue a acercar a ella para preguntarle a qué se refería, pero se desvaneció. Se evaporó, desapareció sin más.

Enrico entró a toda prisa en la casa, preocupado por lo que podría estar sucediendo dentro. Se encontró toda la casa medio destrozada, a Roxan con casi u ataque cardíaco sentada en el suelo en uve doble y a Wesker casi en estado de shock.

¿Qué habría pasado ahí dentro?

--------------------------------------------------------------------------------
Si tenéis dudas... ¡Preguntad!

¿De qué se conocerán Albert y Pheseans? ¿Se enamorará Wesker de Roxan? ¿Reynald dejará de actuar como un salido? ¿Se sabrá quién es Drake y qué es el Proyecto P? ¿Para qué habrá regresado el lado oscuro y con poderes de Roxan?... Uy... se me ha ido la lengua... Pues... Eh... #-o :uis:

Bye... :roll:

PD: Os preguntaréis...¿Cómo es Reynald? Pues aquí os dejo una imagen que es de T-Bag,en la que es como yo me imagino a Reynald...
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Raven Bellamy » 27 Mar 2012 00:05

Roxan debo decirte que soy tu fan n 1 XD tu fic me ha atrapado desde el primer capitulo ( ese lo leí en fanfiction) me encanta como lo desarrollas :)
Simplemente me fascina, este capitulo ha estado también excepcional ;)

Espero el siguiente :D
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Roxanne Rivaille » 27 Mar 2012 15:44

*Desmayándose*
¡No sabes como me alegra saber que te gusta tanto la historia, Raven! Y yo que creí que era la historia más odiada de fanfiction... Me has alegrado el día^^ Y yo que estaba malhumorada...
Mil gracias por el comentario,
Un abrazo
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Ramsei » 28 Mar 2012 00:33

Tu fic e de decir que....ME ENCANTA!!!!e estado atento a cada letra de cada frase con cada palabra,esta muy interesante Roxan,espero que pronto sigas subiendo mas capitulos y con mas frecuencia porque esto es para hacer una serie!!!!

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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Anny Wesker » 29 Mar 2012 01:02

Gran trabajo Roxan!!!! Felicitaciones!!!
Muy buena narración, es genial como te atrapa la historia y sobre todo me gusta mucho como describes lo que sienten los personajes!!!
Esta re bueno tu fic

salu2
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Roxanne Rivaille » 10 Abr 2012 23:47

Capítulo 6: Mi amor y tu pasión

Capítulo 6: Mi amor y tu pasión

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Viernes, 12 de Marzo de 1998-Casa de Roxan

Wesker le seguía mirando fijamente, sin preocuparse por el estado de ella. Roxan evitaba su mirada a toda costa, le intimidaba y provocaba que su rubor fuera a mayor.

-Roxan, ¿de qué conoces a Pheseans y qué hacía ella aquí?-le preguntó Wesker acercándose a ella.

Se puso de cuclillas y continuó con su mirada clavada en ella. Roxan no le contestó, y sólo provoco que la paciencia de él comenzara a agotarse.

Le tomó de la barbilla, y le obligó a que le mirase. Sus rostros se quedaron a escasos centímetros. Wesker notó la respiración agitada de ella, y el vaivén de su pecho por el nerviosismo. Sabía que ella se encontraba avergonzada e intimidada por él.

Wesker se retiró las gafas con suavidad, y las dejó en el bolsillo de su camisa. Cuando Roxan vio el movimiento de él, al instante supo por qué el primer día que vio a ese hombre le sonaba tan familiar…

*Flashback*

25 de Junio de 1992-Laboratorio de Umbrella

Estaba tumbada en una camilla, con Drake a su derecha manejando probetas y químicos. Ella seguía cada uno de los movimientos de él con la vista. Tenía ambas manos detrás de la cabeza y las piernas cruzadas la una sobre la otra. El pelo caía en cascada por el borde de la camilla metálica, casi rozando el suelo.

Drake salió de allí y comenzó a hablar con otra persona. Roxan intentaba escuchar lo que decían, aunque los susurros eran apenas inaudibles.

Al rato entró acompañado de dos hombres rubios, uno encorvado y con cara cansada, y el otro muy serio, imponente y vestido de negro. Llevaba unas gafas negras de sol, lo que le llamó más aún la atención.

-Éste es el Proyecto P… Aunque falló. Nathan lo estropeó todo, y lo único que queda es eso-les dijo Drake señalándola a ella.

Roxan se incorporó de un salto y se cruzó de brazos.

-Oye, ¿cómo que "eso"? ¿Acaso te crees que soy un producto más del ganado de Umbrella, o te parezco un desperdicio?-le inquirió ella muy enfadada.

A Drake se le caía la cara de la vergüenza, William se aguantaba la risa y Albert se limitó a enarcar una ceja.

-¿Cómo osas tratarme con tal falta de respeto? A lo que yo digas, tú te callas, pequeña impertinente…-le regañó Drake.

-Pues que sepas, que aunque a ti te parezca un desperdicio, a Reynald le parezco un diamante en bruto…-se giró lentamente y puso una pose de modelo.

William ya no pudo más y se echó a reír. Wesker sacó una pequeña sonrisa, apoyó una de sus manos en la camilla y se acarició el mentón sin quitar la vista de ella.

-Con carácter, presumida, inteligente y espabilada… Me gusta. Doctor Drake, ¿le importa si me deja investigar este caso un poco más a fondo junto con William?-le solicitó Wesker mirando de reojo a la chica, que le miraba con una gran fijeza.

-Es toda tuya…-le respondió Drake elevando las manos en el aire y saliendo por la puerta.

William volvió a ponerse serio, a duras penas y se secó una lágrima de la risa. Hacía ya tiempo que no se encontraba con alguien así, y menos por allí. Wesker le hizo una señal con la cabeza a Birkin y ambos se acercaron un poco más a la chica.

-¿Cómo se llaman?-preguntó ella.

-Yo soy el Doctor Albert Wesker, y ese es el Doctor William Birkin.-Le respondió Wesker.

-Roxan, o como me llama Drake, "el desperdicio".

La chica le tendió la mano y le dedicó una sonrisa que derretiría hasta la Antártida.

-Wow… ¿Tienes algún virus en tu ADN actualmente?-le preguntó Wesker mirando en los informes las medidas de la chica.

-Muy gracioso. No… Es belleza natural…-le contestó ella sacudiéndose el pelo.

Wesker sonrió de lado, y después le hizo un gesto a Birkin para que se acercase.

-Levántate un momento la camiseta, por favor…-le pidió Albert sin voltearse a mirarla.

-¿Qué? ¡Ni en sueños pienso levantarme la camiseta!

-¿Quién se va a levantar la camiseta?-preguntó Reynald haciendo acto de presencia, asomando la cabeza por la puerta.

Roxan cogió una probeta y se la lanzó a Reynald para que se marchase, gritándole: "¡Vete a la mierda Reynald!". Salió por patas de allí antes de salir más tuerto de lo que estaba ya.

-Menudo carácter. Anda, hazlo por las buenas o tendremos que levantarla por las malas. Tú dirás-le advirtió William mirando a Albert.

-Tendréis que obligarme-les respondió ella desafiante.

Albert y William cruzaron las miradas y asintieron. Birkin tumbó a Roxan de nuevo, y le cogió de las muñecas, sujetándolas con mucha fuerza en el aire. Mientras Wesker le empujó el pecho hacia abajo, teniendo por respuesta un leve gemido de dolor de ella. Wesker le miró de reojo y procedió a levantarle lentamente la camiseta, y paró justo antes de llegar a los pechos.

Miró extrañado el abdomen de ella, lleno de moretones y marcas de aguja.

-¿Roxan, acaso Drake te… agrede o algo por el estilo? ¿Te suministra algo?-le preguntó Albert mirándole directamente a los ojos.

Ella evitó su mirada, y cerró los ojos con fuerza. Wesker le hizo un gesto a William para que se marchase, y después de quedarse a solas con ella, le tomó de la barbilla con la suficiente fuerza para obligarle a mirarle. Él se quitó las gafas y las guardó en uno de sus bolsillos, y se quedó cara a cara con ella. Lo que separaba sus rostros apenas eran centímetros, y él, de repente, quedó en una especie de estado de hipnotismo al ver los ojos esmeraldas de ella.

Roxan sintió como su corazón latía a mil por hora, los ojos de azul grisáceos de él le derritieron como si de chocolate se tratase. Jamás había tenido esa sensación.

¿Por qué puñetas siento esto? Él es mucho mayor que yo… Pero, el muy jodido es atractivo, y me encanta ese aire misterioso que le rodea, se dijo ella, dejando de respirar unos instantes.

Inhaló el embriagante perfume de él. Albert le repitió la pregunta de antes casi susurrando.

Ella no pudo evitar que un par de lágrimas resbalaran por su rostro.

-Roxan, ¿te maltrata? ¿Te obliga a inyectarte algo, te droga?-le preguntó él, por primera vez en mucho tiempo sintiendo pena por alguien.

-Yo…-Roxan se echó a llorar desconsoladamente, y en un impulsó abrazó a Wesker, buscando consuelo.

Se acurrucó en el pecho del rubio, casi sin respiración.

Wesker se quedó petrificado en el sitio, y no supo por qué, pero le correspondió el abrazo, y permanecieron en silencio durante un largo rato.

Wesker jamás llegó a saber lo que Drake le hacía a la chica, y ella no le volvió a ver desde ese momento…Hasta ahora, que se habían reencontrado, aunque ninguno se acordaba del otro.

*Fin Flashback*

Roxan miraba un punto inexistente. Wesker seguía igual que antes.

-Has cambiado mucho, Roxan.-Le dijo él sentándose en el suelo frente a ella.

-Tú sigues casi igual. Excepto porque ahora estás más cachas.-Le respondió ella con una leve sonrisa.

-¿Con cuántos años te escapaste del Centro de Formación?-le preguntó él.

-Cuando cumplí la mayoría de edad, el mismo día de mi cumpleaños. Reynald dijo que iba a llevarme a un restaurante, pero en realidad sacó un extraño aparato parecido a un bolígrafo, era para borrarme la memoria, ya que Umbrella quería matarme-le explicó ella.- Sabes, Reynald a veces podía ser un poco salido y cabezota, pero es una grandísima persona.

Wesker asintió levemente, y luego se volvió a intentar poner las gafas. Peor Roxan le detuvo y le quitó las gafas de sol, y las lanzó a un lado.

-¿Por qué intentas esconder una de las cosas que más me gustan de ti, eh rubiales?

-Creía que era lo que más te gustaba, las gafas.

-Lo que más me gusta son tus ojos, tu manera de ser…

-A mí de ti me gusta todo, Dearheart-fue la última palabra que se dijo, antes de que ambos unieran sus labios en un apasionado beso.

Wesker tumbó en el suelo a Roxan, poniéndose él encima de ella.

Roxan puso ambas manos en la nuca de él, y enredó sus dedos en su rubio cabello. Le atrajo más hacia sí, lo que provocó que el beso fuera más salvaje.

Enrico fue a saber si todo iba bien, pero echó marcha atrás al ver lo que para él era una bonita escena. Se marchó con una sonrisa en los labios, dejándole una nota a Wesker en el suelo de la entrada principal. Se alegraba por Roxan, aunque temía que Wesker la usara y tirase como si de su juguete se tratase.

Wesker le tomó de la cintura y la llevó ahorcajadas hasta el dormitorio, sin parar de besarse.

Le lanzó contra la cama, recibiendo a cambio una mirada pícara y seductora. Wesker se repeinó el pelo hacia atrás, se quitó la camisa con gran rapidez y agilidad y luego se quedó unos instantes admirando lo que tenía ante él.

Ella lo devoró con la mirada, y comenzó a mordisquearse el labio inferior.

Albert decidió que durante esa noche, iba a olvidarse de protocolos, misiones, reglas o prohibiciones.

Esa noche, la iba a disfrutar.

-Has sido una chica muy mala…-dijo Wesker acercándose a ella peligrosamente, con voz muy seductora.

-Castígueme, Capitán-le respondió ella pícaramente.

Esa fue la señal que Wesker necesitó para que todo se fuera a la mierda esa noches, sin importarle nada más.

-¿Has pensado en las consecuencias que pueden acarrear nuestros actos?-le advirtió él en un último momento.

-No me importan las consecuencias…-dijo ella en definitiva.

A partir de ahí, ambos se fundieron el uno con el otro y disfrutaron lo máximo posible esos momentos.

--------------------------------------------------------------------------------


Sábado, 13 de Marzo de 1998-Sala de Reuniones de Umbrella

Reynald se paseaba, bastante nervioso por la sala de reuniones del laboratorio subterráneo de Umbrella. Cassandra y Mike Death le seguían con la mirada, contagiándole el nerviosismo a ella.

-¡Joder, estate quieto de una maldita vez!-le gritó Mike al rato.- ¿Qué coño te pasa?

Reynald se giró y le dirigió una mirada asesina con su ojo sano.

-Estoy preocupado-le respondió al fin.

-¿Por qué?-interrumpió Cassandra.

-Por Roxie. Le noto muy extraña.

-Siempre ha sido extraña-comentó la pelirroja poniendo los ojos en blanco.

De repente, Mike y Cassandra dieron un salto del susto. Tenían los ojos abiertos como platos.

-¿Qué pasa? Ni que hubierais visto un fantasma-Reynald puso los brazos en jarras y frunció el ceño.

Sintió como alguien le daba unos golpecitos en el hombro. Reynald se giró y se topó con una figura alta, espectral. Llevaba una larga capucha negra, que le cubría el rostro. Unos cuantos mechones de pelo castaño caían a ambos lados de lo que parecía ser una chica. Llevaba un corsé bastante ajustado color rojo de cuero, y falda bastante corta negra del mismo tejido.

-¿Qué cojones?

La chica le cogió del cuello y lo elevó varios centímetros del suelo. Reynald forcejeó con ella para zafarse de su agarre, sin éxito.

-Hola, Reynald. Veo que has estado entrenándote a fondo-dijo la chica deslizando su mirada por el torso y abdomen de él.

-¿Pheseans?-preguntó él sin salir de su asombro

-La misma. ¿Te sorprende verme?

-Creí que habías desaparecido. Más bien muerto…-declaró él con poco aire en el cuerpo.

Pheseans se percató de ello, y le dejó caer. Reynald cogió aire como pudo, y pensó en la situación. "Bien, tienes a Pheseans justo a tu lado. Es una especie de espectro, y su forma sólida no durará mucho más… Tengo que encontrar algo para distraerla. Como pille a Cassandra, o peor aún, a Drake, estamos muertos."

-Reynald, ¿dónde se encuentra Drake? Dímelo y no tiene por qué haber heridos…-le dijo ella poniéndose de cuclillas frente a él.

Elevó la mirada y no pudo evitar distraerse. "Es tan… Guapa, tan angelical y demoníaca a la vez… Y esos labios… Un día de estos me va a volver loco de remate…".

-Oh, me alagas Reynald. No sabía que tuvieras esos sentimientos hacia mí…-Pheseans esbozó una ancha y perfecta sonrisa.

-¿Cómo sabes lo que estaba pensando?-pregunto él confundido y ruborizado.

-¿No lo sabías? Gracias al Proyecto P, desarrollé unas magníficas habilidades… Que te puedo enseñar cuando quieras-le ofreció ella con una voz seductora.

-¿A qué… habilidades te refieres?-preguntó el, intrigado.

-Más adelante te las iré demostrando.

Pheseans se levantó y se dio media vuelta. Era ahora o nunca.

Reynald sacó lentamente el cuchillo que tenía escondido en la bota de combate, y se incorporó sigilosamente. Cuando estuvo a punto de clavárselo justo en el cuello, ella se giró, y puso cara de sorpresa y terror, aunque era sólo una actuación.

Reynald consiguió tirarla al suelo, e irguió el cuchillo listo para clavárselo. Pero de repente, se le vino a la cabeza la imagen de Roxan, mirándole fijamente con sus ojos esmeraldas, suplicando que no lo hiciera. Reynald no pudo matarla, no era capaza de matar a una parte de la persona a la que más quería en este mundo.

-¿Por qué no me has eliminado?-preguntó ella aturdida.

-Porque primero, no soy un monstruo, segundo; sería un crimen contra la naturaleza eliminar de la faz de la Tierra a alguien como tú, y tercero; porque no soy capaz de matar a lo que fue una parte de Roxie. Sé que ella no te quiere en su vida, pero cuando te miro, la veo a ella. Y yo jamás le haría daño a Roxan-explicó con una extraña tranquilidad.

Pheseans le miró desde el suelo y frunció el ceño.

-¿Tan enamorado estás, Reynald? Dime… Si tanto la quieres, ¿Cómo eres tan iluso como para permitir su aventura con Wesker?-le preguntó ella con malicia.

-¿Cómo qué aventura?

-¿Qué crees que están haciendo ahora mismo? ¿Matarse mutuamente? Si supieras…

-¡Qué coño están haciendo!-preguntó Reynald levantando a Pheseans con fuerza. Estaba al borde de la histeria.

Pheseans se acercó a su oído y le susurró:

-Digamos que están cometiendo pecados carnales.

A Reynald le cayó como un jarro de agua fría. Esas palabras martilleaban su cabeza con una gran fuerza: pecados carnales.

-Reynald, ¿sabes qué? Creo que tú y yo haríamos un gran equipo. Tú tienes contactos, buenas habilidades e intelecto, y yo…Lo tengo todo. Dime, ¿aceptas?-le ofreció ella tendiéndole una mano.

Reynald la miró con detenimiento. Pensó las consecuencias que esta alianza iba a tener, pero le importaron más bien poco.

Al final él le estrechó la mano y sellaron el trato. Ya no había vuelta atrás.

Iba a hacer que Wesker se las pagara, y esta vez no iba a quedar en una promesa tonta y de baúl. En esta ocasión, iba a darle su merecido por todo lo que le había hecho en tanto tiempo. Le había quitado a Roxan, le había humillado millones de veces y le había dejado por los suelos.

Pero no iba a volver a caer, esta vez no.

--------------------------------------------------------------------------------


15 de Marzo del 1998 Lunes, RPD

Roxan se paseaba con gran alegría por los pasillos del RPD. A todo el que veía, le daba los buenos días. Incluso a Jill, a la que ya no odiaba tanto.

Por el camino, se chocó con un chico de pelo negro en punta, atlético y de ojos color zafiro. Tenía uno de los uniformes de STARS, aunque no recordaba haberle visto antes.

-¡Lo siento muchísimo! ¡Ha sido mi culpa!-se disculpó ella tendiéndole una mano, que el chico rechazó.

-Sí que ha sido tu culpa-le dijo con voz fría, no muy contento. Se puso en pie y echó a andar.-La próxima vez, ten cuidado por donde miras chavala.

Chavala. Le había llamado chavala. ¿Pero quién se creía ése? ¿Y desde cuando está en los STARS?

Se puso sus gafas de sol, para evitar acabar medio ciega. Sus ojos eran muy sensibles a la luz solar, así que tenía que llevarlas puestas casi todo el tiempo.

No se había percatado de que en la patilla de la gafa ponía "Property of Umbrella", junto con su logo correspondiente.

Se fue a la oficina del equipo Bravo, y cuando entró la oficina estaba… Absolutamente vacía.

Desconocía el motivo por el que no había ni un solo alma allí, así que regresó por donde vino y fue a la cafetería. No la frecuentaba mucho, así que tenía curiosidad que había por allí.

Se asomo y vio a Irons charlando con Jill. Una carpeta en la que ponía "Confidencial" se hallaba entre las manos nerviosas de Valentine, que se dio cuenta de que Roxan había entrado a la cafetería.

Brian le hizo un gesto para que se acercase, y luego dirigió una pregunta hacia la chica que estaba un tanto confusa:

-¿Has desayunado?

Jill y Roxan enarcaron una ceja al oír la pregunta de Irons. Roxan se acercó y asintió con la cabeza.

-Ven, siéntate. Tenemos que hablar…-le dijo ofreciéndole el asiento que había a su lado.

Roxan obedeció y esperó impaciente a que el Jefe le dijera lo que le tuviera que decir. Posó su pierna izquierda sobre la derecha, en un movimiento ágil y rápido. Cruzó los brazos sobre el pecho y miró intrigada a Irons, que había seguido cada uno de sus movimientos casi anonado.

-Dígame, ¿qué quiere de mí?-le preguntó Roxan con una mirada gélida.

-No es sólo de ti, sino de ambas-le respondió Irons mirando a Jill.

-Entonces, ¿qué quiere de nosotras?-rectificó haciendo énfasis en la última palabra.

Irons cogió la carpeta y la abrió, mostrando una foto de un hombre, de no más de treinta años, cabello negro en punta con algunas canas prematuras, ojos marrones, una cicatriz en la sien rozando el ojo derecho.

-Es Víctor Stracciatella-les dijo Brian señalando la foto.

Jill se echó a reír. Roxan le dirigió una mirada fulminante, y enarcó una ceja para al final acabar también riéndose un poco.

- ¿Stracciatella? Creí que eso era un tipo de helado…-comentó Roxan volviéndose a poner seria.

El Jefe le acercó un poco más el informe y le preguntó qué opinaba.

-Pues, es guapo, para que mentir…-bromeó Roxan provocando más risas de Jill, y un inminente cabreo a Brian Irons.

-Es hijo de Vítor Stracciatella y Margaret Méndez-explicó él.-Son la familia más rica perteneciente a la mafia, y creemos que están intentando cometer unos atentados contra la ciudad, y han empezado en los barrios bajos. El otro día hubo un tiroteo, en el murieron varios de mis mejores agentes.

Roxan notó como a Brian comenzaba a temblarle la voz, estaba realmente afectado.

-Oh, lo sentimos muchísimo… ¿pero qué tenemos que ver nosotras con esto?-dijeron al unísono Jill y Roxan.

-Quiero que os infiltréis en uno de los clubs de strippers que suele frecuentar Víctor y le tendáis una trampa, le sonsaquéis información y nos lo entreguéis-anunció Irons recostándose en la silla.

Jill y Roxan cruzaron miradas de sorpresa y confusión. Ambas tenían miedo de lo que podía suceder en esa misión, y lo que les podían hacer.

-Señorita Valentine, tiene una gran habilidad a la hora de forzar cerraduras y es una gran actriz. Señorita Jones, sus habilidades en combate son espléndidas, se le da bastante bien actuar también y al ser una chica tan inteligente y con tanta curva, le sonsacará la información antes de que se dé cuenta-dijo Brian.

Roxan reprimió los instintos de soltarle una bofetada a ése pervertido. Le daba asco de sólo mirarle. SI las miradas matasen, a de ella habría dejado a Irons tirado en el suelo muerto. Eso le provocó un escalofrío a él, que se había dado cuenta de las miradas asesinas de Roxan.

-¿Aceptáis?-preguntó poniéndose en pie y metiendo las manos en los bolsillos.

-Claro que sí-le respondieron con valentía ellas.

Irons sonrió y se dio la vuelta, dispuesto a marcharse, pero antes les dijo:

-Una última cosa, de esta misión no podéis hablarle a absolutamente nadie. Es alto secreto hasta que la hayáis terminado, ¿de acuerdo?

Ambas asintieron, y vieron como Brian se marchaba tan contento.

-Cretino…-susurró Roxan mirándolo de reojo.

-Y que lo digas. Es un salido… Pero dime, ¿a qué viene tanta alegría?-le preguntó Jill girándose para mirarla.

-No es algo de tu incumbencia, Jill-le respondió ella cortante.

-Sólo era curiosidad. Ahora que vamos a hacer la misión juntas, tendremos que llevarnos un poco mejor, ¿no crees?-dijo Jill levantándose.

-No te creas que porque vayamos a trabajar juntas tengamos que ser amigas, Valentine.

-Como quieras. Por cierto, ¿has conocido ya al nuevo miembro de nuestro equipo?

Roxan hizo memoria, y recordó al chico con el que se había chocado.

-Por desgracia sí…

-Se llama Fred, es un chico muy interesante. Deberías tratar de conocerlo un poco más a fondo…-le sugirió Jill saliendo de la cafetería.

Roxan se quedó allí un rato más, sumida en sus pensamientos. Y el 99% de esos pensamientos eran sobre Wesker, Wesker… ¿y más Wesker?

Últimamente sólo pensaba en él. No le había vuelto a ver desde el viernes, ya que cuando se levantó él no estaba. Había desaparecido, aunque para suerte de ella se le habían olvidado las gafas de sol allí.

Las tenía guardadas como un tesoro en el joyero de plata que hace ya tiempo le habían regalado, aunque no recordaba quién. Ésa noche, Wesker le había jurado por varias veces que Umbrella solo fue un trabajo temporal, apenas un par de meses. Y ella, que confiaba plenamente en él, se lo tragó. Su amor por él le estaba cegando de la cruda realidad que había tras su tapadera de Capitán honorable y serio que tenía el respeto y admiración de todos.

Wesker esa noche no pensó en que ella, tarde o temprano, iba a desmantelar todos sus planes por culpa de ese arrebato pasional. Aunque él se llevó la repuesta a la pregunta que se hizo desde que la conoció, el por qué los ojos le brillaban de aquella manera tan peculiar, de un rojo intenso, cuando se enfadaba, se irritaba o cuando le veía a él.

Era porque ella era el Proyecto P, que al parecer, Reynald y Cassandra reactivaron. Y según él, sin el consentimiento de Umbrella o de Drake.

Y a todo esto, ¿por qué lo habían vuelto a activar, si estaba claro que había fallado? Esa pregunta azotaba cada dos por tres a Wesker, al que un día de estos el misterio y los problemas que rodeaban a la chica le iban a volver majara.

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Enrico estaba dando órdenes al equipo Bravo en las pistas de entrenamiento. Era realmente cansino el que tu equipo se haga el sordo cuando tú intentas que sus habilidades mejoren.

Ya sabía lo que sentía con su equipo… Aunque no todos eran iguales, siempre había un par que hacían algo de provecho…

Y hablando del equipo, Enrico se preguntaba dónde se había metido Roxan. Su falta de puntualidad le ponía a veces un tanto nervioso, aunque siempre acababa sin decirle nada sobre ello.

Y hablando de la reina de Roma, le vio salir de los vestuarios con aire distraído, mirando a todos y a ninguna parte al mismo tiempo.

-Roxan, ¿dónde te habías metido?-le preguntó alzando la voz Enrico.

Roxan apresuró la marcha y se acerco a él.

-Oh, estaba un poco perdida… No sabía que hoy había entrenamientos-Roxan dirigió la mirada hacia el equipo que estaba corriendo.

-Pues le había encargado a Fred, ese chico nuevo, de que te lo dijera-le contestó Enrico cruzándose de brazos.

-¡Y dale con Fred! ¿Pero se puede saber desde cuándo trabaja aquí y quién es?-protestó ella alzando las manos en el aire.

-¿No has tenido la oportunidad de conocerle?

Roxan resopló y se puso una mano en la cabeza.

-¿Le importa si me pongo a entrenar? Necesito moverme o hacer algo-le pidió ella dándose la vuelta.-Antes de que mate a alguien…

Lo último lo dijo en casi un susurro, del que Enrico no se enteró.

Roxan se puso a correr y rápidamente logró alcanzar al resto del equipo.

Unos veinte minutos después de estar corriendo, con la pobre Rebecca al borde de la asfixia al igual que Kenneth y Richard, Enrico hizo sonar el silbato signo de que dejaran de correr.

-Venga, chicos, es hora de dejar la pista libre, el equipo Alpha tiene que entrenar también-les anunció Enrico dándose media vuelta.

Vio que ninguno le seguía: Rebecca y Richard estaban tirados en el suelo casi sin respiración, a Forest y a Kenneth sentado en los bancos y Roxan que seguía a su bola. No paraba de correr, e iba a una velocidad impresionante.

Por detrás de Enrico aparecieron los del equipo Alpha, con Wesker en cabeza. Y no parecía muy contento.

-¡Roxan, ven aquí ahora mismo!-Enrico le hizo una señal con la mano para que se acercara.

Roxan no dejó de correr si no que cambió el rumbo. Fue corriendo hacia, él que le estuvo diciendo que tuviera cuidado con el potro, vaya que acabara escalabrada.

Roxan siguió sin hacerle caso, y Marini se temió lo peor. Grito un "¡Roxan, cuidado!". Peor quedó patidifuso cuando vio que la chica, sin dificultad alguna, cogía carrerilla y se abalanzaba contra el potro, apoyaba ambas manos en él, hacía una voltereta y caía como si nada.

Todos quedaron boquiabiertos con la agilidad de la chica, a excepción de Wesker que tenía cara indiferente al igual que Fred.

-¿Sí, Capitán?-preguntó Roxan respirando con algo de dificultad.

-Era para… que dejaras de correr… ¿Cómo has hecho eso?-Enrico no terminaba de creérselo.

-Si usted supiera… Tengo una gran flexibilidad y mucha agilidad, eso se lo puedo asegurar-espetó ella alzando la barbilla, con orgullo.

-¡Seguro que no puedes abrirte de piernas y tocarte la punta de los pies!-le retó Jill.

Roxan miró a Wesker y esbozó una pícara sonrisa.

-¿Queréis ver que sí?-Roxan aceptó el reto de Valentine. Para ella era coser y cantar.

Y, sin dificultad alguna, se quedó prácticamente sentada en el suelo, de piernas abierta y tocándose la punta de los pies.

Los de su equipo le aplaudieron por la pequeña hazaña, y se levantaron dispuestos a irse, y así lo hicieron, sin echar cuentas de ella.

Los del Alpha pasaron por delante de ella riéndose a más no poder. Ella tenía cara de enfurruñada. Al pasar Wesker, se detuvo unos instantes y le miró de reojo.

Ella extendió las manos y él le ayudo a levantarse. Wesker se metió las manos en los bolsillos y le miró con detenimiento unos instantes. Alzó una ceja al fijarse en un tatuaje de ella, un poco más abajo de la cintura, se podría decir que en la pelvis o en el hueso púbico. Pero no dijo nada al respecto.

-Creo que me va a costar volver a caminar con normalidad-bromeó ella.

Él se dio media vuelta y echó a andar.

Roxan se quedó confundida por la actitud indiferente y fría que Wesker acababa de tener con ella. ¿Acaso no se acordaba, no quería acordarse o para él lo del viernes había sido un simple acto carnal sin importancia?

No, no podía ser posible. Él mismo se lo había dicho, que le gustaba. ¿Acaso pudo ser capaz de mentirle para poder aprovecharse de ella?

Aquello en realidad estaba muy lejos de la pura y cruda realidad, que seguramente ella no querría creer. Pero debía, aunque le gustara más la mentira a la que llamaba vida.

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He de decir, lo primero, gracias por todo los reviews. Lo segundo, que dejeis más (si queréis vamos,...) y lo tercero es que la cosa se pone MUY tensa a partir de ahora en la historia.
También quería dedicarle este capítulo a Ramsei, dueño del nuevo personaje en la historia, Fred, del que sabréis más un poco más adelante.
Bye :D
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Raven Bellamy » 11 Abr 2012 03:13

Bien, aquí esta tu fan N. 1 para felicitarte por un capitulo excelente ;)
Entre mas avanza la historia mas me gusta :D
Me a encantado como todos los capitulos de esta gran historia :)
Y bueno, ya veremos que pasa. Siempre estoy ansiosa por ver otro capitulo.
Aun recuerdo la primera version de este fic (que aun guardo en mi computadora) y debo decirte que has mejorado bastante como escritora y que has hecho de esta historia algo verdaderamente maravilloso :D
Espero sigas así, porque como me gusta el fic xD

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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Alegotica12 » 11 Abr 2012 03:35

Peró mira nada mas, nuestra compañera no se quedo atrás XD, buenaaaaaaaaa historia, pero bueno seré sincera, mayoría de la historia no la eh podido entender, mi problema es que soy muy distraída y me persio TT-TT, pero buena medio hay le agarro la idea no ;D


Bay ;D
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Roxanne Rivaille » 11 Abr 2012 18:52

soficlenstons19 escribió:Peró mira nada mas, nuestra compañera no se quedo atrás XD, buenaaaaaaaaa historia, pero bueno seré sincera, mayoría de la historia no la eh podido entender, mi problema es que soy muy distraída y me persio TT-TT, pero buena medio hay le agarro la idea no ;D


Bay ;D
Pues pregúntame lo que no entendiste, responderé sin problema. He de reconocer que es algo complicada XD Pero pregúntame tus dudas
Raven Bellamy escribió:Bien, aquí esta tu fan N. 1 para felicitarte por un capitulo excelente ;)
Entre mas avanza la historia mas me gusta :D
Me a encantado como todos los capitulos de esta gran historia :)
Y bueno, ya veremos que pasa. Siempre estoy ansiosa por ver otro capitulo.
Aun recuerdo la primera version de este fic (que aun guardo en mi computadora) y debo decirte que has mejorado bastante como escritora y que has hecho de esta historia algo verdaderamente maravilloso :D
Espero sigas así, porque como me gusta el fic xD

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Muchísimas gracias Raven!! No sabes lo que me alegra que te guste. ¿Y en serio conservas la primera versión? :oops: Cuando a veces leo mis primeros fics, me entra una verguenza enorme de saber que antes escribía así. Pero todo es leer mucho, escribir mucho y usar mucho el coco.
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Ramsei » 22 Abr 2012 18:02

Muy buen capitulo si señor,a ver cuando sacas el proximo jaja,y muchas gracias por incluirme en la historia Roxan :D estoy ansioso por seguir leyendo ponlo pronto ehh!!,y sigue asi!!!!

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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Roxanne Rivaille » 12 May 2012 13:05

Capítulo 7: Juegos peligrosos

Roxan no terminaba de metérselo en la cabeza: Wesker le ignoraba. ¿Por qué, a qué viene?, era la pregunta que se hacía continuamente sin dejar de pensar en él. Le parecía injusto que le volviera a hacer lo mismo que la última vez: utilizarla y engañarla. Era tan… cruel.
¿Pero qué le había hecho ella para merecérselo? Nada. Al revés, había estado a sus pies. Y él ahora le ignoraba. Cuán injusta era su vida.
Lanzó un largo y cansado suspiro. Se masajeó las sienes y cerró los ojos, pensando que sólo fuera un mal sueño, que todavía estuviera en su cama y no tuviera que preocuparse por nada. Por un instante, desconectó del mundo que le rodeaba y decidió dejar de pensar. Últimamente tenía unas jaquecas inexplicables. Y ni siquiera un par de aspirinas conseguían quitársela. Quizá el estrés, los nervios o el trabajo eran la causa. Aunque bien sabía que el culpable era cierto rubio con gafas negras.
Ya comprendía el por qué su padre no le permitía acercarse a los hombres. Eran realmente desquiciantes. E irritantes.
Tomó un largo sorbo de su taza de chocolate caliente, sólo entreabriendo los ojos por debajo de las gafas de sol.
Dio gracias por que existiera algo tan exquisito y perfecto como el chocolate. Siempre le había encantado, desde muy pequeña. Era el perfecto calmante, un analgésico y un buen regulador térmico para el cuerpo y la mente.
Lo saboreó, desde luego no era un chocolate suizo con nata de los que le traía su padre de los viajes de negocios, pero tampoco iba a quejarse. “Uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde”, pensó con tristeza.
Se refería tanto al chocolate caro como a su padre. Su queridísimo Nathan, el que le había cuidado y protegido en cuerpo y alma, el que le había inculcado todo lo que sabía y le había llevado por el buen camino.
“Quizá debería haber intentado salvarle”, se reprochó con melancolía.
El chocolate le comenzaba a saber a amargo. Dejó la taza en su correspondiente platillo y lo miró con odio y cariño a la vez. ¿Cómo era posible eso, odiar y querer algo a la vez?
Eso era muy posible. Le pasaba con Wesker. Le odiaba, con todas sus fuerzas, pero le quería más que a nada en el mundo. Su confusión emocional le estaba a punto de llevar a la locura.
De repente, sintió una mano cálida y suave en su hombro. Miró de reojo hacia atrás, y al ver quién era, le quitó la mano de sí.
-¿Qué quieres?-preguntó ella mirando a un punto indefinido del suelo.
Él se sentó en la silla que había justo delante de ella, y tomó sus delicadas manos entre las suyas. Notó que le temblaban y que estaban bastante frías. Las miró y no le respondió.
-Te pregunto qué-Él la interrumpió poniéndole un dedo en la boca, en señal de silencio.
Ella bufó y le miró algo esperanzada.
-Quería explicarte el por qué de mi comportamiento…-comenzó él, en un hilillo de voz baja.
Él jamás se había enfrentado a este tipo de situaciones.
-Bien. Di-le incitó ella a seguir.
-Cuando te despertaste y yo no estaba a tu lado, que te aseguro que quería estar, me había tenido que marchar por un asunto muy urgente. Era de vital importancia acudir, te lo aseguro-explicó él, mirando de cuando en cuando sus carnosos y rosados labios con deseo, lo que ella no notaba por las gafas.-Y hoy he pasado prácticamente de ti porque, quería aparentar que te odiaba. Si alguien se entera o se da cuenta de lo nuestro, estamos acabados.
-Wesker, ¿por qué no me lo dijiste antes?-Él hizo un gesto con la mano para que se callara.
-Déjame seguir. Cuando te vi antes, abierta de piernas e inmóvil, no pude pasar de largo… Seré malo y frío, según muchos, pero contigo… No sé por qué, pero me haces sacar “lo mejor” de mí. Cuando estoy cerca de ti, es como si no hubiera nada por lo que preocuparme alrededor. Eres como… un Ángel. Sí, ese sería el concepto.
Roxan entreabrió la boca, atónita. Le miró con ojos incrédulos y sonrió.
-¿Con que un Ángel, eh? Pues creo que se me ha olvidado el halo en casa….-bromeó ella.
Él mantuvo su semblante serio.
-Como iba diciendo, eso es lo que me fascina de ti: no eres cómo las demás. Y eso me gusta.
-Cómo sigas poniéndote así de acaramelado salto encima de ti, ¿lo sabes?-le dijo ella con una sonrisa y un tono seductor.
Roxan consiguió arrancarle una sonrisa a Wesker.
-De eso justamente te quería hablar. De que deberíamos fingir que nos odiamos aquí, para que no haya sospechas, y fuera… Ya se verá-le comentó él sacando un sonrisa ladina que provocó que a Roxan le entraran los sudores de la muerte.
Ella carraspeó y dirigió su mirada hacia la puerta de la cafetería solitaria, por la que entraban Jill y Fred hablando de-no-se-qué sobre un concierto.
Roxan quitó rápidamente sus manos de las de Wesker y puso cara de asco y odio hacia Wesker. Él frunció el ceño y le miró con atención.
-¡Vete a freír espárragos, Wesker!-dijo ella aparentando cabreo y retirando la mesa de la silla con brusquedad.
Wesker captó la idea y también fingió estar discutiendo con ella. Se levantó e hizo una mueca de desprecio realmente convincente. Tanto que Jill y Fred se lo creyeron.
Éste será nuestro pequeño secreto. Será como un juego…, pensó Wesker.
Eso te lo puedo asegurar, cariño, pensó Roxan en respuesta. Las palabras resonaron en la mente de Wesker, que miró confuso a todas partes.
¿Qué había sido eso?
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Pheseans miraba con atención cada uno de los ágiles movimientos de Reynald.
Estaba detrás del cristal blindado que le separaba del área de entrenamiento de Umbrella, dándole puñetazos a un saco de boxeo con una foto de Wesker pegada en él.
A Reynald le hervía la sangre de sólo pensar en Roxan y Wesker dándose la mano, acariciándose, besándose o haciendo cosas peores…
Le recorrió un escalofrío de pies a cabeza. Se limpió el sudor de la frente con el dorso de la mano, y tomó aire lentamente. Elevó ambos puños de nuevo, adoptando una postura defensiva. Golpeó con la derecha varias veces el saco, y después con la izquierda. Le encantaba el boxeo, en especial cuando necesitaba desahogarse.
Se sobresaltó al ver a Pheseans sentada en el banquillo de detrás de él.
-Hola-saludó él secamente quitándose los guantes de boxeo.
-Hola, Reynald. ¿Cómo estás?-preguntó ella con sincero interés.
-¿Desde cuándo te importa?
Ella sonrió y se miró las uñas fingiendo interés hacia ellas.
-¿No puedo interesarme en mi amigo?
-Hmpf-refunfuñó él frunciendo el ceño.- ¿Desde cuándo soy tu amigo?
-Desde siempre.
-Dime, preciosa, ¿qué te trae por aquí?-le preguntó él rodeándole la cintura con el brazo.
Ella le miró de reojo y se encogió de hombros. Puso su mano izquierda en el pecho de Reynald e intentó apartarle de ella. Era increíble la fuerza que tenía él, ya que no le movió ni un solo centímetro. Cuando estaba cerca de él, era débil.
Y para ella la debilidad no era nada bueno. No supo cómo, pero en un abrir y cerrar de ojos Reynald le tenía acorralada contra la esquina de la sala.
Tenía ambas manos puestas a los lados de su cabeza, en la pared, y se encontraba a tan sólo unos centímetros de ella.
-Reynald, ¿qué estás…?
Él se pegó más todavía a ella, lo que le exaltó. Jamás había tenido a un hombre tan cerca, y menos con ese tipo de intenciones.
Reynald bajó una de sus manos hasta su barbilla, que acarició con suma delicadeza. Ella ladeó la cabeza y emitió un gruñido de desaprobación.
-Hey nena, no te pongas así… -en un rápido movimiento obligó a que le mirase y fue acercando poco su rostro al de ella.
Ambos podían sentir sus agitadas respiraciones, aunque a la que se le estaba a punto de salir el corazón del pecho era a ella.
Estaban a punto de unir sus labios, cuando de repente, Reynald se echó a reír.
Se tambaleó hacia atrás tronchándose de risa, provocando un enorme cabreo a Pheseans. Había jugado con ella. Le había gastado una broma.
Él se limpió unas cuantas lágrimas de la risa, y le dijo casi sin respiración:
-¡Si te hubieras visto la cara! ¿Acaso era deseo lo que veía en tu cara, princesa?
Y en parte llevaba razón. Quizá había mirado con deseo de cuando en cuando a Reynald. Además de que, Roxan le había privado de su primer beso o su primera vez.
-Maldito desgraciado…-susurró apretando los puños.
Le sacaba de quicio ése hombre. En realidad le sacaban de quicio TODOS los hombres, pero éste en especial era bastante desquiciante.
-La próxima vez, te castro, Reynald-le amenazó ella saliendo de la sala.
Dio un enorme portazo que resonó en todo el Centro de Formación.
Olivera y Ginovaef se sobresaltaron al oírlo. Quizá un BOW se escapó y está formando estropicio. Pero ese no era su asunto. Suficiente tenían con su trabajo… Más bien escuchar sermones militares por parte del padre de Reynald. Tácticas, armas, evasivas, muy completito vamos.
Nicholai soltó un suspiro de exasperación e intentó prestar atención a la charla de uno de los Capitanes del UBCS
-…Y así es como se responde a un ataque táctico con bombas-terminó de explicar él.
Olivera y Nicholai intercambiaron miradas y sonrieron. Quizá era la quinta vez que oían esa charla.
Entonces la puerta se abrió de golpe, y apareció Reynald protegiéndose con una carpeta la entrepierna de posibles ataques de Pheseans, que le perseguía con un machete más grande que su antebrazo.
-¡No me castres!-rogó él saltando detrás de su padre.
-Reynald, hijo, ¿no estás un pelín… eh… mayor para estos juegos?-le preguntó su padre con escepticismo.
-¡No es ningún juego! ¡Esa zorra loca me intenta castrar!-exclamó Reynald señalándose “ahí”.
Su padre le sujetó por los hombros y lo vapuleó para que se tranquilizara. Aunque era un estúpido método, pero intentarlo no le costaba nada.
Pheseans entró a la antesala que comunicaba a la sala de reuniones, con el machete alzado dispuesto a matarlo. Acaba de propasar la línea que había puesto entre ambos, y eso iba a acarrear muy malas consecuencias.
¿Qué qué había hecho? Justo cuando salía, él le había alcanzado le había dado una palmada en el trasero y le había dicho: “Tienes un buen trasero, inigualable sin duda…”
¿Una broma de mal gusto de tíos o un halago algo sádico? Eso no era lo importante ahora, si no cortarle cierto órgano masculino a Reynald por…
Un momento. ¿Qué es lo que huele así?
Pheseans miró hacia arriba y olisqueó el aire de la pequeña sala blanca. Sintió que sus pulmones se quedaban sin aire, que su garganta se inflamaba junto con todo lo que le permitía respirar.
Cayó al suelo de rodillas e intentó coger aire. Y entonces se dio cuenta. Lo que se estaba expandiendo a través de los conductos de ventilación era una mezcla de alcohol y nicotina.
Las dos cosas a las que tengo alergia…Bueno en realidad es Roxan quien le tiene alergia, pero eso significaria
Tanteó la falda en busca de su inhalador que siempre le acompañaba.
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Mientras, en la sala de audiovisuales secreta que había detrás de la estantería de uno de los laboratorios subterráneos, una pareja formada por un hombre y una mujer, de entre treinta y cinco y cuarenta y cinco años, miraban esperanzados las pantallas de vigilancia.
Veían con aspecto divertido y enormes sonrisas de tiburón en sus rostros. Ella era de Gran Bretaña, se le notaba a la legua debido a su acento y modales refinados. Era rubia, de ojos verdes esmeraldas y piel tan pálida como el papel.
Él, era italiano de pura cepa. Piel tostada por el sol, pelo corto y algo rizado castaño.
Él la tenía agarrada por la cintura, en un gesto coqueto y cariñoso.
-Querida, ¿crees que es ella?-preguntó él besándole la mejilla.
Ella le miró de soslayo, y después correspondió el gesto de él.
-No lo sé. Si fuera ella, seguramente…-la respuesta de ella se vio interrumpida por el aumento de volumen e imagen en la pantalla.
Ambos cruzaron miradas esperanzadas y prestaron atención a la pantalla. En ella se podían oír los gemidos ahogados de la chica, intentando respirar. Observaron como aparecía Reynald y la sostenía entre sus brazos en el momento justo antes de caerse.
Oyeron perfectamente como él se desgarraba la garganta gritando el nombre de ella, rogando que le respondiera.
-Caroline… Nuestra hija está viva.
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-¿Diga?-preguntó al otro lado del teléfono Wesker.
Acababa de empezar a sonar el móvil que solía usar para sus “trabajos extras”.
-Wesker. ¿Cómo ha ido?-preguntó otro hombre con voz algo distorsionada.
Albert suspiró y se pellizcó el puente de la nariz.
-Bien. Se lo ha creído todo.-Le respondió el rubio.
-No creí que fuera tan estúpida la chica esa…
-De estúpida no tiene nada, Señor. Sólo es lago inocente…-dijo Wesker en defensa de la chica.
-Claro que es inocentona. Está loca por ti, ¿no? ¿Estás seguro de que conseguirás tenerla de nuestro lado?-preguntó algo impaciente el otro hombre.-Es muy importante para la Compañía que esté del bando correcto. Se le podrá sacar mucho partido.
Wesker pensó en lo que se estaba metiendo. Estaba engañando a Roxan con sentimentalismos para llevarla a la HCF y joder a Umbrella.
No es que en serio estuviera enamorado de ella, pero le daba pena. Cuando tuviera que dejar de fingir, ella acabaría con el corazón roto. Y no sería ni la primera ni la última mujer a quién le hiciera este tipo de cosas, el darle calabazas, pero con ella era distinto.
Sabía que si le cabreaba, ella podría matarle perfectamente. Si conseguía estabilizar sus poderes tal como le había contado Drake, era más peligrosa que cinco Tyrant juntos. Y eso no era para nada bueno.
Albert había deducido que estaba empezando a manejar la telepatía, sobre todo con él, si seguía avanzando a paso tan agigantado con sus capacidades psíquicas podría tener control tal sobre quién quisiera, saber lo que pensaba, manipular sus recuerdos y acciones como si fuera una marioneta.
Y lo último que él quería era convertirse en su marioneta. Albert Wesker no era el guiñol de nadie, ni de nada. Él controlaba sus actos y los de quién le rodeaba. Él tenía un control total, un plan perfecto y unas posibilidades muy altas de que todo saliera bien. A no ser que ella se interpusiera en su camino.
Pensó que si le mataba, se quitaba de encima una preocupación. Pero no era capaz de matarla, no aún. Si conseguía una muestra de su sangre, conseguía una muestra del virus. Y si conseguía algo de Virus X, sería ahora él el que tuviera sus poderes y capacidades.
Sonrió de sólo pensar en lo que podría hacer con esas extraordinarias capacidades. Tendría el mundo a sus pies.
¿Y si no le mato? ¿Y si consigo la muestra pero le dejo vivir?
Un escalofrío de puro placer le recorrió el cuerpo. Ambos sí que serían imparables.
-¿Wesker, está ahí?-preguntó el otro hombre que aún seguía la teléfono.
-Sí, Señor. ¿Qué pasa?-contestó él con frialdad.
-Tengo que colgar. Hay asuntos muy importantes que atender, así que te dejo. Espero que cumpla bien su misión, Wesker.
La línea se cortó y Wesker retiró el auricular del teléfono de su oreja. Se recostó en su silla de escritorio y lució una sonrisa de convicción. Lo había decidido, no le mataría.
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Reynald sujetaba la mano temblorosa de Pheseans, y le miraba con gran concentración. Estaba realmente preocupado y extrañado por ella.
Que él supiera, Pheseans ha sido siempre perfecta y no ha mostrado reacciones alérgicas ante nada, al contrario que Roxan, que sí que era muy alérgica al alcohol y a la nicotina. Se quedaba sin respiración alguna cuando aspiraba u tomaba alguna de esas dos cosas.
No terminaba de encontrarle explicación al asunto.
Notó como ella le apretaba la mano. Él le miró con algo de agobio y desazón. Si le pasaba algo, no se lo perdonaría nunca.
Ella volteó el rostro hacia donde estaba él y le sonrió. Él le correspondió la sonrisa con algo de nerviosismo.
Ella comenzó a abrir los ojos con lentitud y algo de pesadez, y clavó su vista en su mano que tenía entrazada con Reynald.
-¿Cómo estás?-le preguntó él con sincera preocupación.
-¿Dónde estoy?-preguntó ella de repente.
¿Qué clase de persona responde a una pregunta con otra pregunta? Sólo las que quieren evitar cierta conversación.
-Pues estás en la enfermería. Te desmayaste por… La alergia ésa tan extraña que tienes.-Le respondió él.
Ella parpadeó varias veces y le miró incrédula.
-¿Por qué no estoy en el RPD? ¿Dónde está Wesker….? ¿Y por qué puñetas voy vestida así?
A Reynald le puso aún más nervioso que hiciera tantas preguntas de una sola vez.
-¿Por qué ibas a estar en el RPD, y con Wesker? Además, que yo sepa tú te has elegido esa ropa, Pheseans-le respondió él ceñudo.
Ella abrió los ojos como platos y se incorporó en la camilla hasta que dar sentada.
-Primero, quizá quiera estar en el RPD porque trabajo allí y Wesker me va a matar como vea que estoy escaqueándome de mi obligación, y lo segundo, soy Roxan…
Reynald le miró con escepticismo y se fijó en sus ojos. Sí, era Roxan, ya que tenía los ojos normales.
-¿Cómo es esto posible?-preguntó él en voz alta, casi para sí mismo.
-Es muy sencillo…-dijo una voz familiar.
Reynald se levantó de un salto y se puso delante de Roxan. Desenfundó al instante una mágnum S&W M29, y apuntó hacia donde provenía la voz.
De entre las sombras salió la pareja que antes estaba observándolos por las cámaras de seguridad.
A Roxan le flaquearon las piernas y pro poco se le desencaja la mandíbula de la sorpresa y el miedo que a la vez se apoderaban de ella.
-¿Mamá?-preguntó ella saliendo de detrás de Reynald.
-¡Roxan, espera!-le gritó él en un intento de que no se acercara a ellos.- ¡Drake, Caroline, iros de aquí inmediatamente o me veré obligado a disparar!
Roxan se acercó a ellos con cautela. Miró de reojo a Reynald y le hizo un gesto con la mano para que no se moviera.
Caroline se adelantó un par de pasos y acarició a Roxan. Sonrió y dijo:
-Cuánto has crecido…
-Sigues viva. ¿Cómo…?-Caroline le hizo un gesto para que se callara y le abrazó.
Drake observó la tierna escena y sonrió. Luego las separó a ambas y se interpuso entre ella y Caroline.
-Me alegra verte viva, Roxan-dijo entrelazando las manos a la espalda.
-Siento no poder decir lo mismo…-le contestó ella con una mirada de desprecio infinito.
-Deberías tratar a tu padre mejor, ¿no crees?
-¿Padre? ¿De qué hablas? Mi padre es…
Drake se echó a reír de repente. Era una risa algo desquiciada y escalofriante.
-¿Nathan? ¿Ibas a decir Nathan? Está claro que todavía no sabes la verdad…
Roxan le miró e hizo un gesto con la cabeza para que siguiera hablando.
-Hace casi veinticinco años, Ozwelll E. Spencer entró en contacto conmigo y con Nathan. Ambos trabajábamos para los Ashford, en el laboratorio de la Antártida. Nathan y yo éramos como hermanos con la diferencia de que siempre nos pelábamos por las mujeres. Spencer nos ofreció colaborar en un importante proyecto, llamado Proyecto P. Consistía en crear un bebé probeta, con el ADN más selecto, y a ese bebé más adelante se le inocularía el Virus X. El virus era prácticamente perfecto, a excepción de que en algunas ocasiones se requería un suero que lo regulara. Una vez que nos trasladaron al laboratorio de Raccon City, conocimos a Caroline, tu madre, que sería la que portaría al embrión. Entonces descubrimos qué querían de nosotros: que pusiéramos nuestro ADN. Recogieron las muestras necesarias luego las introdujeron en Caroline a través de la fertilización in vitro. Nathan se enamoró de ella, pero a ella le gustaba yo. ¿Menudo culebrón, no? Así que ella y yo hablamos. Quedamos en que, en cuanto naciera el bebé, nos fugaríamos juntos. Entonces llegó el día. Un trece de agosto de mil novecientos setenta y cinco, nació una niña. Pero nació muerta. Caroline culpó a Nathan y a mí de aquello. Pero, a la semana, nos dijeron que tenían una sorpresa para nosotros: seguía viva. Entonces te vimos a ti, una preciosa niña de cabellos rubios cenizos rizados y ojos verde esmeralda. Era perfecta. Pero, con el paso del tiempo, descubrimos que la niña tenía una enfermedad muy extraña que era mortal. Ahí fue cuando te inoculamos el Virus X, con la esperanza de que te curases. A los cinco años, empezaste a comportarte de una manera algo extraña, como si fueras dos personas. Y supimos que habías desarrollado un trastorno de múltiple personalidad. Pheseans, que es como tú le llamabas a tu otro lado, era muy distinta a ti. Pero no era una enfermedad normal. Cuando Pheseans se apoderaba de ti, cambiabas radicalmente. Eras el diablo en persona. Te cambiaba la voz, la manera de actuar, ¡hasta incluso el color de ojos y pelo! El único que te mantenía a raya era Nathan. Caroline y yo decidimos que pasaras un tiempo con él, y tras muchas investigaciones, descubrimos que los causantes eran Nathan y el Virus X. El virus no se terminó de adaptar a ti, así que se conectó a Pheseans, que era resultado del ADN de Nathan. Era clavada a él. Nathan era el padre y el único creador de Pheseans. Con el tiempo desarrolló los poderes propios del Virus X: fuerza y agilidad sobrehumana, inteligencia superior, y lo mejor, los poderes psíquicos y de telequinesia. Era espectacular lo que lograbas hacer. Pero Nathan no quería que acabaras convirtiéndote en un BOW más, quería que todavía siguieras siendo humana. Así que halló una cura, pero tardaba mucho en hacer efecto. Al final logró echar a Pheseans de ti, te quedaste limpia. Y tuvimos que hacer algo. Caroline fingió su muerte. De Nathan, no sé que fue. Pero, ahora que tu queridísimo amigo Reynald ha logrado reactivarlo, Pheseans ha vuelto. ¿Me equivoco? Aunque creas que sois distintas, que tenéis cuerpos distintos, la una no puede sobrevivir sin la otra. Pheseans está dentro de ti. Adónde una de las dos va, la otra también va. Si una hace algo, la otra también lo hace. Roxan y Pheseans son una, aunque se comporten de manera distinta…-explicó él con una enrome tranquilidad.
Roxan le miró con los ojos lacrimosos. Reynald se acercó a ella y le abrazó, y mató con la mirada a Drake y Caroline.
-¿Has visto cuánto te aprecia Reynald? Siempre está al borde del abismo por ti. La verdad, no sé cómo puedes confiar en Wesker. Te está mintiendo, y si no me crees compruébalo tú misma-Drake sacó un móvil y reprodujo la conversación que habían mantenido Wesker y el Jefe de la HCF.
Roxan sintió que la rabia y el odio se apoderaban de ella. Ahora Wesker le daba asco. No pensó que él sería capaz de semejante cosa.
-Wesker pretende venderte. A ti y a todos. Vigila tus espaldas, hija-le advirtió Drake fingiendo preocupación.
Roxan apartó con delicadeza a Reynald, y apretó los puños. Ladeó la cabeza y se echó a reír.
-¿Qué te hace tanta gracia?-preguntaron Caroline y Drake confusos.
-Drake, para mí jamás serás un padre. Nathan cuidó de mí y me quiso, y también dio su vida por salvarme. Mientras que tú-ella se acercó a él y le dirigió una mirada repleta de odio y asco-me maltrataste, despreciaste… E incluso cuando ahogabas tus penas en el alcohol y tratabas de forzarme a hacer cosas repugnantes, y Reynald junto con Cassandra me salvaban de tus asquerosas garras. Jamás se me olvidará todo lo que sufrí cuando estuvo bajo tu control.
Reynald le sujetó del hombro, antes de que intentara hacer algo que no era muy recomendable en esos instantes.
-Hey, vámonos de aquí. Otro día le volarás la cabeza…-le dijo Reynald en un susurro a Roxan.
Le cogió de la mano y le sacó de allí, pero antes, Drake les dijo:
-Roxan, si no me equivoco, hace no mucho te dijeron que te queda apenas un par de meses de vida. La enfermedad te está matando. Déjame ayudarte, yo…
-Si tengo que morir, moriré, pero al menos lo haré siendo humana.
Y dicho esto, ambos desaparecieron entre las puertas de la enfermería. Caminaron un largo rato en un completo e incómodo silencio.
Roxan no quería creerse lo que Drake le había dicho, pero sabía que era cierto. No sabía que le dolía más, que fuera un experimento trastocado mentalmente o que Wesker pretendiera venderla para después matarla seguramente.
Al rato, Reynald habló:
-Es cierto que te quedan apenas un par de meses de vida, Roxan-preguntó él situándose delante de ella.
Ella le miró y hundió los hombros, derrotada. Se abrazó a él y se echó a llorar desconsolada.
-No sé que voy a hacer Reynald. No quiero morir, pero tampoco quiero convertirme en un arma biológica de destrucción masiva-le respondió ella entre sollozos.
-Encontraremos una solución, te lo prometo por mi vida. Haré todo lo que esté n mi mano para solucionar esto, aunque sea lo último que haga-le dijo él con mucha seguridad.
-¿Me lo prometes?-preguntó ella más tranquila.
-No te lo prometo, te lo juro.
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Alegotica12 » 13 May 2012 17:45

a ver si entendi esta vez...

ella nacio para ser usada como esperimento, al inyetarle el virus, nacio su segunda perzonalidad que era Phensea, pero nathan se lo saco dejandola como humana, ahora le volvieron ainyectar el virus haciendo que Phensea volviera

no me quedo del todo claro pero admito que la elaboracion de la historia esta jodidamente BUENA XD!!!! adoro com escribes, ojalas pudiera yo escribir asi TT-TT pero supongo que a ti te da mejor la cosa xD

bay ;D
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Raven Bellamy » 15 May 2012 23:45

=D> =D> =D> =D> =D> =D> =D> =D> =D> =D> =D> =D> =D> =D> =D> =D> =D> =D> =D> =D>


Que más puedo decir, ya lo he dicho todo.
Soy tu fan numero 1 y seguiré esta historia fielmente hasta el final (que profundo suena eso xD)
Gran capitulo, y me quedo corta ;)

Felicidades!!!
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Re: Resident Evil: Afterlife love

Mensaje por Ramsei » 17 May 2012 18:17

Pero que capitulo!!!!!estoy ansioso por leer el siguiente!!

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